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miércoles, 19 de noviembre de 2008

Cuentos ultradarwinistas



Comentario del libro:

El cuento del antepasado. Un viaje a los albores de la evolución. Dawkins, Richard. Antoni Bosch Editor. Barcelona, 2008. 880 páginas.






Richard Dawkins, zoólogo evolutivo y escritor prolífico, nos tiene acostumbrados a un estilo arrogante en libros de marcado carácter darwinista. En alguna página de éste que aquí comentaré, indica que alguien le ha llamado ultradarwinista y que el adjetivo, lejos de molestarle, le complace. La saga continúa aquí con paso firme.

"El cuento del antepasado" presenta un viaje lúdico hacia atrás en el tiempo mediante el cual, a través de capítulos sucesivos ilustrados con varios "cuentos menores" nos vamos encontrando con nuestros probables antepasados en la Escala Naturae. Desde el principio, en un capítulo titulado "La vanidad retrospectiva", el autor deja firmemente asentados sus fundamentos de partida. En primer lugar y para no variar, el darwinismo. Ya en la primera página de este capítulo dice:

La evolución rima, las pautas se repiten, y esto no ocurre por casualidad, sino por razones perfectamente comprensibles y en su mayor parte darvinianas, pues la biología, al contrario que la historia o que la física, cuenta ya con su gran teoría unificada, aceptada por todos los profesionales informados,...

Insulta así a quienes vemos claramente que la biología carece de una gran teoría unificada (¿querrá decir unificadora?). Pero no se molesta en explicar cuál es esa panacea. ¿Para qué, si todo el mundo lo sabe? Dawkins se refiere a la Teoría Darwinista de Evolución por Selección Natural (llamaré SN, ver más adelante su párrafo tomado de la p 233), pero la SN no explica ni unifica nada en biología. Si así fuese, el autor dedicaría algún párrafo cuidadoso y detallado a su descripción y a su demostración, porque las teorías hay que demostrarlas. No sólo no lo hace, sino que emplea a menudo el adjetivo darwiniano aplicado a giros, argumentos y razones, sin indicar su significado. Si por razones darwinianas hemos de entender la SN, el autor debería haberlo dicho así de claro explicando desde un principio en qué consiste en lugar de soltar letanías dirigidas a la tan omnipotente (literalmente en la p 599), oportunista (p 299), capaz de ordenar (p 107), fuerte para llevar a los genes por buen camino (195) en definitiva, omnipresente SN cuya actuación el autor no sabe explicar:

De realizar la modificación se encargó, hace miles de años, la selección natural, aunque exactamente no se de que modo logró producir la tolerancia a la lactosa en individuos adultos (p 62)

No obstante, se permite decir

Ahora que la ciencia ya no tiene que convencer a nadie de que la selección natural es verdadera y la teoría se halla plenamente consolidada... (p 233):

Para defender su dogma (SN), combate con fantasmas porque nadie discute si la SN es verdadera o no, que no nos importa. Lo que discutimos es su validez como teoría científica, porque la ciencia no se alimenta de verdades absolutas sino de teorías que puedan ser sometidas a experimentación y contrastadas, antes de ser aceptadas (si son demostradas) o rechazadas (en caso contrario). En este y otros sentidos, el libro es prueba de una gran confusión mental que se manifiesta, por ejemplo, cuando se refiere a darwinismo cósmico o en frases como estas:

Lógicamente nosotros que reflexionamos sobre estas cuestiones, hemos de encontrarnos en uno de esos universos, por raros que sean, cuyas leyes y constantes sean capaz de generarnos (p 24)

Desde el punto de vista evolutivo, lo lógico es que exista una gama continua de estadios intermedios (p 102)

Todos los estadios intermedios formarán un continuo gradual dentro del cual cada generación habrá podido procrear con su padre o su hijo del sexo opuesto (p 419)

Con el paso del tiempo evolutivo, la carrera armamentística progresa (p 789)

A lo largo de casi setecientas páginas, se describe un viaje hacia atrás en el tiempo en el que, mediante treinta y nueve encuentros consecutivos que comienzan en el que tiene lugar entre homínidos y chimpancés y terminan en las eubacterias, se recorre la historia evolutiva. Para ello, el prólogo general explica los argumentos de que se dispone para investigar el pasado. Aunque indica tres argumentos, en realidad son dos (el primero basado en los fósiles, el segundo en comparaciones de secuencias de DNA). Por los fósiles, el autor no siente demasiado respeto (Los fósiles son un extra; un extra muy de agradecer, por supuesto, pero no imprescindible, dice en la p 36). Tampoco resuelve un viejo argumento que el mismo indica como circular (p 38): La roca devoniana se reconoce porque tiene los fósiles devonianos.

En cuanto a la comparación de secuencias de DNA, reconoce (p124) que no se le dan muy bien las matemáticas y se toma muy poca molestia en explicar los fundamentos para la construcción de los árboles filogenéticos que son la clave del libro. Hasta la página 597 no dice: ha llegado el momento de explicarla detalladamente. Se refiere a la técnica del reloj molecular, pero tampoco entonces la explica, ni en general; ni en particular, para cada encuentro. Quizás porque alguien debe haberle hecho ver el fracaso del libro en este sentido, en un apéndice (pp 809-816), Yan Wong que es coautor de algunos capítulos, escribe unas breves notas a las filogenias que aún así siguen inexplicadas, porque decir que una filogenia se ha obtenido a partir de estudios, datos o diagramas moleculares e indicar la respectiva referencia original es insuficiente.

Las comparaciones de secuencias aportan datos acerca de la divergencia de las moléculas de DNA en el tiempo (reloj molecular), pero si su aplicación no está libre de controversia (p 438), el salto arbitrario de una hipotética escala temporal al número de generaciones que se hace en los sucesivos encuentros no solamente es incierto, sino que conduce a un grave error: El de pensar que el DNA solo se transmite mediante la generación (reproducción). El libro ignora completamente toda posible transferencia horizontal de DNA (entre distintas especies), algo que no solamente está más que demostrado en la actualidad, sino que se utiliza en múltiples protocolos en biotecnología. Los relojes moleculares, dice en la p 606, son eficaces si están calibrados con fósiles, pero eso trae problemas porque el calibrado adecuado requeriría la verificación con DNA extraído del fósil, lo cual es más que excepcional, ultra-excepcional.

Con las bases sentadas de manera tan vulnerable, comienza la peregrinación, guiada por un líder que sostiene, no obstante con mano firme, el báculo de su autoridad, propia del autor consagrado. La genealogía de la especie humana se expresa en una serie de árboles filogenéticos en los que no cree ni el propio autor (p 250: la historia aparentemente clara y metódica de los contepasados, los puntos de encuentro y los peregrinos se nos van sumando en realidad es objeto de encendidos debates y sufre modificaciones cada vez que se lleva a cabo una nueva investigación).

Porque: ¿cuáles y cuántos son realmente los ejemplares representativos de cada especie, de cada nombre? ¿Qué define a un Orrorin o sirve para identificar a una Lucy (p 144)?. No estoy en absoluto de acuerdo cuando dice: Podemos dejar de lado el tema de los nombres (p 119). El tema de los nombres es fundamental y no podemos dejarlo de lado porque en cada momento debemos saber qué significa cada nombre. ¿Qué sabemos, por ejemplo, de Homo rudolfensis? ¿O, es que, acaso se están poniendo nombres a objetos que se van encontrando por el campo con motivos publicitarios o simplemente por satisfacer el ego de sus descubridores?

Cualquiera que haya comenzado a realizar su árbol genealógico familiar se habrá dado cuenta de dos cosas: Primera, lo difícil que es avanzar a partir de un momento dado (normalmente la cuarta o la quinta generación) y segunda (y más importante), que las sorpresas aparecen en mayor grado cuanto más difícil es el avance. En el estudio de la evolución el avance es también muy lento y difícil como habrá notado quien haya leído algo de paleontología clásica, algo anterior a este boom darwinista que permite, por lo que se ve, un avance no rápido sino supersónico. Cuando en el tercer encuentro, en el capítulo dedicado a los orangutanes se nos indica que vamos por nuestro tatarabuelo número 650000 uno no puede disimular una sonrisa. En capítulos sucesivos, este tipo de información sobra.

Afortunadamente, de las casi novecientas páginas del libro, pocas se dedican a justificar la vieja hipótesis del gen egoísta. Estas y algunas otras se pueden pasar por alto. Recomendaría borrar el contenido de las páginas 80 y 81. Si alguien pretende entenderlas, la jaqueca está garantizada.

El libro falla por la arrogancia de su autor. Si la supuesta teoría unificadora, la SN, no aporta nada en biología, su visión dogmática de la evolución hace un flaco favor a la percepción de la ciencia. ¿Qué nos queda entonces? Lo de siempre: el rancio poso del darwinismo, lacra y rémora de la biología actual intentando imponer su vía única de pensamiento basada en la tautología de la SN. La autopista supersónica en la que la se intenta que todos viajemos con la imaginación y el rigor científico encerrados en el maletero del dogma antiguo y arrogante. Pero, como dice Andrés Rábago, "El Roto" en una de sus viñetas: si todos vamos en una dirección, entonces,.........¿cómo sabremos que no hay otra?

http://www.madrimasd.org/cienciaysociedad/resenas/ensayos/resena.asp?id=332


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lunes, 3 de noviembre de 2008

El diseño inteligente (ID), producto de la ingeniería social (I, Ingsoc) del darwinismo (D)









Acabo de leer el libro titulado “Dissent over descent”, que podría traducir al español como “disidencia sobre la ascendencia”. Su autor, Steve Fuller, profesor de sociología en la Universidad de Warwick, autor de varios libros de Filosofía de la ciencia, fue testigo en el caso Kitzmiller vs. Dover Area School District (2005), un juicio que se ocupó de la enseñanza del Diseño Inteligente (ID) en las clases de ciencia en USA.
Fuller, que no es biólogo ni está particularmente bien documentado en algunos temas de biología, sigue la moda del momento e identifica en repetidas ocasiones a Darwin con la Teoría de la Evolución. Es decir, pretende hacer pasar a la Teoria de Evolución de las Especies por Selección Natural (darwinismo), por la única y verdadera Teoría de la Evolución, y esto es un grave error. Por mucho que, además de Fuller, Gould, Dawkins y toda la plana mayor del darwinismo se empeñe, sigue siendo un grave error. Aunque si, además de empeñarse todos ellos, el empeño alcanza también a sus críticos, es entonces cuando ya, casi sin lugar para más dudas, podemos afirmar que estamos perdidos. Cuestión ésta que ya he tratado en un artículo y que procuraré abordar después de escribir dos párrafos pero que, de momento, queda pendiente aquí expresada de este modo: ¿Estaremos ya perdidos sin remedio?
Parece que sí, ya que ninguno de los críticos del libro de Fuller se ha dado cuenta de su error catastrófico. Y digo parece porque supongo que, tal vez, hayan disimulado, o no hayan querido darse cuenta con el fin de mantenerse a salvo, porque criticar hoy a Darwin puede ser nefasto tanto para una carrera científica, de crítica editorial como literaria. Así Steven Rose, en su comentario del libro, publicado en The Lancet (vol 372, 9637, 437-438), pasa por alto (o elude) este importante fallo y en el mismo error cae AC Grailing quien escribe su crítica desde un medio pomposamente denominado New Humanist: the Magazine of free thinkers.
Si los darwinistas insisten tenazmente en mantener como verdad única su falsedad fundamental consistente en identificar a la Teoría de la Evolución con el darwinismo (selección natural) y sus críticos (?) apoyan esta comedia, ¿Adónde irán entonces a parar la apertura de miras y la objetividad que fundamentan la ciencia? ¿A dónde la ciencia así des-fundamentada?
A ambas, a la señora objetividad y su todavía joven hija, la ciencia, se las llevará el viento y entonces tendremos que gritar, ….¡adiós Madrid, que se queda sin gente! O,........... ¿es que acaso puede haber alguna solución? Aparte de deprimirse y llorar ante el panorama de la biología secuestrada por el darwinismo, una solución consiste en consolarse con Galileo, a quien se atribuye la frase que dice: “en cuestiones de Ciencia la autoridad de mil no vale lo que el humilde razonamiento de un solo individuo”.
Vamos, pues, adelante, con este consuelo galileano y, desde la soledad, a comentar el libro de Fuller.
La Teoria de Evolución de las Especies por Selección Natural es tautológica e indemostrable y por lo tanto no es una teoría científica. Si yo contestase a quien me pregunta: ¿Cómo han evolucionado las especies?, que las especies han evolucionado por selección natural, entonces quien me pregunta lícitamente podría quejarse de la falta de rigor científico en mi respuesta. No me cansaré de repetirlo y explicarlo. Las mejores definiciones de selección natural hacen reír al más pintado. Si se habla de Teoría de la Evolución, se está empleando el término Teoría en su sentido más amplio, significando conjunto de conocimientos en general (en este caso, acerca de la evolución) porque es ridículo pensar que una Teoría (en sentido restringido, como algo que se puede comprobar experimentalmente y refutable) puede explicar la transformación de las especies.
Si es ridículo pensar que una teoría pueda proporcionar la explicación de todos los cambios en las formas de la vida sobre la tierra, mucho más lo es pensar que todo se explica mediante la “selección natural”. Esto debería saberlo Steve Fuller. Pero no, el docto “maverick supporter of ID” y “social constructionist” (como le llama Steven Rose en su comentario publicado en The Lancet), no lo sabe. Rose tampoco. Pero entonces,…..¡Un momento!. ¿No lo saben, o,…. No será que no quieren saberlo?, porque si tiene razón Rose, y Fuller es realmente un social constructionist, un ingeniero social, a lo mejor lo que ocurre es que Fuller está construyendo la teoría del ID, o colaborando en su construcción. Si así fuese, y Fuller estuviera obrando como “construccionista” o “ingeniero social”, esto significaría que hay un objetivo social en la obra de Fuller. ¿Cuál sería dicho objetivo? ¿Para qué podría Fuller estar jugando ese doble juego tan evidente de alabar a Darwin y defender el ID? Pues hay una respuesta bien clara que aquí propongo: para respaldo y defensa del darwinismo. Lo indiqué en otra entrada: Creando enemigos ficticios, los darwinistas descansan del acecho de preguntas indiscretas (la biología contiene cuestiones demasiado insidiosas para el darwinismo, por eso la necesidad de secuestrarla) y así se mantienen fuertes con la única preocupación de controlar el mundo editorial.
Si así fuese, iríamos, poco a poco, acumulando pruebas a favor de que el creacionismo en general, y el ID en particular son construcciones de la ingeniería social de mentes darwinistas (el Partido de Orwell). Es un hecho de sobra comprobado que, en general, la realidad imita a la ficción y ya hemos dado algún ejemplo de cómo, la actualidad, imita a la novela 1984 (en ella, Orwell utiliza el término Ingsoc como acrónimo de Socialismo Inglés pero aquí me parece más adecuado usarlo como Ingeniería Social). Que nadie venga, por favor, con que el creacionismo es tan antiguo como las religiones. NO! Una cosa es creer y otra proponer, desde un punto de vista interno a la ciencia, que la fe se opone al estudio de la evolución. Muchos científicos de todas las épocas tuvieron fe y desde sus puntos de vista contribuyeron al avance de la Ciencia. En el estudio de la transformación de las especies no tiene porque ocurrir lo contrario. El creacionismo no existe, no tiene fundamento ninguno y sólo es una palabreja fruto de la Ingsoc del Partido darwinista.
Hecha esta anotación y antes de entrar en harina, hay otra curiosidad que quisiera comentar. En el índice del libro comentado (p 263) no aparece la palabra Darwin. ¿Por qué será? Es bien sencillo, las palabras Darwin, darwinism y neodarwinism aparecen un total de 305 (trescientas cinco) veces en el texto. Si tuviese que aparecer en el índice un autor (Darwin) que ha sido citado tantas veces, ocuparía toda una página o más y el resultado sería escandaloso. Ver por ejemplo la imagen para una muestra y ya me dirán si semejante estructura literaria puede o no puede responder a un discurso coherente o si su composición no tiene toda la pinta de ser un producto de diseño editorial (esta vez poco inteligente), de Ingsoc.









Un texto así escrito, es decir a base de citar a Darwin como prócer único de la evolución cientos de veces y luego rellenar los escasos huecos que queden en el papel con textos de contenido variado, tiene la ventaja de que en estos tiempos se publica bien, porque tanto las editoriales como sus propietarios son darwinistas. Creen firmemente en la importancia vital de la competición y de la selección natural, esas fuerzas naturales, siempre misteriosas y a-científicas que les han llevado hasta donde se encuentran, es decir, en todo lo alto y les interesa fomentarlas. Pero este tipo de texto tiene, por otro lado, el inconveniente de que se lee mal. La selección natural encierra estas paradojas y es que si uno se centra en competir no se da cuenta de que el que compite peor puede ser mejor observador.
Así, Fuller que puede ser un buen competidor para publicar bien y vender muchas copias de su libro, paradójicamente no se toma la molestia de explicar claramente en qué consiste la idea de diseño. Cuando lo hace, es de aquella manera, por ejemplo (p 176):
In biology, the design standpoint is captured by the idea of the “selection environment”, which is neither so rigidly nor so quantitatively defined as “frame of reference” in physics. Biologists assume that there is ultimately one selection environment –the one that has actually operated on Earth-but that its carácter is established only once certain organisms, organs or cells are observed (or inferred from the historical record) to have been selected. How then, might one characterise this selection environment?
Mención triple de selection environment, ¿Les suena? Pues sigan leyendo más adelante (p 177):
Here Darwin’s view that natural selection ultimately trumps all efforts at artificial selection rules supreme.
Mmmmmm! Vaya, vaya, con el ID y su “maverick” supporter, como le llama Steven Rose, si todo esto suena al más puro darwinismo…
El autor está más a gusto cuando habla de Filosofía que cuando se refiere a la biología. Acierta cuando explica en distintas ocasiones que la ciencia tiene un fondo filosófico. Así cuando dice (p 124):
The task of explaining natural phenomena involves much more than explaining a series of isolated evens in the World, each individually. It also involves explaining how tose events manage to hang togheter to constitute a coherent World order
Pero yerra al pensar que ID será todo aquello que no sea producto del azar y la necesidad (p 121). La realidad es más sencilla que todo eso: ID será todo aquello que sea diseñado y si no hay diseñador, no hay diseño. Para un colectivo de lectores adultos e independientes, no cabe el absurdo que Ayala mencionaba en su artículo apologético del darwinismo en PNAS el año pasado: Diseño sin diseñador.
Lo que define el ID ha de ser necesariamente la presencia de un diseñador que, como principio inspirador puede valer perfectamente, pero permanecerá imposible de probar. Las diferentes formas de la vida y sus cambios pueden perfectamente explicarse desde perspectivas religiosas, menos religiosas o ateas, cada cual será libre de elegir. Pero en ciencia, la discusión debe centrarse en aspectos de la ciencia, no de sus fundamentos filosóficos o de la inspiración metafísica de cada uno. Tales fundamentos han de permanecer abiertos y dispuestos para su libre discusión, pero en foros diferentes del puramente científico. Lo que sea el azar y la necesidad habrá que discutirlo en algún otro lugar, pero no por descubrir leyes significa que hay diseño. Para que haya diseño no basta con leyes, ha de haber un diseñador.
El libro contiene múltiples ejemplos de darwinismo (¿será cripto-darwinismo?) entre algunas otras lindezas.. Veamos algunos ejemplos:
Linnaeus was a special creationist (falso, creacionismo no podía concebirse en la época de Linneo y es una palabreja absurda y sin significado ahora, mucho menos antes). (p 62)
Impolitic though it may be to admit, to view science as an endeavour whose value surpasses that of other secular activities makes sense only if there is an overall design to nature that we are specially well equipped to fathom, even though most of it has little bearing on our day-to-day animal survival. (p 70)
Mendel shared this interest in the rationalisation of nature. It accorded well with the bold Augustinian reading of Genesis, in which the impedments posed by unruly matter force God to execute the creation in stages over six days (p 84)
Darwin elaborated for many kinds of plants and animals the specific terms under which the struggle for survival occurred in nature. Natural selection did not appear as in Spencer’s promiscuously proliferating analogies, the precursor of Daniel Dennet’s crude and bloated “panselectionism”- but as subtly emergent feature of nature that merited further empirical study. It was in this spirit that John D. Rockefeller invested millions of dollars in social and biological research; in the hope that humanity’s adaptive capacity might be at least marginally improved over the odds on offer in nature. (p 92)

Pero tiene también frases muy acertadas y así el capítulo titulado “Is there a middle ground between creation and evolution?” podría ser el más inspirado:
The ground rules of science are always being renegotiated (p110)

Ayala appears to be under the misapprehension that Darwin clarified, rather than obscured, the nature of life (116)
Darwinian evolution’s capacity for obscuring the nature of life is epitomised by Ayala’s subtitle “Design without designer” (118)

En definitiva, la lectura del libro y de sus críticas posteriores, viene a apoyar la hipótesis surgida en este blog señalando que, tanto el ID como el creacionismo son productos estratégicos del darwinismo para mantener en pie su planteamiento científico, el más erróneo de toda la historia que tiene secuestrada desde hace décadas a la biología y que consiste en la torpe idea de que la competición es base y fundamento de la vida.
Estaré encantado de discutirla

martes, 7 de octubre de 2008

Darwinismo robótico







Cada vez cuesta más esfuerzo a los misioneros de la religión darwinista extenderla por el mundo.


Por eso, la lucha por la supervivencia y la competición se imponen todavía como único criterio de fondo en algunos medios científicos y sobre todo de divulgación de la ciencia, que comienzan a actuar como verdaderos mártires en inútiles ejemplos de auto-sacrificio al servicio de su religión.


El mundo editorial, que está en manos de editores darwinistas, nos ofrece cada día ejemplos más escandalosos. Ya he indicado alguno y hoy aporto otro procedente de la revista salmantina Tribuna de la Ciencia. En la lista de contenidos del ejemplar correspondiente a Octubre de 2008 en la sección de "Cultura Científica", aparece este jugoso titular:



Un equipo de profesores y alumnos palentinos luchan en concursos de robótica





Se admiten apuestas. Yo apuesto a que de seguir así ganan los robots,......





martes, 9 de septiembre de 2008

Premios "Blog de Oro"




Recibo encantado dos premios "Blog de Oro". Uno viene de Guis y el otro de Alexis Marrero. Agradezco mucho el detalle a ambos y paso a conceder los premios a otros blogs que, a mi juicio,
son también de oro.
El primero es para Juanjo Ibáñez, para su blog "Un universo invisible bajo nuestros pies", una fuente inagotable de información que debería tener muchos premios y más sustanciosos que éste por su papel en esa actividad a la que se da tanta importancia en algunos discursos y que es la divulgación científica. En su última entrada, Juanjo vuelve a sorprendernos con esta frase imponderable de su propia cosecha:
Mas vale acertar aproximadamente que errar con precisión
También por su enorme labor de divulgación en un terreno tan importante como el de la salud, merece el premio la bitácora Salud Pública y Algo Más, de Consuelo Ibáñez.
Siguiendo dentro de los weblog de Madrimasd, el tercer premiado es el blog "Esos pequeños bichitos", de Miguel Vicente, por su visión abierta y actual de la microbiología.
El cuarto premio será para Pepe, por su crítica severa y necesaria del darwinismo, desde su blog "Evolución, la miseria del darwinismo", cuya última entrada se titula con razón"El darwinismo es un obstáculo para el avance de la ciencia".
El quinto premio para "La soledad del excéntrico", con mis mejores deseos de que triunfe plenamente en su dedicación a la divulgación y crítica en biología.
Finalmente, un premio para mi amigo Joaquín por su actividad docente extemporánea en "El parvulario tomista".
Un abrazo a todos

miércoles, 18 de junio de 2008

Los ingleses, por Henry James



Lo único que el Príncipe sabía con certeza acerca de los ingleses era que "les situations nettes" no les gustaban. Por nada del mundo estaban dispuestos a aceptarlas. El genio nacional inglés, el éxito nacional inglés, siempre habían consistido en evitar dichas situaciones en todo momento. Con complacencia, los ingleses estimaban que este peculiar talento era lo que ellos denominaban su maravillosa capacidad de transigir, cuya influencia impregnaba de tal manera el lugar en que ahora se encontraba nuestro héroe que parecía, de una manera más clara, que la tierra y el aire, la luz y el color, los campos, las colinas y el cielo, los pueblos de los condados azul verdoso y las frías catedrales, debieran el especial matiz de su tono a dicha capacidad.

Henry James. La Copa dorada. Alba Editorial SL. Barcelona. 1998. Trad.: Andrés Bosch Villalta. El fragmento se encuentra en la p 332.

jueves, 29 de mayo de 2008

Carta a Pepe para que entienda ya de una vez la selección natural



Amigo Pepe,

Por fin he encontrado algunas definiciones de la selección natural y así ya voy a poder estar pronto en condiciones de discutir con los darwinistas quienes, a menudo, me vienen acusando de no entender nada; o sea que,...... me temo que pronto abandonaré el grupo de cuatro malpensantes y me convertiré a la religión darwinista, la única verdadera.
Ya he comenzado hoy mismo mi medicación para curarme de pensar que la teoría de evolución por selección natural sea una tautología, porque en el libro “Evolución”, de los autores Theodosius Dobzhansky, Franciso J Ayala, George Ledyard Stebbins y James W Valentine, publicado en su versión original (en inglés) por Freeman en SanFrancisco (1977) y después por Omega en Barcelona (1980) se pueden leer las siguientes píldoras:

Selección Natural. Píldora 1: La idea consiste básicamente en que los individuos sanos y vigorosos tienen una mayor probabilidad de sobrevivir y dejar descendencia que los enfermos y endebles.
Esto, ejem....., esto nos evita la necedad de seguir leyendo este u otros libros. Lo importante es que crezcamos todos sanos y vigorosos. Por eso he visto yo por ahí propagandas de platos de jamón.
Selección Natural. Píldora 2: Darwin y Wallace consideraron a la selección natural, es decir, la supervivencia y reproducción diferencial de los organismos, como el principal agente director del cambio evolutivo.
Supervivencia y reproducción diferencial de los organismos. No hay más misterio.
Selección Natural. Píldora 3 (ya casí al final del libro, como atando cabos):
Según la teoría de la evolución explicada en este libro, la selección natural es el proceso responsable de las adaptaciones de los organismos y también el principal proceso que provoca el cambio evolutivo. El principio de la selección natural, junto con algunas hipótesis subsidiarias, generalmente bien corroboradas (tales como la teoría mendeliana de la herencia), puede explicar gran número de fenómenos del mundo animado, tal como la diversidad de los organismo, el cambio gradual de los mismos a través del tiempo y sus notables adaptaciones al ambiente. La teoría de la evolución es la teoría biológica más amplia.
La primera píldora la tomo por la mañana, en ayunas. La segunda al mediodía. Esta tercera píldora antes de tomármela la voy a leer un par de veces más no sea que se me indigeste. Les aconsejo hacer lo mismo. Todo ello lo comentaré más despacio otro día, suponiendo que no me haya curado y siga sin convertirme a la religión darwinista.

Nota final: Fíjese Pepe en la subsidiariedad de la teoría mendeliana de la herencia, o sea cómo una teoría sólida y bien fundada puede ser tomada como subsidiaria del dogma cuando conviene.
Estoy ansioso por continuar mi tratamiento y espero que las píldoras me hagan efecto. Seguro que entonces podré ponerme a escribir sin freno en las editoriales de mayor prestigio en lugar de hacerlo en blogs cochambrosos.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Lista actualizada de Firmas en apoyo del Manifiesto por una Biología del siglo XXI




Publico aquí la lista actualizada de Firmas en apoyo del Manifiesto por una Biología del siglo XXI.


El Manifiesto original se encuentra en esta entrada del blog Crimentales. Por favor, compruebe que su nombre y filiación es correcta e indique cualquier otra información que desee añadir.


A fecha de hoy (martes, veintiocho de abril de 2009) está apoyado por setenta y un firmantes:


Mauricio Abdalla, Profesor de filosofía de las ciencias, Universidade Federal do Espírito Santo, Brasil

Arcadio Agudelo Hernández Médico Cirujano UNAM (México)

Guillermo Agudelo Murguía, Director del Instituto de Investigación sobre la Evolución Humana, A.C. (México)

Borja Alarcón Estudiante de 5º Curso de Biología

Isabel Aler Gay, Dpto. Sociología de la Universidad de Sevilla

Djordje Bajic, Serbia, Estudiante 4º curso de bioquímica

Abel Barral Estudiante de 5º Curso de Biología

José María Barrasa Departamento de Biología Vegetal, Facultad de Biología, Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares, Madrid

Juan Barrero Estudiante de 5º Curso de Biología

Maria Bautista Estudiante de 5º Curso de Biología

Maria Jesús Blázquez, Profesora de biología de Enseñanza Secundaria, Zaragoza

Pedro Burruezo, redactor jefe de The Ecologist en español

Daniel Cabeza Gras, doctor en informática, creador web y facilitador de Biodanza

Walter Cantero Becario Tercer Ciclo UAM

Sofia Carbajosa Estudiante de 5º Curso de Biología

Pedro del Castillo, Doctor en biología celular y profesor contratado depto. Biología UAM

Emilio Cervantes, Investigador IRNASA CSIC Salamanca

Colectivo Replantear el SIDA

Ana Isabel del Cueto Ginzo, Doctorando INIA

Antonio Chamorro Cristóbal, Estudiante de Maestría en Agricultura Ecológica, Wageningen University

Maria Domínguez Estudiante de 5º Curso de Biología

Eduardo García Estudiante de 5º Curso de Biología

Bárbara García-López Estudiante de 5º Curso de Biología

José María Gómez Durán Ayudante de laboratorio del INIA, Madrid

Armando González Martín, Profesor asociado, Comisión Docente de Antropología Física, Depto. Biología UAM

Claudine Gracía Liechti 3º de Biología

Mirta Grimaldi, Doctora en Biología quimica, Buenos Aires, Argentina

Juana Gutiérrez de Diego. Profesora Titular. Depto de Bioquímica y Biología Molecular. Universidad de Salamanca.

Rosa Haynes del Pino. Los Verdes.

Daniel Heredia Estudiante de 5º Curso de Biología

Guillermo Herrán Estudiante de 5º Curso de Biología

Silvia Herrero Estudiante de 5º Curso de Biología

Miguel Iniesto Estudiante de 5º Curso de Biología

Sheila Jordan Estudiante de 5º Curso de Biología

Alberto Jorge Estudiante de 5º Curso de Biología

Marta Lapuente Estudiante de 5º Curso de Biología

Estíbaliz López Hermoso, Estudiante 5º curso de biología UAH

Antonio López Jiménez. Licenciado en Ciencias Biológicas. Profesor interino de Secundaria

Antonio López Martínez, Licenciado biología UM y profesor interino de secundaria

María Losada Personal investigador en formación (PIF) UAM

Celia Martín Estudiante de 5º Curso de Biología

Nereida Melguizo Estudiante de 5º Curso de Biología

Daniel Mencía, Diplomado biología UAM

Raúl Mora, Veterinario y naturalista, Murcia

Enrique Moreno Díaz, Licenciado biología UAM

Francisco Navas Estudiante de 5º Curso de Biología

Tomás Narros Fernández, Licenciado biología UAM

Jon Ortega, Doctorando UM (Depto. de Zoología y Antropología física)

Juan Manuel Ortega Legazpi Medico Cirujano Doctorando en Ciencias UNAM (México)

Elisa Oteros Becaria de Tercer Ciclo UAM

Marcos Palomino Quintana. Estudiante de 5º de biología. Madrid.

Daniel Pardo Maroño, Estudiante 5º curso de biología

Helena Pascual Borrás. 4º de Biología

Anahí Peirotén Herrero, Licenciada biología UAM

Luis Javier Pérez Hinojosa. Estudiante de 3ºde Biología de la Universidad de Granada

Oscar Luís Prada Campaña, Fundación Félix Rodríguez de la Fuente

Casilda Rodrigáñez, escritora, Murcia

Francisco David Rodríguez. Profesor Titular. Depto de Bioquímica y Biología Molecular. Universidad de Salamanca

María Rodríguez Aburto. Lic. en Biología, Universidad Autónoma de Madrid

Javier Royo, Veterinario y naturalista, Murcia

Javier Sánchez, Estudiante de 5º Curso de Biología UM

Alfonso Sánchez Díaz. Licenciado en biología. Universidad Autónoma de Madrid

Carlos Sánchez Giménez, Licenciado en Biología, Universidad Autónoma de Madrid

Máximo Sandín Doctor en Antropología Física y Profesor Depto. Biología UAM

Marta Sanmillán Estudiante de 5º Curso de Biología

Arturo Sastre Estudiante de 5º Curso de Biología

Daniel Omar Stchigel, Doctor en Filosofía, Buenos Aires, Argentina

Rodrigo Suárez, Doctorando Universidad de Chile

Zulema Udaondo Estudiante de 5º Curso de Biología

Sara Villen Estudiante de 5º Curso de Biología

Almudena Zaragoza Estudiante de 5º Curso de Biología

lunes, 12 de mayo de 2008

Veintisiete libros y un prólogo abierto para una nueva biología


Presentación del libro "Veintisiete libros y un prólogo abierto para una nueva biología"
(Ediciones Crimentales en colaboración con ADEBIR. La Rioja, Marzo de 2008)

Coordinador: Emilio Cervantes
Presentación

En el planteamiento de este libro está la inquietud filosófica surgida en un grupo de biólogos. En el mundo de la post-modernidad, en el que hoy vivimos, la biología está atravesando una zona crítica, pero es difícil entender y hablar de biología, porque algo todavía más general, el lenguaje se está corrompiendo.
El lenguaje hoy sirve para una función que es exactamente la contraria de su función original. La función original del lenguaje es poner en conexión a los hombres con las cosas. Las palabras eran, originalmente, puentes con la realidad, vehículos para acceder directamente al conocimiento de la Naturaleza. Y sin embargo, hoy vienen muchas veces a ser lo contrario…… Vemos en la actualidad cómo aparecen palabras cuya función parece ser la de separarnos de la realidad, alejarnos de la Naturaleza. ¿Cómo se explica si no las palabras Creacionista y Creacionismo?. ¿Qué significan estos otros términos tan utilizados hasta la saciedad en tantos libros de Biología: Adaptación, Selección Natural?. ¿Son conceptos científicos? Alguien, durante ya demasiadas décadas, se ha empeñado en que tomemos en serio palabras vacías, es decir conceptos que no tienen cabida en un horizonte científico que aspire a tener una mínima capacidad crítica.
En este libro se comentan desde la perspectiva personales de diez biólogos veintitrés libros relevantes para sus quehaceres. En el prólogo, entre los objetivos, hablamos de la búsqueda de una nueva biología que nos parece hoy necesaria. Proponemos algunas de las condiciones que ha de cumplir la nueva biología: Respeto por los demás, respeto por el lenguaje, interdisciplinariedad, apertura hacia la historia y las humanidades. Esperamos, que la lectura de los comentarios pueda servir al lector para que él mismo proponga nuevas condiciones que contribuyan a hacer de la biología una ciencia al servicio de la humanidad y evitar que pueda ocurrir lo contrario.


Participantes


Juan José Aldasoro (JJA). Real Jardín Botánico CSIC. Madrid.
Jon Arteaga (JA). Departamento Antropología Física Universidad de Murcia.
Elena de la Casa (ECE). Universidad de Texas, Arlington. USA.
Emilio Cervantes (EC). IRNASA CSIC. Salamanca.
Andrés Galera (AG). Instituto de Historia CSIC. Madrid.
Juana Gutiérrez de Diego (JGdD). Departamento de Bioquímica USAL. Salamanca.
Carolina Martínez Ruíz (CMR). Departamento de ciencias Agroforestales UVA. Palencia.
Francisco David Rodríguez García (FDRG). Departamento de Bioquímica USAL. Salamanca.
Francisco Javier Sáenz de Cabezón (FJSC). Universidad de California, Davis. USA.
Máximo Sandín (MS). Departamento de biología UAM. Madrid.



Contenido

Prólogo abierto.

Primera parte: En torno a tres libros que no son de biología pero que son fundamentales.

1- Thomas Kuhn. La Estructura de las Revoluciones Científicas. (EC)
2-Michel Foucault. Les Mots et les Choses. Une Archeologie des Sciences Humaines. (EC)
3- Karl Popper. Conjeturas y Refutaciones. (EC)

Segunda parte: Obras y autores de historia natural, paleontología y precursores de la biología.

4- Buffon. 1778. Les Époques de la Nature. (AG)
5- Lamarck. 1809. Philosophie Zoologique. (MS)
6- Cuvier. 1825. Discours sur les Révolutions de la Surface du Globe et sur les Changements qu’elles ont Produits dans le Règne Animal. (AG)
7- le Guyader, H. 1998. Geoffory Saint-Hilaire. Un Naturaliste Visionnaire. (EC)
8- Claude Bernard. 1865. Introducción al Estudio de la Medicina Experimental. (EC)
9- D’Arcy Wentworth Thompson. 1917. On Growth and Form. (EC)
10- Charles Depéret. 1929. Les transformations du monde animal. (EC)


Tercera parte: Algunos textos generales sobre biología y sobre el estudio de la vida.

11- El árbol del conocimiento. Humberto Maturana y Francisco Varela. (JA)
12- Lynn Margulis y Karlene V Schwartz. Cinco Reinos. 1985. (JJA)
13- Linn Margulis. ¿Qué es la Vida?. 1996. (JA)
14- Enrico Coen. The Art of Genes (How organisms make themselves). 1999. (EC).
15- Fernando Vallejo. La Tautología Darwinista y Otros Ensayos de Biología. 1998. (EC)
16- Nick Brewin. Seed to Seed: The Secret Life of Plants. 2006. (EC)
17- Máximo Sandín. Pensando la Evolución, Pensando la Vida. 2006. (EC)


Cuarta parte: Libros sobre Zoología, Botánica, Ecología y evolución


18- Morgan, TH. A Critique of the Theory of Evolution. 1919. (EC)
19- Magurran AE. Ecological Diversity and its Measurement.
Diversidad Ecológica y su Medición. 1989. Magurran A.E. Measuring Biological Diversity. 2004. (CMR)
20- Luken JO. Directing Ecological Succession. 1990. (CMR)
21- Nijhout FJ. Insect Hormones. 1994. (FJSC)
22- Gorb S. Attachment Devices of Insect Cuticle. 2001. (FJSC)
23- Gould SJ. The Structure of the Evolutionary Theory. 2002. (EC)

Quinta parte: Cuatro comentarios de libros recientes sobre Bioquímica, desarrollo y epigenética y otras obras.

24- Lehninger. Biochemistry. 2005. (JGdD-FDRG).
25- David Micklos, Greg A. Freyer, and David A. Crotty. DNA Science: a First Course. 2003. (JGdD-FDRG)
26- Lewis Wolpert, Jim Smith, Tom Jessell, Peter Lawrence, Elizabeth Robertson, and Elliot Meyerowitz. Principles of Development. (JGdD-FDRG) . 2006.
27- CD Allis, T Jenuwein y D Reinberg. Epigenetics. 2007.(ECE).


Precio: 5 Euros más gastos de envío (para España, 2 Euros; Europa: 6, 5 Euros; América: 9,5 Euros). Disponemos de una cantidad reducida para su venta directa. Ingresar el importe en la siguiente cuenta de la Caja Rioja (2037 0070 71 0113636716) y enviar un e-mail notificando el ingreso a ecervant@usal.es o ignacio.perez@unirioja.es

En el blog "Un libro de biología" se ha publicado el comienzo del prólogo abierto.

sábado, 19 de abril de 2008

Nuevas firmas en apoyo del Manifiesto por una Biología del siglo XXI




Tomo prestada del blog "crimentales" esta imagen para acompañar la lista de veinticinco nuevas firmas que apoyan el Manifiesto por una Biología del Siglo XXI del que hablaba hace unas entradas. Están todos invitados a unirse al grupo de Google "Biología Humanista" y discuir las posibilidades de una Sociedad Internacional de Biología Humanista.





Mauricio Abdalla, Profesor de filosofía de las ciencias, Universidade Federal do Espírito Santo, Brasil
Guillermo Agudelo Murguía, Director del Instituto de Investigación sobre la Evolución Humana, A.C. (México)
Djordje Bajic, Serbia, Estudiante 4º curso de bioquímica
Pedro Burruezo, redactor jefe de The Ecologist en español
Maria Jesús Blázquez, Profesora de biología de Enseñanza Secundaria, Zaragoza
Pedro del Castillo, Doctor en biología celular y profesor contratado depto. Biología UAM
Emilio Cervantes, Investigador IRNASA CSIC Salamanca
Ana Isabel del Cueto Ginzo, Doctorando INIA
Antonio Chamorro Cristóbal, Estudiante de Maestría en Agricultura Ecológica, Wageningen University
Armando González Martín, Profesor asociado, Comisión Docente de Antropología Física, Depto. Biología UAM
Mirta Grimaldi, Doctora en Biología quimica, Buenos Aires, Argentina
Estíbaliz López Hermoso, Estudiante 5º curso de biología UAH
Antonio López Martínez, Licenciado biología UM y profesor interino de secundaria
Daniel Mencía, Diplomado biología UAM
Raúl Mora, Veterinario y naturalista, Murcia
Enrique Moreno Díaz, Licenciado biología UAM
Jon Ortega, Doctorando UM (Depto. de Zoología y Antropología física)
Tomás Narros Fernández, Licenciado biología UAM
Daniel Pardo Maroño, Estudiante 5º curso de biología
Anahí Peirotén Herrero, Licenciada biología UAM
Oscar Luís Prada Campaña, Fundación Félix Rodríguez de la Fuente
Javier Royo, Veterinario y naturalista, Murcia.
Javier Sánchez, Estudiante de 5º Curso de Biología UM
Oscar Omar Stchigel, Doctor en Filosofía, Buenos Aires, Argentina
Rodrigo Suárez, Doctorando Universidad de Chile


Gracias a todos y esperamos que el circulo se amplíe

martes, 18 de marzo de 2008

Sociedad de Biología Humanista: su necesidad, campo de acción e interés



Cuando hace unos años se nos decía que la biología sería la ciencia del futuro, había una sensación de que aquello era cierto, de que, efectivamente así sería; pero,….. hasta hoy no hemos podido concretar en qué ha consistido aquella frase premonitoria.

Los avances de la biología en la segunda mitad del siglo XX y en lo que va del XXI han sido espectaculares, sus aplicaciones han ido a veces más allá de lo esperado en agricultura y en biomedicina. Pero, ….por otra parte, existe una creciente preocupación por lo que puede ser el fundamento teórico de la biología, y lo que puede haber en él de manipulación del conocimiento. Una especialización excesiva unida a la búsqueda de resultados aplicados asociados a una rentabilidad económica no garantizan que los resultados de la investigación se transmitan siempre en condiciones óptimas. Además, el darwinismo, que en algunos foros de debate y medios académicos se defiende a ultranza, difunde la idea de una naturaleza en perpetuo estado de competición, lo cual no viene a aclarar la situación.

Algunos de estos aspectos, hoy sin duda problemáticos, han sido expuestos en el MANIFIESTO POR UNA BIOLOGÍA DEL SIGLO XXI, que un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad Autónoma de Madrid ha publicado hace unos días, y al cual he dado publicidad en éste blog.

La biología ha dado muchos resultados que deben ser hoy discutidos en foros abiertos en los que biólogos y todas las personas, profesionales o no, con interés en el tema puedan obtener información de primera mano y opinar. Es particularmente crítica la situación del profesorado de Enseñanza Secundaria y Bachillerato, que ha de explicar a sus alumnos desarrollos recientes de la ciencia, implicando importantes cuestiones sociales y aplicadas, pero que no entraban en sus planes de estudios. Aspectos recientes de la biología como la secuenciación de genomas, las células madre, los priones o los métodos más recientes de diagnóstico genético están en la prensa y, a menudo, también en los libros de texto, pero la mayoría de los profesores apenas si los vieron en sus carreras. Ésta situación ha sido detectada por ejemplo en el caso del Investigador Miguel Vicente, quien desde su blog Esos pequeños bichitos indica:

“……es urgente dar a los educadores y a la opinión pública información científica fidedigna en español pues en su mayoría se trata de audiencias que no dominan (muchos ignoran) la lengua inglesa.”


Pero la biología va más allá de todos estos aspectos de importancia incuestionable y define lo que es el ser humano. Por eso, sus resultados y técnicas deben ser objeto de debate abierto con un fondo filosófico, humanista. Profesionales y docentes de otras materias (periodismo, literatura, filosofía, matemáticas, física,….) tienen mucho que aportar a la biología de hoy.


Proponemos desde aquí la discusión abierta acerca del interés y objetivos de una Sociedad de Biología Humanista. Están todos invitados al debate y agradeceríamos en particular la participación de profesores de Enseñanza Secundaria y Bachillerato.

jueves, 13 de marzo de 2008

XI Reunión de la Asociación para el Desarrollo y el Estudio de la Biología en la Rioja (ADEBIR)







XI Jornada Científica de ADEBIR
XI Aniversario de la Asociación

La evolución de las especies. Perspectiva histórica e interés en la Rioja



Viernes, 9 de Mayo de 2008.

Programa preliminar:


16h. Bienvenida.
José Miguel Delgado. Director del IER.
Luis Miguel Medrano. Director del Área de Ciencias Naturales.
Directiva de ADEBIR.

16 h 30 Aproximación histórica al estudio de la evolución. Andrés Galera. Centro de Ciencias Humanas y Sociales. Inst. de Historia. CSIC.

18 h 30. Asamblea General Ordinaria de ADEBIR. Discusión de perspectivas y posibilidades de futuro. Balance económico. Proyectos en marcha. Ruegos y preguntas.

lunes, 10 de marzo de 2008

Doscientos cincuenta aniversario del nacimiento de Vicente Cervantes y doscientos veinte de la fundación del Jardín Botánico de la Ciudad de México




Vicente Cervantes Mendo (Ledrada, Salamanca,1758-Ciudad de México, 1829) llegó a América en 1787 con la expedición científica de la Nueva España (1787-1803) , dirigida por el aragonés Martín de Sessé y Lacasta (1751-1808), e integrada por Juan Diego del Castillo, José Longinos Martínez y Jaime Senseve.


La Real Cédula de Creación de la Expedición Botánica a Nueva España fue extendida el 20 de marzo de 1787. El profesor del Real Jardín Botánico de Madrid Casimiro Gómez Ortega seleccionó los miembros que habrían de componerla. El territorio objeto de estudio ocupó desde San Francisco, en California, hasta la población de León en Nicaragua, la isla de Nukta, en el archipiélago de Vancouver, El Salvador, Guatemala, y las islas de Santo Domingo, Puerto Rico y Cuba.

El 27 de marzo de 1788, Sessé informa a Gómez Ortega de la inauguración del Jardín Botánico de la Ciudad de México y poco después, comentará los nuevos planes para el establecimiento y los preparativos de sus viajes de exploración.

Vicente Cervantes ocupó la primera cátedra de botánica en la Ciudad de México en donde vivió durante treinta años explicando las etimologías griega, latina y mexicana de cada planta, sus virtudes terapéuticas y los usos económicos de los distintos vegetales, para lo cual utilizó el mismo libro que los alumnos que recibían clase en el Jardín Botánico madrileño, esto es, el Curso Elemental de Botánica de Casimiro Gómez Ortega y Antonio Palau Verdera (1734-1793), el primero de cuyos autores había sido maestro de Cervantes en el Real Jardín Botánico de Madrid.

A lo largo de su carrera describió más de trescientas especies nuevas, publicó quince obras de carácter científico (algunas de las cuales se han extraviado) y fue responsable de la formación de nuevos botánicos, entre ellos de José Mariano Mociño (1757-1819), que se incorporó a la expedición en 1790.

Entre sus obras destaca el Ensayo a la Materia Médica Vegetal de México, que no se editó hasta casi finalizado el siglo XIX, así como su participación en las obras Plantae Novae Hispaniae, y Flora Mexicana, ambas editadas en México con Sesse y Mociño como autores, siendo el resultado de la obra de la expedición, cuyo principal botánico fuera Cervantes. Vicente Cervantes permaneció en Ciudad de México donde, pese a su condición de español, el gobierno independentista le respetó en su cargo; murió el 26 de julio de 1829.








viernes, 29 de febrero de 2008

El creacionismo, el darwinismo y Wikipedia: Otro ejemplo a favor del manifiesto




El Manifiesto a favor de la Biología del siglo XXI que publicaba hace dos entradas decía, entre otras cosas lo siguiente:

Finalmente, queremos llamar la atención sobre un fenómeno que está contribuyendo a aumentar, especialmente en la sociedad, la confusión sobre el problema que estamos denunciando: El debate darwinismo-creacionismo, que los darwinistas parecen especialmente interesados en difundir. Creemos que es un debate inútil, porque los científicos no debaten sobre creencias, sino sobre datos empíricos, pero que contribuye al reforzamiento social de las viejas (e interesadas) concepciones para evitar el verdadero debate: el de una concepción científica del Siglo XIX frente a una Ciencia del Siglo XXI.


Pues bien, hoy aporto otra prueba más que demuestra que esto es cierto.


Buscando información sobre el naturalista español Juan Vilanova y Piera (1821-1893), me encuentro en Wikipedia (esa enciclopedia pseudodemocrática que sabemos que es darwinista por esto y por esto otro) con esta lindeza:


En cuanto a las teorías del origen de la vida en la tierra, Vilanova era creacionista pero no rechazaba las nuevas teorías que iban surgiendo de mantuvo en contra de las ideas evolucionistas de Darwin y Huxley. (sic.)


Una maravilla de párrafo escrito sin duda por algún darwinista iluminado que viene a demostrar que, efectivamente, en su clan quieren potenciar el debate darwinismo-creacionismo como se indicaba muy acertadamente en el manifiesto. Pero además de eso y de estar mal escrito, el párrafo en cuestión demuestra la ignorancia de quien lo escribió. No sabemos si Juan Vilanova se habría preguntado alguna vez o no acerca del origen de la vida en la Tierra, posiblemente no. Una evidencia en favor de dicha afirmación: eso sería lo primero que un articulista decente habría tenido que presentar documentadamente. Que Vilanova no era creacionista es seguro puesto que esa palabreja no se había inventado todavía. Por similares consideraciones elementales, Platón tampoco pudo ser católico ni Carlos Marx militante de la UGT. Acerca de lo que signifique ser creacionista, todavía no he tenido tiempo de investigar. Sólo un vistazo a la entrada "creacionismo" en Wikipedia ya me ha levantado un dolor de cabeza que sospecho me durará todo el fin de semana. Puede que tenga que terminar admitiendo que Vilanova era creacionista, ahora bien esto implicará la necesidad de admitir que Darwin también lo era con lo cual el debate quedaría, afortunadamente, concluido.

El creacionismo, invento darwinista.




miércoles, 27 de febrero de 2008

Un sencillo experimento acerca de la biología del siglo XXI y su malvada interpretación


La entrada anterior contenía un manifiesto que he recibido de la Universidad Autónoma de Madrid. En su presentación describía como al buscar una imagen para acompañar dicho manifiesto, tuve una experiencia que da la razón al contenido del mismo. Pues bien, esta experiencia puede repetirla cualquiera y así reflexionar con más base acerca de lo que dice el manifiesto. La experiencia es sencilla. Consiste en buscar en Google (España) imágenes con el texto: Biología siglo XXI y, a continuación, analizar lo que tarda en salir la imagen de Darwin. Háganlo. Yo acabo de hacerlo.
Vayan buscando conmigo imágenes en las que se puedan identificar personas. En la primera página de imágenes a mi me surgió un señor dando clase y otro señor de barba blanca que no pude identificar, además de otros dos señores anunciando métodos de diagnóstico. Ya en la segunda página me apareció alguien conocido: El omnipresente periodista Eduard Punset. En la tercera página también reconocí a alguien: El presidente del CSIC y en la cuarta,…¿cómo no?. Ahí ya aparece Darwin. Estoy buscando imágenes con el texto Biología siglo XXI y no he visto ni a Watson y Crack, perdón Crick; ni milagrosamente a Crack Venter (perdón quise decir Craigh). Pero es que estoy buscando en Google España y NO he visto a Santiago Ramón y Cajal ni a Severo Ochoa, nuestros flamantes nobeles, pero SÍ a Darwin. Prometo repetir la experiencia en un par de meses a ver en que página me aparece el que todavía hoy es uno de los principales representantes de la Biología del siglo XXI en español: Sir Charles Darwin.

MANIFIESTO POR UNA BIOLOGÍA DEL SIGLO XXI


He recibido un escrito procedente de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid que copio a continuación.
Al buscar una imagen para acompañar dicho escrito me ha ocurrido una anécdota curiosa que tiene mucho que ver con el escrito y con la preocupación que en el va expresada y que relato en la siguiente entrada. Lo que me ha ocurrido en la búsqueda de imágenes demuestra claramente que el manifiesto tiene razón cuando dice que existe una gran confusión en los fundamentos teóricos en que se basan las investigaciones biológicas.
MANIFIESTO POR UNA BIOLOGÍA DEL SIGLO XXI

Los abajo firmantes, alumnos y ex–alumnos del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid, nos dirigimos a la comunidad científica y a la sociedad en general para llamar la atención sobre un problema que puede llegar a tener graves repercusiones en nuestra sociedad.
Existe, en la actualidad, una gran confusión en los fundamentos teóricos en que se basan las investigaciones biológicas y, como consecuencia, sus objetivos y aplicaciones, por lo que estas pueden llegar a ser peligrosas para la Naturaleza y para el ser humano.

Los descubrimientos recientes sobre la naturaleza y la complejidad de la información genética y de otros fenómenos biológicos, especialmente los relacionados con las actividades de bacterias y virus, resultan absolutamente contradictorios con las suposiciones sobre las que se sustentaba la base teórica de la Biología elaborada a principios del siglo pasado. Sin embargo, tanto la docencia como la investigación parecen seguir ancladas en las antiguas interpretaciones.
La explicación más inmediata de esta situación está en la especialización y falta de integración entre distintas disciplinas. Como consecuencia, desde el punto de vista de la docencia, se continúa la formación de nuevas promociones con criterios desfasados. Pero es aún más grave la repercusión en la investigación: se mantienen los planteamientos y los objetivos reduccionistas y, como consecuencia, las interpretaciones, que son absolutamente contradictorias con los nuevos datos. Esto supone una grave pérdida de tiempo en ciencia y un inútil despilfarro de inteligencias formadas y enfocadas con unas bases erróneas.
Queremos transmitir a la sociedad que el problema no se reduce a un debate científico. La vieja concepción competitiva y simplificadora de los fenómenos naturales ha llevado a graves problemas, como el avance de la resistencia bacteriana a los antibióticos debido a la consideración de la bacterias (que ahora sabemos que son extraordinariamente abundantes y fundamentales para el desarrollo de la vida) como agentes exclusivamente patógenos que había que eliminar. Los datos actuales nos han mostrado que los virus son todavía más abundantes, ubicuos y participativos en los procesos biológicos que las bacterias y que, al igual que éstas, su carácter patógeno responde a un desequilibrio de los fenómenos naturales. Por esto, las investigaciones orientadas sobre los viejos criterios reduccionistas y enfocadas con fines economicistas pueden constituir un grave peligro para la Naturaleza y para la Humanidad.
Queremos resaltar especialmente la distorsión que introduce la investigación con intereses en un rendimiento económico inmediato en el verdadero objetivo de la Ciencia: la profundización de los conocimientos al servicio de la Humanidad. La financiación privada de investigaciones orientadas a la obtención de patentes destinadas a la comercialización conduce a la precipitación de sus aplicaciones y a nuevos peligros potenciales, dada la desconexión de estos planteamientos reduccionistas con la realidad de los fenómenos de reciente descubrimiento. Por otra parte, esta dinámica induce al despilfarro de tiempo, dinero e inteligencia en investigaciones con fines absolutamente absurdos e inviables, como la pretensión de “crear” organismos artificiales, alargar la vida o seleccionar individuos supuestamente libres de enfermedades genéticas y otras de un cariz semejante, naturalmente, destinadas para el que pudiera pagarlo.
Finalmente, queremos llamar la atención sobre un fenómeno que está contribuyendo a aumentar, especialmente en la sociedad, la confusión sobre el problema que estamos denunciando: El debate darwinismo-creacionismo, que los darwinistas parecen especialmente interesados en difundir. Creemos que es un debate inútil, porque los científicos no debaten sobre creencias, sino sobre datos empíricos, pero que contribuye al reforzamiento social de las viejas (e interesadas) concepciones para evitar el verdadero debate: el de una concepción científica del Siglo XIX frente a una Ciencia del Siglo XXI.
Por todo ello, hacemos un llamamiento a la implicación de la sociedad en este problema y, muy especialmente, a la comunidad científica para poner fin a esta situación irracional en que se encuentra una ciencia cuyos conocimientos nos deben resultar fundamentales para hacer frente a los problemas que se avecinan, productos en gran parte de una concepción de la Naturaleza propia de épocas pasadas, y construir una Biología que nos conecte con la Naturaleza. Porque si la seguimos tratando como a una enemiga tenemos todas la de perder.

FIRMADO:

Borja Alarcón Estudiante de 5º Curso de Biología
Abel Barral Estudiante de 5º Curso de Biología
Juan Barrero Estudiante de 5º Curso de Biología
Maria Bautista Estudiante de 5º Curso de Biología
Sofia Carbajosa Estudiante de 5º Curso de Biología
Maria Domínguez Estudiante de 5º Curso de Biología
Eduardo García Estudiante de 5º Curso de Biología
Bárbara García-López Estudiante de 5º Curso de Biología
Daniel Heredia Estudiante de 5º Curso de Biología
Guillermo Herrán Estudiante de 5º Curso de Biología
Silvia Herrero Estudiante de 5º Curso de Biología
Miguel Iniesto Estudiante de 5º Curso de Biología
Sheila Jordan Estudiante de 5º Curso de Biología
Alberto Jorge Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta Lapuente Estudiante de 5º Curso de Biología
Celia Martín Estudiante de 5º Curso de Biología
Nereida Melguizo Estudiante de 5º Curso de Biología
Francisco Navas Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta Sanmillán Estudiante de 5º Curso de Biología
Arturo Sastre Estudiante de 5º Curso de Biología
Sara Villen Estudiante de 5º Curso de Biología
Almudena Zaragoza Estudiante de 5º Curso de Biología
Zulema Udaondo Estudiante de 5º Curso de Biología
Elisa Oteros Becaria de Tercer Ciclo UAM
Tania Ortiz Licenciada en Biología UAM
Walter Cantero Becario Tercer Ciclo UAM
Jon Ortega Doctorando UM
María Losada Personal investigador en formación (PIF) UAM
Máximo Sandín Profesor Depto. Biología


La lista actualizada (16 de Abril 2008) de personas que apoyan este manifiesto puede consultarse aquí.