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lunes, 10 de marzo de 2008

Doscientos cincuenta aniversario del nacimiento de Vicente Cervantes y doscientos veinte de la fundación del Jardín Botánico de la Ciudad de México




Vicente Cervantes Mendo (Ledrada, Salamanca,1758-Ciudad de México, 1829) llegó a América en 1787 con la expedición científica de la Nueva España (1787-1803) , dirigida por el aragonés Martín de Sessé y Lacasta (1751-1808), e integrada por Juan Diego del Castillo, José Longinos Martínez y Jaime Senseve.


La Real Cédula de Creación de la Expedición Botánica a Nueva España fue extendida el 20 de marzo de 1787. El profesor del Real Jardín Botánico de Madrid Casimiro Gómez Ortega seleccionó los miembros que habrían de componerla. El territorio objeto de estudio ocupó desde San Francisco, en California, hasta la población de León en Nicaragua, la isla de Nukta, en el archipiélago de Vancouver, El Salvador, Guatemala, y las islas de Santo Domingo, Puerto Rico y Cuba.

El 27 de marzo de 1788, Sessé informa a Gómez Ortega de la inauguración del Jardín Botánico de la Ciudad de México y poco después, comentará los nuevos planes para el establecimiento y los preparativos de sus viajes de exploración.

Vicente Cervantes ocupó la primera cátedra de botánica en la Ciudad de México en donde vivió durante treinta años explicando las etimologías griega, latina y mexicana de cada planta, sus virtudes terapéuticas y los usos económicos de los distintos vegetales, para lo cual utilizó el mismo libro que los alumnos que recibían clase en el Jardín Botánico madrileño, esto es, el Curso Elemental de Botánica de Casimiro Gómez Ortega y Antonio Palau Verdera (1734-1793), el primero de cuyos autores había sido maestro de Cervantes en el Real Jardín Botánico de Madrid.

A lo largo de su carrera describió más de trescientas especies nuevas, publicó quince obras de carácter científico (algunas de las cuales se han extraviado) y fue responsable de la formación de nuevos botánicos, entre ellos de José Mariano Mociño (1757-1819), que se incorporó a la expedición en 1790.

Entre sus obras destaca el Ensayo a la Materia Médica Vegetal de México, que no se editó hasta casi finalizado el siglo XIX, así como su participación en las obras Plantae Novae Hispaniae, y Flora Mexicana, ambas editadas en México con Sesse y Mociño como autores, siendo el resultado de la obra de la expedición, cuyo principal botánico fuera Cervantes. Vicente Cervantes permaneció en Ciudad de México donde, pese a su condición de español, el gobierno independentista le respetó en su cargo; murió el 26 de julio de 1829.








viernes, 29 de febrero de 2008

El creacionismo, el darwinismo y Wikipedia: Otro ejemplo a favor del manifiesto




El Manifiesto a favor de la Biología del siglo XXI que publicaba hace dos entradas decía, entre otras cosas lo siguiente:

Finalmente, queremos llamar la atención sobre un fenómeno que está contribuyendo a aumentar, especialmente en la sociedad, la confusión sobre el problema que estamos denunciando: El debate darwinismo-creacionismo, que los darwinistas parecen especialmente interesados en difundir. Creemos que es un debate inútil, porque los científicos no debaten sobre creencias, sino sobre datos empíricos, pero que contribuye al reforzamiento social de las viejas (e interesadas) concepciones para evitar el verdadero debate: el de una concepción científica del Siglo XIX frente a una Ciencia del Siglo XXI.


Pues bien, hoy aporto otra prueba más que demuestra que esto es cierto.


Buscando información sobre el naturalista español Juan Vilanova y Piera (1821-1893), me encuentro en Wikipedia (esa enciclopedia pseudodemocrática que sabemos que es darwinista por esto y por esto otro) con esta lindeza:


En cuanto a las teorías del origen de la vida en la tierra, Vilanova era creacionista pero no rechazaba las nuevas teorías que iban surgiendo de mantuvo en contra de las ideas evolucionistas de Darwin y Huxley. (sic.)


Una maravilla de párrafo escrito sin duda por algún darwinista iluminado que viene a demostrar que, efectivamente, en su clan quieren potenciar el debate darwinismo-creacionismo como se indicaba muy acertadamente en el manifiesto. Pero además de eso y de estar mal escrito, el párrafo en cuestión demuestra la ignorancia de quien lo escribió. No sabemos si Juan Vilanova se habría preguntado alguna vez o no acerca del origen de la vida en la Tierra, posiblemente no. Una evidencia en favor de dicha afirmación: eso sería lo primero que un articulista decente habría tenido que presentar documentadamente. Que Vilanova no era creacionista es seguro puesto que esa palabreja no se había inventado todavía. Por similares consideraciones elementales, Platón tampoco pudo ser católico ni Carlos Marx militante de la UGT. Acerca de lo que signifique ser creacionista, todavía no he tenido tiempo de investigar. Sólo un vistazo a la entrada "creacionismo" en Wikipedia ya me ha levantado un dolor de cabeza que sospecho me durará todo el fin de semana. Puede que tenga que terminar admitiendo que Vilanova era creacionista, ahora bien esto implicará la necesidad de admitir que Darwin también lo era con lo cual el debate quedaría, afortunadamente, concluido.

El creacionismo, invento darwinista.




miércoles, 27 de febrero de 2008

Un sencillo experimento acerca de la biología del siglo XXI y su malvada interpretación


La entrada anterior contenía un manifiesto que he recibido de la Universidad Autónoma de Madrid. En su presentación describía como al buscar una imagen para acompañar dicho manifiesto, tuve una experiencia que da la razón al contenido del mismo. Pues bien, esta experiencia puede repetirla cualquiera y así reflexionar con más base acerca de lo que dice el manifiesto. La experiencia es sencilla. Consiste en buscar en Google (España) imágenes con el texto: Biología siglo XXI y, a continuación, analizar lo que tarda en salir la imagen de Darwin. Háganlo. Yo acabo de hacerlo.
Vayan buscando conmigo imágenes en las que se puedan identificar personas. En la primera página de imágenes a mi me surgió un señor dando clase y otro señor de barba blanca que no pude identificar, además de otros dos señores anunciando métodos de diagnóstico. Ya en la segunda página me apareció alguien conocido: El omnipresente periodista Eduard Punset. En la tercera página también reconocí a alguien: El presidente del CSIC y en la cuarta,…¿cómo no?. Ahí ya aparece Darwin. Estoy buscando imágenes con el texto Biología siglo XXI y no he visto ni a Watson y Crack, perdón Crick; ni milagrosamente a Crack Venter (perdón quise decir Craigh). Pero es que estoy buscando en Google España y NO he visto a Santiago Ramón y Cajal ni a Severo Ochoa, nuestros flamantes nobeles, pero SÍ a Darwin. Prometo repetir la experiencia en un par de meses a ver en que página me aparece el que todavía hoy es uno de los principales representantes de la Biología del siglo XXI en español: Sir Charles Darwin.

miércoles, 20 de junio de 2007

Este año no tocan Los Mitos : Un problema de Historia.


La presencia de cada objeto en el mundo tiene una trayectoria con un principio, un tiempo de desarrollo y un fin. Su interpretación pertenece a la Historia y, por eso, una de las principales tareas y responsabilidades de la Historia es el definir cuáles son sus objetos de estudio: Territorios geográficos, imperios, orquestas, personajes o disciplinas científicas. Las disciplinas científicas y el conocimiento, en general, evolucionan con las sociedades a las que pertenecen y en las que ocurren. Es absurdo pensar que el conocimiento es acumulativo y consiste en amontonar información sobre los hechos y las verdades del mundo. Cada época histórica se caracteriza por una visión del mundo propia que incluye determinada manera de interpretarlo (ciencia) y de hacer Historia. Si la Biología es una ciencia experimental y la Biología estudia la vida, entonces no hubo Biología hasta el siglo XIX o más precisamente, hasta el siglo XX. Esto lo confirma el hecho de que la palabra Biología apenas existía antes y se usó poco a lo largo del siglo XIX. El estudio experimental de la vida parte de Buchner (Nobel de 1907) en cuyos trabajos demostró que las actividades bioquímicas (enzimáticas) ocurrían también en extractos libres de células, abriendo paso a la Bioquímica. La Biología, una ciencia experimental, es fruto del siglo XX. Pensar hoy que la Biología parte de Aristóteles y que, Alberto Magno, en la Edad Media, o más tarde Linneo o Buffon estuvieran haciendo Biología es un error garrafal y muy extendido entre los biólogos. Su actividad poco tiene que ver con la Biología, si pensamos que esta consiste en la aproximación experimental al estudio de los seres vivos. Darwin no era un biólogo, apenas un científico experimental. Su aparición, constante y en lugar destacado, en libros de texto y páginas web de Biología, implica una visión anticuada que, de persistir, acabará por convertirse en empeño por hacer ver las cosas como no son, es decir, manipular. Esta visión anticuada que puede convertirse en empeño tiene su explicación histórica. Cuando a lo largo del siglo XX se fueron acumulando resultados de la experimentación bioquímica, no existía una base teórica para darles una explicación y una cohesión y se recurre al darwinismo. El neo-darwinismo se constituye así en paradigma de la Biología como lo indica la repetida frase de Dobzhansky: “En biología nada tiene sentido si no se considera bajo el prisma de la evolución”. La novedad de los resultados del método experimental (Bioquímica, Genética,…en definitiva Biología) reclamaba entonces, para su interpretación, la atención de una disciplina más antigua (evolución) que pudiera aportar una visión histórica (coherencia). Hoy, en 2007, la situación ha dado la vuelta y pretender que esto no es así es no ver la realidad. Los abundantes resultados recientes de la Biología (Bioquímica, Genética,…) confirman la mayoría de edad de esta disciplina y reclaman su autoridad frente a disciplinas no–experimentales y, necesariamente más especulativas como es el estudio de la evolución. Ayer, hoy y siempre, la luz debe iluminar a las tinieblas y pretender lo contrario (que las tinieblas iluminen a la luz) es un error, imperdonable para los docentes. Las palabras en la frase de Dobzhansky, han jugado al juego de la silla y quedan así dispuestas: “En evolución nada tiene sentido si no se considera bajo el prisma de la Biología”. La primera década del siglo XXI es bien diferente de la década de los sesenta. Los conjuntos musicales no son lo que eran. La Biología es una ciencia con una autoridad y entidad propia.

Este año no van a tocar los Mitos.







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