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martes, 25 de septiembre de 2007

II Premio Roberto Alcázar y Pedrín





En "Biología humanista" no queremos ser tacaños con lo premios y escatimar en gasto. Aquí tendrá un premio todo aquel que se lo merezca.


Por eso, tan solo quince días después de conceder el I Premio Roberto Alcázar y Pedrín, concedemos ya el segundo. El II premio "Roberto Alcázar y Pedrín"a la deshumanización de la biología se concede por unanimidad al doctor Gregory Clark, de la Universidad de California.La nota que sigue y que nos ha llevado a conceder el premio es de Jon Arteaga:



Quizás sea un poco pronto para las nominaciones al II premio "Roberto Alcázar y Pedrín" a la deshumanización de la biología (podrían hacerse trimestrales), pero dada la calidad del aspirante no retrasaré más mi propuesta:

El doctor Gregory Clark, de la Universidad de California.

En su libro "A farewell to alms", recientemente publicado, el aspirante nos detalla cómo la Selección Natural expandió en la sociedad inglesa los genes de conducta necesarios para desarrollar la Revolución Industrial y la economía capitalista. Estos genes, al parecer procedentes de las clases dominantes de la Inglaterra feudal, favorecen conductas tales como la "no violencia"(!!), la voluntad de ahorro, la prudencia, la negociación, y el trabajo duro. Al parecer, las aristocracias de otras partes del globo también pudieron poseer genes similares, pero no se expandieron ya que no eran tan fértiles en términos de descendencia como la clase alta inglesa.

Argumenta que la humanidad vivió en la miseria durante toda su historia hasta que ocurrió el milagro de la revolución industrial y el liberalismo económico, que nos han hecho vivir en la sociedad del bienestar. Y parece ser que esta bendición del cielo se la debemos a los genes de la aristocracia inglesa.

Como broche final, la actual relación de riqueza de 50 a 1 entre países ricos y pobres se debe a que en los primeros se expandieron los genes causantes de la revolución industrial y el capitalismo. Hemos de entender, por tanto, que en Sudamérica, África y el sudeste asiático siempre hubo hambre, miseria, y graves pandemias, supongo que desde tiempos prehistóricos. Y que los genes de la "no violencia" debieron toparse con algún tipo de inhibidor ambiental cuando los ingleses llegaron a Australia y Norteamérica masacrando a sus habitantes.


Gracias, amigo Jon, por esta información tan valiosa que nos ha llevado, en primer lugar a conceder el premio, y, en segundo lugar y no menos importante a evitar el acercarnos ni de lejos al libro de Clark. Fantástico título, producto de la traducción literal al chino mandarín de una obra del escritor Ernest Hemingway, lo que hace esperar ya títulos de los próximos best seller del profesor Clark: "¿Pol quien doblan las campanas?" y "Al otlo lado del lio y entle los alboles". Esperemos que las campanas no vayan a doblar pronto por toda la humanidad y esta vez no en sentido metafórico sino real y que siempre podamos encontrar un rincón al otlo lado del lío que estos traductores literales nos están preparando a los que todavía fuímos educados en el respeto al prójimo.
Las aportaciones y sugerencias para los próximos premios Roberto Alcázar y Pedrín son bienvenidas.


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Darwinismo sideral en el auto de choque


John creía que se podía cambiar el futuro, pero sólo en parte. Creía que la parte que debemos cambiar influencia en el presente y nos da una especie de lección.

La mente aceptará como verdad una mentira repetida y al hacerlo así dará un respiro para pensar en algo mejor con que sustituir a la mentira.

……y no hay límite a la credulidad del hombre.


(Frank Belknap. Este extraño mañana)


Dedicado a quien no ha entendido la entrada anterior. En definitiva, no importa, porque la ciencia ficción no se escribió para entenderla, sino para vivirla.



La pomposamente llamada “Teoría de Evolución de las Especies por Selección Natural”, que no es tal teoría sino una tautología, no sólo ha pasado por ser una Teoría Científica en Biología, sino que ha contaminado todos los campos del saber, por ejemplo la Sociología y la Historia, llegando hasta influir en la Astronomía y en la Cosmología.
A brief history of time”, de Stephen Hawking, es uno de los best seller mundiales en el campo de la divulgación científica en Astronomía, pero mirado con la lupa, presenta también algunas características del típico atolladero, y puede poner en riesgo a la humanidad minando su inteligencia y su capacidad moral.

En el primer capítulo de tan celebrado libro, titulado “Our picture of the Universe”, Hawking revisa someramente los diferentes modelos que, a lo largo de la historia conocida han servido para dar una idea de la estructura del Universo. Aristoteles, Ptolomeo, Copernico, Kepler y Newton desfilan rápidamente en una sucinta explicación que, tras atravesar un periodo de oscuridad protagonizado, como corresponde en medio de un mundo materialista como el de hoy, por San Agustín, desemboca en 1926 en el momento en que la luz se hizo cuando Edwin Hubble demostró que el Universo se expande y que por lo tanto todo debió haber tenido un principio en algún lugar de densidad infinita hace unos diez o veinte mil millones de años. Todos firmes aquí admirando la sabiduría de la Ciencia y que a nadie se le ocurra preguntar sandeces como qué es un lugar de densidad infinita y en dónde está ni, sobre todo,.. ¿cómo se medía el tiempo hace veinte mil millones de años?.

No, esto no se nos explica. Sin sol y sin la tierra girando a su alrededor no pudo haber años, pero esto, en ese punto puede no ser importante y podemos suponer algún tipo de extrapolación o lo que sea conveniente. Llegamos así, como reclamando que la explosión de interpretación histórica a que fuimos sometidos se materialice en una explosión lingüística, al “big bang”, el gran origen de todo, con un universo infinitamente pequeño e infinitamente denso. Esto es mucho más asequible, científico y moderno que San Agustín, a la par que más simple, y debe de ser lo que explica que el libro que sigue haya vendido millones de copias. Claro, también ayudado por una enorme promoción editorial.

A continuación, el autor se zambulle libremente en lo que los británicos llaman “oversimplification”, con frases como, por ejemplo:


One may say that time had a beginning at the big bang, in the sense that earlier times simply would not be defined. It should be emphasized that this beginning in time is very different from those that had been considered previously. In an unchanging Universe a beginning in time is something that has to be imposed by some being outside the Universe, there is no physical necessity for a beginning. One can imagine that God created the Universe at literally any time in the past. On the other hand, if the Universe is expanding, there may be physical reasons why there had to be a beginning. One could still imagine that God created the Universe at the instant of the big bang....”

No tengo a mano una versión en español, pero creo que no vendría a arreglar las cosas. El traductor debió traducir esto. Era su obligación.

A continuación y razonablemente, Hawking dedica cuatro párrafos a explicar lo que es una teoría científica, que, de acuerdo con Kuhn es algo propio de un tiempo y no una verdad absoluta hasta llegar al punto en el que menciona que los científicos hoy describen (no explican) el mundo a base de dos teorías, que son afortunada o desafortunadamente, contradictorias entre sí: La teoría de la relatividad general y la mecánica cuántica. La clave, el objetivo de su libro consiste en mostrar la búsqueda de una teoría unificada que aúne a las dos que son incompatibles entre sí (inconsistent with each other). Hasta aquí todo es posible e incluso puede parecer bonito en función del particular gusto de cada lector, pero los tres últimos párrafos de este primer capítulo son demoledores y muestran que el superventas de la divulgación científica es un auto de choque sideral dirigido de frente contra la barrera. Veamos:

"There is a fundamental paradox in the search for such a complete unified theory that will describe everything in the Universe..... Yet if there is a unified theory, it would also presumably determine our actions. And so the theory itself would determine the outcome of our search for it! And why should it determine that we come to the right conclusions from the evidence? Might it not equally determine that we draw the wrong conclusion? Or no conclusion at all?."

Esto recuerda a algo,..... Y es que el autor está imitando de lejos a los escolásticos a los que si menciona, es sólo para poner a caldo. En fin, hasta aquí todo esto es comprensible. Basta con admitir que, en lo esencial, nunca hemos salido de la Edad Media, aunque lo principal sea ahora disimularlo. Pero,….. lo que viene a continuación suena peor:

"The only answer I can give to this problem is based in Darwin’s principle of Natural Selection,…."


Ajá! El coche de choque evoluciona sobre la pista para acabar su trayectoria en un sonoro golpe, una especie de "big-crash":

"The idea is that in any population of self-reproducing organisms, there will be variations in the genetic material and upbringing that different individuals have. These differences will mean that some individuals are better able than others to draw the right conclusions about the world around them and to act accordingly. These individuals will be more likely to survive and reproduce and so their pattern of behaviour and thought will come to dominate. It has certainly been true in the past that what we call intelligence and scientific discovery has conveyed a survival advantage. It is not so clear that this is still the case: our scientific discoveries may well destroy us, and even if they don’t, a complete unified theory may not make much difference to our chances of survival. However, provided the Universe has evolved in a regular way, we might expect that the reasoning abilities that natural selection has given us would be valid also in our search for a complete unified theory, and so would not lead us to the wrong conclusions."

El auto de choque de Darwin se ha estrellado. No hay por donde tomar el texto que nos conduce sin remedio a algunas ideas de los antiguos cuando expresaban su descontento porque en el mundo todo se deteriora. Puede ser cierto porque para mí, el intento de leer a Hawking y a otros divulgadores de la Ciencia supuso el mayor estímulo para volver a Platón con una necesidad renovada. Darwin, que no necesitaba ayuda para estrellarse, vuelve a estar a salvo gracias a un doble estrellamiento. Su tautología sigue dando beneficios.




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lunes, 24 de septiembre de 2007

Este extraño mañana


La ciencia ficción norteamericana de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo dio gran variedad de autores y novelas, entre los que se pueden encontrar auténticas joyas. El substrato de bienestar económico y libertad sobre el que se edificaba esta literatura, era el mismo que estaba sustentando a los experimentos que darían la época dorada de la Biología Molecular.

En la novela de Frank Belknap Long titulada “Este extraño mañana” se pueden encontrar frases de denso contenido metafísico y puede que incluso profético. Escribiré aquí algunos ejemplos al tun-tún y, si viene al caso, ya otro día hablamos de su argumento.


La mente aceptará como verdad una mentira repetida y al hacerlo así dará un respiro para pensar en algo mejor con que sustituir a la mentira.
Con frecuencia, gente muy inteligente persiste en torturarse manteniendo sus pensamientos secretos en una oscura y profunda prisión y arrojando lejos la llave. Son incapaces de abrir la puerta de la celda incluso cuando es sensato hacerlo así, quizá porque el tormento que uno se causa puede mantener a la mente humana demasiado ocupada para pensar de manera lógica.
Una máquina no es infalible. Si se tiene suficiente control sobre las propias emociones, una máquina puede ser engañada tan fácilmente como un ser humano……y no hay límite a la credulidad del hombre.
John creía que se podía cambiar el futuro, pero sólo en parte. Creía que la parte que debemos cambiar influencia en el presente y nos da una especie de lección.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Censura darwinista: ahora toca aquí.




Máximo Sandín (en la foto) es profesor de Antropología en la Universidad Autónoma de Madrid. Leí su artículo titulado “La transformación de la evolución” siguiendo los consejos de un amigo, Patricio Gómez, que es profesor en el Conservatorio de Música de Salamanca. Un día que nos encontramos a la puerta del Conservatorio, Patricio, una persona sensible y con intereses amplios, me dijo que, por fin, había encontrado algo escrito en español acerca de Biología y que lo había leído con gusto. A mí también me gustó el artículo. Estaba escrito con la naturalidad de quien tiene experiencia en leer y escribir y criticaba con rigor debilidades de la Genética de Poblaciones, en particular algunas de sus pretendidas bases para el estudio de la evolución (Sandín no es el único que encuentra estas debilidades; aquí hay otro jugoso ejemplo de esos llamados “modelos matemáticos”). La lectura del artículo contribuyó a quitarme ese malestar que dejan algunas asignaturas cuando, casi todos, podemos ver que lo que contienen es causa de malestar porque no es digerible.

Como en Ciencia no es costumbre leer publicaciones en español, y tampoco que éstas muestren puntos de vista críticos, los artículos de Máximo Sandín han tenido hasta hoy una difusión relativa, limitándose principalmente a revistas españolas o a partir de su propia página web. Afortunadamente, el año pasado se publicó una recopilación de ellos en un libro titulado “Pensando la Evolución. Pensando la vida”, del que escribí un comentario que algún día traeré por aquí.

Mauricio Abdalla es profesor de Filosofía de la Ciencia en la Universidad do Espiritu Santo, en Brasil. Motivado por un interés profesional y asombrado por la pobreza del panorama científico oficial acerca de la Teoría de la Evolución y, sobre todo, el silencio en la crítica de dicha teoría, encontró los escritos de Máximo Sandín y los citó en algunas de sus publicaciones (ver p.e. La crisis Latente del Darwinismo). Él escribió un interesante prólogo al libro de Sandín.

Un conocido antropólogo iberoaméricano, que coordina una red de información de gran difusión en Internet, interesado por las publicaciones de Sandín y Abdalla, publicó anónimamente en Wikipedia un artículo que hacía referencia a sendos artículos de estos autores, Sandín y Abdalla, titulado: Evolución Biológica: Hacia un nuevo Paradigma.

Los “responsables de Wikipedia”, (sí, he dicho responsables y Wikipedia), decidieron eliminar el artículo tras un tormentoso debate levantado por los grupos darwinistas españoles. En el debate, queda clara la falta de argumentos científicos, y el exceso de arrogancia en estos darwinistas celtibéricos que, escribiendo siempre con seudónimo, se permiten insultar a quienes dan la cara. Me quedó, como anécdota, la sorpresa de que alguien que escribe con seudónimo se indignase porque otro participante escribiese asimismo con seudónimo.

El artículo titulado “Evolución Biológica: Hacia un nuevo Paradigma” desapareció así de Wikipedia, la enciclopedia libre y democrática de la red, fue expulsado de ella. Por el contrario, en el artículo titulado “Evolución biológica”, sigue en pie el retrato de un perenne Darwin mostrando cara de sorpresa, como asustado, preguntándose: ¿What am I doing here?. Que yo le podría ayudar a traducir así: pasados ya los tiempos de la biología molecular y en la era post-genómica, ......¿qué pinto yo aquí?.


Sir Charles presenta mala cara en ese retrato, como si algo oliese mal a sus pies. No es extraño porque es justo ahí, donde, como ejemplo de ciencia pura, se leen párrafos como éste:

La llamada Síntesis Evolutiva Moderna es una robusta teoría que actualmente proporciona explicaciones y modelos matemáticos sobre los mecanismos generales de la evolución o los fenómenos evolutivos como la adaptación o la especiación. Como cualquier teoría científica, sus hipótesis están sujetas a constante crítica y comprobación experimental.

Es decir, palabras, sólo palabras a los pies de un Charles Darwin que va empalideciendo por momentos porque teme estornudar y que todo aquello desaparezca, o peor aún, que alguien vaya un día, analice la frase y le pida una explicación de todo esto. Ha debido leer algo que no le gusta. A mi tampoco. Y es que las tautologías no se demuestran. Los experimentos no valen para eso.

Tranquilo Sir Charles, guardaremos el secreto. Compadezcamos, eso sí, a los alumnos que tengan que estudiar esto en español, los recordaremos en nuestros días de pesadilla.

La experiencia que acabo de relatar brevemente me demuestra que vivimos en una cultura en retroceso. Rechazamos lo que hay de original en nuestro idioma, para traducir mal lo que viene mal dicho en inglés. Con esto hacemos un pienso que damos por bueno en las aulas, en donde los alumnos, desde jóvenes saben que sólo importa competir para ganar. Porque, toda la vida ha sido así. La realidad da así valor a la ausencia de razonamiento. ……. ¡Qué pesadilla!.




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miércoles, 19 de septiembre de 2007

Darwinismo y lenguaje inglés: “Mujeres enamoradas”.





Hoy sería una tarea algo complicada la de escribir acerca del evolucionismo sin mentar al darwinismo. Sería parecido a tratar de economía, excluyendo a Adam Smith.
Ambas cosas, que ya son difíciles en español, serían imposibles en inglés. El idioma inglés actual está construido con los mismos ladrillos que las obras de Smith y de Darwin. Estas son, en buena parte, responsables de la construcción de aquel y de su aspecto actual.
Muchos libros publicados en inglés, tanto en Biología como en otras disciplinas, adulan a Darwin. Otros, en especial sobre Biología y Evolución, cuando se muestran someramente críticos con Darwin, acaban dando de él la imagen de una figura intocable y acaban siendo sus mayores aduladores. De todo esto podremos dar ejemplos, pero hoy sólo un breve comentario a vista de pájaro.

El análisis detallado de las complejidades del matrimonio darwinismo-lenguaje inglés no me corresponde a mí y lo dejo aquí apuntado como posible tema de tesis a desarrollar en alguna universidad (¿tal vez en la Patagonia?). La Tesis podría empezar por una frase que DH Lawrence deja, así, como quien no quiere la cosa, caer en su novela Mujeres enamoradas (1916).
Gudrun y Ursula, las hermanas protagonistas de la novela, se encuentran de viaje por el Continente, concretamente en Innsbruck (Austria), con sus respectivos. Disfrutan del paseo por un paisaje nevado y Gudrun dice:

-¿No os encanta estar en este sitio?,-¿verdad que la nieve es maravillosa?,-¿os dais cuenta de cómo exalta todo?. Es sencillamente maravillosa. Una se siente realmente sobrehumana.

-Así es-exclamó Ursula- Pero,… ¿no será eso en parte porque no estamos en Inglaterra?.

-Oh por supuesto-exclamó Gudrun-. Nunca podríamos sentirnos así en Inglaterra, por la simple razón de que allí el regulador de tiro nunca se abre. Es imposible dejarse ir en Inglaterra, estoy segura.

Da pena ver cómo la cultura del español, hoy, se torna subsidiaria de la anglosajona. Hablando de evolución, aquí no se habla en español, sino que se traduce (mal) lo que se dijo antes en inglés. No solamente somos pobres científicamente, sino que nuestra riqueza, que consiste en aportar humanismo a la Ciencia, la despreciamos. Somos así y así nos describe Unamuno hace cien años, qué le vamos a hacer. Si hemos decidido ser siervos, adelante con esa servidumbre,……

lunes, 17 de septiembre de 2007

Censura darwinista





En 1995, Richard Milton escribió un artículo titulado “Neo-Darwinism: time to reconsider” destinado al suplemento educativo de The Times. El artículo contenía los argumentos lógicos que hacen ver al darwinismo como lo que es: una filosofía simple y mecanicista, propia de la sociedad victoriana, además de sólidos ejemplos en contra del neo-darwinismo haciendo ambas tesis darwinista y neo-darwinista, insostenibles en la actualidad. Milton hacía ver que el concepto de selección natural es una tautología. Esto ya lo dijo Popper y lo apoya Milton en su artículo con una cita del profesor de Edimburgo, C.H.Waddington, que se suma a la colección de críticas antidarwinistas y la extiende a lo largo del siglo XX:

"Natural selection, which was at first considered as though it were a hypothesis that was in need of experimental or observational confirmation, turns out on closer inspection to be a tautology, a statement of an inevitable although previously unrecognized relation. It states that the fittest individuals in a population (defined as those who leave the most offspring) will leave most offspring. Once the statement is made, its truth is apparent."

El artículo está escrito de manera clara y contundente y contiene ejemplos que hay que conocer. Puede consultarse en:

http://www.lauralee.com/milton2.htm

Su publicación fue censurada a partir de una campaña en su contra encabezada por nuestro premio "Roberto Alcázar y Pedrín", Richard Dawkins, de la Universidad de Oxford.

Por eso, hay que leer también la carta que el autor dirige a Auriol Stevens, entonces Editor de
"The Times Higher Education Supplement", también en la misma página web.


Antes de entrar en ningún debate es necesario saber de qué se trata. Antes de entrar en el debate entre creacionismo y evolucionismo, hay que distinguir bien entre evolucionismo y darwinismo.

O sea, que vamos a tener que ver la pinta que tiene el emperador, esto es, la evolución, sin traje; es decir, sin darwinismo. Será una larga y entretenida travesía llena de sorpresas. Mientras tanto, no parece oportuno entrar en debate alguno que incluya al evolucionismo sin saber muy bien antes lo que éste significa.



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jueves, 13 de septiembre de 2007

Premio "Roberto Alcázar y Pedrín"



Biología humanista anuncia la concesión del I Premio "Roberto Alcázar y Pedrín" a figuras que se hayan destacado por su tarea en la deshumanización de la Biología.

El premio recuerda a los que fueran héroes del cómic, el periodista-detective Roberto Alcázar y su inseparable amigo, el niño Pedrín, ambos peleando incansables contra el crimen por los caminos planos y cuadriculados de la historieta, sin tregua ni compasión.

En esta primera entrega, sin apenas deliberación y abrumados por la enorme publicidad que los sustenta, biología humanista ha decidido premiar ex-aequo al periodista Eduard Punset por el título de su best seller “El alma está en el cerebro” y al inglés Richard Dawkins por su título “The God Delusion”.

Mediante sus títulos (confieso que no he leído más), ambos autores pretenden ahora acabar de un plumazo con toda la Filosofía Medieval, con San Agustín, Santo Tomás, la escolástica y los padres de la iglesia, Pascal, Leibniz, Kierkegaard y Unamuno entre otros autores intachables. El primero de nuestros premiados (EP), pasa por alto un aspecto esencial en la definición del alma que dice que el alma es inmaterial y por lo tanto no está en ninguna parte, menos en ningún menudillo como el cerebro, por complicado que éste sea. Mediante sus pomposos títulos, ambos premiados (sobre todo el segundo, RD) ignoran lo que muchos autores de indiscutible solvencia intelectual han llamado, a lo largo de los siglos “la concepción trágica de la existencia”, vigorosamente expresada, entre otros, en los pensamientos de Pascal y Unamuno y que podría resumirse aquí, a un nivel modesto, diciendo que Dios nos deja la suficiente libertad como para pensar tan torpemente como lo deseemos. De ambos libros, con leer el título ya tengo leído bastante. Supongo que en el libro de Punset podrá haber algo aprovechable que espero me llegue por otros cauces. De Dawkins, con la enorme campaña propagandística que conlleva, no me ha quedado más remedio que ojear alguna crítica, ya es mucho más de lo que pensaba haber hecho después de haber leído en mi tierna juventud su obra “El gen egoísta”, de la cual debería su autor, en lugar de celebrar aniversarios, publicar un público arrepentimiento.

La literatura es basta y, pese al enorme esfuerzo de embrutecimiento que a diario realizan las editoriales, todavía queda material abundante en letra impresa como para no tener que recurrir a estas novedades.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Genética y Literatura III: La herencia y el alma de una familia en “Todas las almas”, de Javier Marías.




Las novelas memorables suelen ser el fruto de la experiencia traumática o perturbadora de su autor. Javier Marías escribió una novela memorable titulada “Todas las almas”, como el resultado de su experiencia de lector de español en la universidad de Oxford. La obra contiene descripciones radiantes y mordaces de las costumbres y los personajes ingleses.

Entre las andanzas de sus personajes por Oxford, el autor describe el curioso caso de un parecido entre tres miembros de una familia. Aunque es un poco largo, copio entero el fragmento que contiene la descripción:


“Y estaba ya acostumbrándome al parecido asombroso al final del almuerzo –al parecido espantoso entre padre e hija y a la nuca del nieto que encubría el suyo- cuando, sin terminar el postre y tras pedir permiso (el niño Eric era educado), el niño Eric se levantó y se dio la vuelta y pasó junto a mí camino de los lavabos. Fueron pocos –cuatro o cinco- los pasos que dio antes de rebasarme, pero durante el tiempo que duraron aquellos pasos dados –uno, dos, tres y cuatro; o cinco- pude ver con claridad y de cerca y al mismo tiempo las tres caras iguales, la del abuelo y la madre sentados y la del hijo que caminaba. El niño se fijó en mí durante esos pasos, como se había fijado al darse la vuelta en el vestíbulo del museo, y sin duda volvió a asociarme con quien debía asociarme (pero no diría nada porque era educado y tibio); y al seguir su madre y su abuelo con sus respectivas miradas la trayectoria que estaría siguiendo la de su hijo y su nieto, ambos posaron en mí sus ojos sin velo (ella por primera vez desde que estábamos en el restaurante, él por primera vez en su vida), y durante unos instantes los tres me miraron sin velo y al mismo tiempo (lo supe pero no lo vi, yo creo, porque estaba mirando al niño Eric que venía hacia mí de frente con sus cuatro o cinco pasos). Fueron muy pocos segundos (lo que duran esos pasos cuando los está dando un niño, los niños no saben andar lentamente), pero fueron suficiente para que entonces (y no en el vestíbulo del museo) viera algo en el niño que entonces (y no en el vestíbulo del museo) adquirió nombre: en los ojos azules y oscuros del niño Eric vi la sensación del descenso que todos los hombres sienten más pronto o más tarde. “No depende de los años exactamente había dicho Toby Rylands ( y lo había dicho antes de que terminara Hilary y antes de Semana Santa, antes de que empezara Trinity y de que el niño Eric se pusiera enfermo y viniera a Oxford cuando no era su turno), “hay quien la tiene desde que es niño, hay niños que ya la sienten ”. Así había dicho, eso exactamente, y eso exactamente fue lo que yo vi entonces, durante aquellos pasos- un niño que ya la siente-; pero además lo vi no sólo en la cara del niño, sino –por asimilación, por la semejanza, por el parentesco, por el parecido asombroso que resultaba espantoso- en la cara del viejo y en la cara de la mujer que conocía perfectamente (y en la que nunca lo había reconocido o visto) y que había y me había besado tanto. Aquellas tres personas, como dije antes, se habían transmitido su expresión y sus rasgos sin ahorrarse un detalle, y también se habían transmitido la sensación de descenso, “la sensación de descenso que todos los hombres sienten más pronto o más tarde”, pensé y recordé y volví a pensar.”




Expresión, rasgos, sensación de descenso, como de decadencia, todo ello compartido como constituyendo el alma, el carácter de una familia, asociado al propio carácter de una ciudad, Oxford. La preocupación por la herencia, que no es cosa nueva, sino bien antigua, depende de la preocupación anterior por el carácter. Heredamos lo que somos. La Genética, que estudia la herencia, es decir la transmisión de los caracteres, resolvió el problema del carácter tirando por el atajo y definiendo carácter como característica, pero el carácter no es solamente esto. Antes del nacimiento de la Genética la palabra carácter tenía significados más ricos y complejos.




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lunes, 10 de septiembre de 2007

Genética y Literatura II: La sangre y la herencia en "Los Pazos de Ulloa", de Emilia Pardo Bazán


En su obra “Los pazos de Ulloa”, Emilia Pardo Bazán describe el transcurrir de la vida en una finca gallega, en la segunda mitad del siglo XIX. Antes de casarse con su prima Nucha, de Santiago de Compostela, don Pedro, el marqués ,tuvo un hijo, Perucho, fruto de su relación con una sirviente. En unos párrafos que revelan un cierto maniqueísmo y en los cuales, los conceptos del bien y el honor se asocian de manera rancia y trasnochada con un origen social aristocrático, la autora se pregunta por la relación existente entre la herencia y la voluntad. Escribe:


En el alma de Perucho se verificaba una de esas encarnizadas luchas entre el deber y la pasión, cantadas por la musa dramática: El ángel malo y el bueno le tiraban cada uno de una oreja y no sabía a cual atender. Tremendo conflicto!. Pero regocíjense el cielo y los hombres, pues venció el espíritu de luz. ¿Fue el primer despertar de ese sentimiento de honor que dicta al hombre heroicos sacrificios?. ¿Fue una gota de la sangre de Moscoso, que realmente corría por sus venas, y que, con la misteriosa energía de la transmisión hereditaria, le guió la voluntad como por medio de una rienda?. ¿Fue temprano fruto de las lecciones de Julián y Nucha? Lo cierto es que el rapaz abrió la mano, separando mucho los dedos y los ochavos apresados cayeron entre los restantes con sonoro retintín.”

Asociar un comportamiento determinado con la herencia es hoy tema de debate. Si los rasgos principales del carácter fuesen heredados, entonces no habría mucho lugar para la educación, y hoy sabemos que la educación es importante. Pero tampoco la educación lo es todo y en algunos casos, aspectos clave del carácter están determinados por la herencia, de manera todavía desconocida.


Por otra parte: ¿Afecta la vida de nuestros antepasados a nuestro carácter?. Preguntarse esto hoy, es acercarse a las arenas movedizas de la herencia de los caracteres adquiridos, territorio en el que la Biología de hoy tiene desterrado a Lamarck. Será inevitable hacerlo algun día,……..



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jueves, 6 de septiembre de 2007

Genética y Literatura I: La enfermedad y la herencia en la obra de Émile Zola.


Además de explorar los rincones del alma de los personajes, siempre unidos indisolublemente con unos u otros paisajes de su entorno, algunos escritores se preguntan también cómo tiene lugar la transmisión del carácter de una generación a otra. Émile Zola confesó haber escrito la larga serie de los Rougon-Macquart obsesionado con esta cuestión a la que, obviamente, no encontró una respuesta ni única, ni mucho menos sencilla. Si definir el carácter no es tarea sencilla, mucho menos lo es encontrar los mecanismos de su herencia. Tampoco el estar al tanto de los avances en Genética hubiese cambiado mucho las cosas. Porque, aunque se dice que la Genética trata de la herencia de los caracteres, resulta que por avanzar, podemos acabar haciendo de lo complejo, algo sencillo.

La saga de los Rougon-Macquart, obra en veinte tomos que incluye novelas célebres como Nana o Germinal, representa la obsesión del autor por las intrincadas conexiones que existen entre la enfermedad, el desarrollo de una ambición asociada al ansia de poder y otros comportamientos patológicos. En definitiva, por el mal y su herencia en el seno de una familia.


La imagen muestra el árbol genealógico de la familia, en el que se indican sus enfermedades mentales. No está tomada de un libro de genética humana sino de un comentario de la obra de Zola. Existen otras versiones del árbol de familia (por ejemplo ésta de la Universidad de Pisa); pero, en todas, la información pertenece siempre incompleta y parcial fuera del contexto de la obra.

Refiriéndose al doctor Pascal, se dice en una de las novelas:

“Sin duda, la herencia no le apasionaba sino porque permanecía obscura, vasta e insondable como todas las ciencias balbucientes, en las que la imaginación es la señora,….”

Y también:

La herencia hace al mundo de tal manera que si se pudiese conocerla, captarla para disponer de ella, entonces se podría hacer un mundo a su gusto,….”


Tiene toda la razón. Si pudiésemos conocer la herencia, podríamos hacer un mundo de diseño. Esto significaría que conocemos el carácter y esto significaría única y exclusivamente que habríamos reducido ya el carácter al suficiente nivel de minucia necesario para conocerlo.

La complejidad, propiedad intrínseca e ineludible de la herencia (y de la evolución), fue puesta de manifiesto temprano por algunos geneticistas (y evolucionistas), cuyas ideas estaban al margen del reduccionismo predominante y que haría de la joven Genética una ciencia primero ambiciosa y prometedora, pero también si se mira con ojos críticos, frustrante. Precisamente frustrante por no haber escuchado atentamente lo que decían aquellos que desde el principio advertían de su complejidad.

Y es que la profundidad de la relación entre el carácter y el ambiente se había descrito ya mucho antes del nacimiento de la genética.

martes, 4 de septiembre de 2007

Genética y Literatura: Presentación.



Uno de los aspectos fundamentales en la literatura de todos los tiempos es el que concierne al carácter, al modo de ser de sus personajes. Sin el empeño del autor por describir el carácter de sus personajes, la literatura quedaría en agua de borrajas y nosotros huérfanos, como desnortados. Deberíamos conformarnos con lo indiscutible, como la música, que tampoco está mal, pero no deja mucho lugar para el debate.

El carácter, curioso nombre que designa un importante atributo. Algunos dirían más que eso, designa la esencia de una persona y ésta podría ser la cuestión de partida: ¿Tenemos las personas una esencia?. Puede que si y puede que no y ya puestos, también puede ser que por pensar que no, con el tiempo lleguemos a no tenerla. Complicado.

Quizás por ser demasiado complicado para el gusto imperante no interese el tema éste del carácter y de las esencias (en definitiva, ¡allá cada cual con la suya!). Por eso puede que no vayamos a tener ocasión de discutirlo, salvo aquellos privilegiados que lo hagan en privado o con su psicoanalista pero, lo discutamos o no, en cualquier caso, la literatura nos demuestra que el significado del carácter es algo muy rico e importante. Su herencia ha ocupado a muchos escritores. Sus cuestiones van más allá de la genética. Veremos algún ejemplo.



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