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lunes, 22 de noviembre de 2010

¿Es la selección natural teoría científica?





En el lenguaje científico la claridad es la única estética permitida






GREGORIO MARAÑÓN (1887-1960).


La confusión reina en el mundo de la evolución. Ya en 1974, Richard Lewontin en su libro "The Genetic Basis of Evolutionary Change”, indicó “Toda la relación entre teoría y hechos necesita una reconsideración” y sin embargo, nada parecido a tal reconsideración ha ocurrido desde entonces.

Del razonamiento de Lewontin surge como por generación espontánea la expresión “curiosa máquina incapaz de distinguir” para referirse al estudio de la evolución haciendo énfasis en su tradicional incapacidad para distinguir “teoría” de “hechos”. El estudio de la evolución desde Darwin se ha convertido en una máquina incapaz de distinguir teorías, hechos, verdades, procesos, mecanismos, causas, etc, etc.....


Primer paso de un intento pertinaz por salir de tal confusión ha sido la identificación del elemento responsable de la misma: la Selección Natural, y también del autor con el que empezó el problema: Charles Darwin.


El estudio de la evolución desde Darwin se ha convertido en una máquina incapaz de distinguir teorías, hechos, verdades, procesos, mecanismos, causas, etc, etc.....



En la obra titulada “Sobre el Origen de las Especies por medio de la Selección Natural o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida” (On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life), Charles Darwin comete un grave error; más grave aún tratándose de un científico: La ambigüedad.

La expresión Selección Natural es utilizada en dicha obra con una buena docena de significados distintos, número que ha aumentado en el curso de la historia de la evolución. Tal ambigüedad es insostenible en la ciencia. Es inadmisible que un proceso sea a la vez teoría, ley, hipótesis, mecanismo, expresión de la bondad, etc, etc….

Para un concepto científico, ser muchas cosas diferentes resulta más grave y sobre todo más peligroso que no ser nada. Precisamente por ser muchas cosas diferentes un concepto puede incomodar el progreso de la ciencia, mientras que si fuera nada, no sería tan inconveniente.


Para un concepto científico, ser muchas cosas diferentes resulta más grave y sobre todo más peligroso que no ser nada.



Por lo tanto es necesario responder con claridad a la pregunta: ¿Qué es la Selección Natural?

Veíamos que el diccionario de Neolengua informa en su última versión en español que la Selección Natural es un mecanismo, pero tal afirmación es inadecuada.

No puede llamarse mecanismo a algo cuyas estructuras o elementos no están bien definidos. En todos los mecanismos conocidos hay una serie de elementos ordenados que aseguran un funcionamiento. Por otra parte, a la Selección Natural se atribuyen distintos efectos tales como la reproducción diferencial de los genotipos en el seno de las poblaciones y la formación de especies. Pero, entonces surge inevitable la cuestión: ¿El mismo mecanismo regirá cambios en poblaciones y la formación de especies?, ¿El mismo mecanismo ocurrirá en todas las poblaciones de la naturaleza y en el laboratorio? Ante la respuesta negativa a todas estas cuestiones debemos concluir que la Selección Natural no es mecanismo alguno.

Tampoco parece adecuado definir a la Selección Natural como “proceso”. Esto llevaría a asociar peligrosamente proceso natural (o fenómeno) con la idea de selección. Es un disparate atribuir a cualquier proceso natural (o fenómeno) una intención y la idea de selección sólo expresa eso: intención. Además, al admitir la selección natural como proceso o fenómeno seguimos una pista falsa puesto que reemplazamos el auténtico fenómeno natural, es decir el cambio de las especies con el tiempo (la propia evolución), con una torpe interpretación debida a nuestra arrogante pretensión de que tal cambio no es otra cosa que una supuesta “selección” .

Ante tales errores en las distintas versiones del diccionario de neolengua, pronto deberá llegar alguien autorizado y efectuar el cambio. ¿Qué deberá escribir entonces ese anónimo y filantrópico autor?
¿Qué será la Selección Natural que no puede ser ni mecanismo ni proceso? Ayudemos a ese anónimo benefactor de la humanidad, cuando vaya decidido a corregir la última versión del Diccionario de la Neolengua para que sus filantrópicos correctores queden con la conciencia tranquila y puedan dormir de un tirón. ¿Será la Selección Natural una Teoría Científica?.......

La aportación central de Darwin al estudio de la Evolución es la Teoría de Evolución por Selección Natural. Esto es precisamente lo que dice el título de su obra principal: Sobre el Origen de las Especies por medio de la Selección Natural …..O por lo menos la primera parte del título de su obra ya que la segunda parte no siempre se menciona y empieza a sonar algo mal en estos tiempos (la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida). No obstante en la conjunción o (or) que une ambas partes del título va implícita cierta equivalencia, o sea que la Selección Natural vendría a explicar tanto el Origen de las Especies como la preservación de las razas favorecidas. ¿Podría una misma “Teoría” explicar cosas tan diferentes? Aunque en cuestión de explicaciones cada cual puede quedarse con la que más le convenga, la ciencia posee ciertos criterios de objetividad o demarcación, como veremos más adelante.


Aunque en cuestión de explicaciones cada cual puede quedarse con la que más le convenga, la ciencia posee ciertos criterios de objetividad o demarcación



Si admitimos que toda Teoría científica es una “explicación” hemos de admitir que la Teoría de Darwin, a menudo tomada como base y fundamento del estudio de la evolución, no es otra que la de Evolución por Selección Natural. Teoría que explica mediante la "supervivencia del más apto" suena raro como teoría, es decir como explicación y los más fervientes defensores del darwinismo reconocen indirectamente que esto no es una teoría científica cuando indican que la Selección Natural es un “hecho”, “proceso” o “mecanismo”, lo cual es otra manera de decir que no es teoría.

Concretando y para acabar por hoy: ¿Es la Selección Natural una Teoría Científica?

En filosofía de la ciencia existen los que se han llamado Criterios de Demarcación, reglas que permiten distinguir cuándo algo es una teoría científica de cuándo no lo es.
Por supuesto que no hay acuerdo entre todos los autores, pero sí que hay algunos cuyas ideas merecen el profundo respeto de la comunidad.
En su libro titulado “Conjecturas y Refutaciones: The Growth of Scientific Knowledge” (comentado aquí por el profesor Ibañez) Popper venía a defender con muchos argumentos que el criterio de demarcación para una Teoría Científica no es otro que su refutabilidad. Si una proposición no es refutable, entonces no puede ser considerada una teoría científica. Y refutable, se refiere a la experimentación, al Método Científico.


el criterio de demarcación para una Teoría Científica no es otro que su refutabilidad. Si una proposición no es refutable, entonces no puede ser considerada una teoría científica. Y refutable, se refiere a la experimentación, al Método Científico



La Selección Natural, expresada en su forma más conocida como supervivencia de los más aptos es un ejemplo característico de proposición no refutable. Ciertamente siempre sobreviven los más aptos. Siempre y en todo lugar, luego por lo tanto no podremos llegar nunca a unas condiciones experimentales en las que la proposición sea refutada. Dicho de otro modo nos encontramos ante una tautología.

El propio Popper indicó en su libro:

“No existe ninguna ley de la evolución, sino sólo el hecho histórico de que las plantas y los animales cambian, o, más precisamente, que han cambiado. La idea de una ley que determine la dirección y el carácter de la evolución es un típico error del siglo XIX que surge de la tendencia general a atribuir a la “Ley Natural” las funciones tradicionalmente atribuidas a Dios.” (p. 408)

Bibliografía

Karl Popper. 1961. Conjecturas y Refutaciones: The Growth of Scientific Knowledge. Paidós Barcelona. 1981.

Ciento cincuenta aniversario del origen de la máquina incapaz de distinguir en la obra de Charles Darwin

Sesquicentenario de la Selección Natural: lecturas para entender una tautología
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lunes, 20 de septiembre de 2010

¿Es la selección natural proceso?


La diferencia entre proceso y fenómeno u operación no es clara. Según indica la RAE, proceso es el conjunto de fases sucesivas en un fenómeno natural o en una operación artificial. Siendo así ¿Qué diferencia habría entre el conjunto de fases sucesivas y el propio fenómeno u operación que constituyen? Ninguna.


Si proceso es el conjunto de las fases de un fenómeno, admitir a la Selección Natural como proceso significa admitirla como fenómeno natural. Esto tiene por lo menos dos consecuencias.

Es un disparate atribuir a cualquier fenómeno natural una intención y la idea de selección sólo expresa eso: intención.

En primer lugar se asocia peligrosamente fenómeno natural con la idea de selección. Es un disparate atribuir a cualquier fenómeno natural una intención y la idea de selección sólo expresa eso: intención.

En segundo lugar, al admitir la selección natural como proceso o fenómeno seguimos una pista falsa puesto que reemplazamos el auténtico fenómeno natural, es decir el cambio de las especies con el tiempo (la propia evolución), con una torpe interpretación debida a nuestra arrogante pretensión de que tal cambio no es otra cosa que una supuesta “selección” .


Supongamos que este fenómeno natural que sería la transformación de las especies pueda ser dividido en fases.¿Qué sería entonces el conjunto de estas fases? Evidentemente el conjunto de estas fases sería la transformación de las especies, también llamado evolución, o si se prefiere el proceso de la evolución.


Admitiendo la Selección Natural como proceso, del mismo modo que admitiéndola como fenómeno, lo que hacemos es simple y llanamente confundirla con la Evolución. Un error muy frecuente.


Curiosamente la historia de la biología coincide con bastante precisión con la historia de éste error. Alimentar cuidadosamente éste y parecidos errores es lo que vienen haciendo muchos autores y libros evolucionistas desde Darwin y por eso Richard Lewontin indicó en su libro The Genetic Basis of Evolutionary Change” en 1974, “Toda la relación entre teoría y hechos necesita una reconsideración”.


En este caso no cabe la excusa de que puede llegar a ser difícil distinguir un hecho de su explicación. Si algo fuese, el significado de la Selección Natural debería ser bien definido, distinguirse muy bien de la Transformación de las especies.



La imagen procede de la web Inventos patentados en España


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sábado, 19 de septiembre de 2009

Curiosa máquina incapaz de distinguir: Reconsiderando hoy el estudio de la evolución desde una perspectiva histórica





Richard Lewontin, profesor de la cátedra Alexander Agassiz en Harvard, escribió su libro "The Genetic Basis of Evolutionary Change" en 1974.

Dedicado al prócer darwinista Theodosius Dobzhansky, en su primera página se lee el canto I correspondiente al Inferno de "La Divina Comedia" de Dante (Nel mezzo del cammin di nostra vita……..), razón por la cual me he permitido ilustrar este comentario con una representación de la Divina Comedia.



Más adelante, en la página 175 de la edición de Omega (Barcelona, 1979), ya al principio del capítulo 5, titulado "La Paradoja de la Variación", que abre la tercera sección (La Teoría) se pueden leer estas frases maravillosas que demuestran cómo los académicos a veces pueden, desde sus cumbres, escribir así de bien para beneficio del público conocimiento:



Durante muchos años la genética de poblaciones constituyó una teoría poderosa e inmensamente rica sin virtualmente hechos satisfactorios sobre los que trabajar. Fue como una compleja y exquisita máquina diseñada para elaborar una materia prima que nadie había explotado con éxito. Ocasionalmente, algún prospector desusadamente listo o afortunado se encontró con un afloramiento natural de mena de alta graduación, y parte de la maquinaria se puso en marcha para demostrar a sus fiadores que realmente funcionaba. Pero la mayor parte de dicha maquinaria se dejó en manos de los ingenieros, siempre arreglándola, siempre mejorándola, anticipándose al día en que sería llamada a funcionar a pleno rendimiento.


De improviso, la situación cambió. La veta principal fue barrenada y una profusión de hechos fueron vertidos sobre los cubos de esta máquina teórica. Sin embargo, de la máquina no ha salido nada. No es que la máquina no funcione, pues para una gran cantidad de ruidos de engranajes es claramente audible, si no son amortiguados, pero de alguna forma no puede transformar en productos acabados la gran cantidad de materias primas con que ha sido provista. Toda la relación entre teoría y hechos necesita una reconsideración.



Según explica con lucidez el profesor Lewontin, de esta máquina que constituye la Genética de Poblaciones, no ha salido nada, excepto ruido. La máquina suena, pero de ella no sale nada que substancialmente nos ayude a entender la transformación de las especies. Estoy de acuerdo al cien por ciento. La causa reside, según explica el autor, en que toda la relación entre teoría y hechos necesita una reconsideración. Sigo estando plenamente de acuerdo. Ahora bien, paremos por un momento la máquina para que cese su ruido y el diálogo llegue a nuestros oidos claramente. Veamos: ¿En qué puede consistir tal reconsideración? Es posible una respuesta a tal pregunta, pero antes plantearé una disyuntiva:






¿Será por necesidad la reconsideración reclamada por Lewontin algo complicado e incomprensible a la mayoría de los mortales?; ¿algo que deban resolver los eruditos como el propio Lewontin, Dobzhansky o Ayala mediante textos voluminosos o series interminables de reuniones que diesen lugar a tratados incomprensibles en cientos o miles de páginas? Sospecho que no. Todo eso sólo serviría para aumentar el ruido de la máquina.




¿Podría, por el contrario, tratarse de una reconsideración de aspectos fundamentales que un adolescente de una cultura media sería capaz de comprender? Pienso que sí.

desde Darwin, los principales teóricos del estudio de la evolución, entre los que se encuentra Dobzhansky, son incapaces de distinguir entre teoría y hecho




La reconsideración de la relación entre teoría y hechos que propone Lewontin removería algunos de los cimientos de la teoría evolutiva pero sería la única posiblidad de ajustar los engranajes para que la máquina hiciese menos ruido y funcionase con mayor provecho. Ahora bien, al contrario de lo que podría parecer en un análisis somero, dicha reconsideración jamás podría realizarse desde los terrenos de las altas esferas de la Academia. Nunca los expertos en evolución podrán resolver la cuestión y librar a su especialidad de los males que la aquejan, puesto que son ellos mismos los causantes de tal situación. La reconsideración de la relación entre teoría y hechos en el terreno de la evolución debería realizarse desde terrenos más generales y próximos al sentido común, mediante el cuidadoso análisis del lenguaje y su utilización adecuada.



¿Cómo? Es sencillo, pero para empezar es necesario darse cuenta de que, desde Darwin, los principales teóricos del estudio de la evolución, entre los que se encuentra Dobzhansky, a quien Lewontin ha dedicado su libro, son incapaces de distinguir entre teoría y hecho.



Veremos algunos ejemplos que iré publicando en las siguientes entradas de este blog.



Referencia


Lewontin, R. 1979. La Base Genética de la Evolución. Editorial Omega. Barcelona.





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Esta entrada es la primera de una serie titulada: "La Máquina incapaz de
distinguir
". Se dedica a un repaso histórico del estudio de la evolución y consta de los siguientes apartados:


  1. Curiosa máquina incapaz de distinguir: Reconsiderando hoy el estudio de la evolución desde una
    perspectiva histórica

  2. Construyendo la máquina incapaz de distinguir: Dobzhansky

  3. Manteniendo la máquina incapaz de distinguir: El Maravilloso Mundo de la Evolución, según Julian
    Huxley

4. Conservando la máquina incapaz de distinguir: “Evolución” de Dobzhansky, Ayala, Stebbins y Valentine, donde se demuestra que la Selección Natura no es una teoría sino proceso.

5. La máquina incapaz de distinguir siempre funcionando

6. Ciento cincuenta aniversario del origen de la máquina incapaz de distinguir en la obra de Charles Darwin









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domingo, 2 de agosto de 2009

Videos sobre biodiversidad con pregunta incómoda












Hace unas semanas, Olga Zafra escribió un post titulado "El darwinismo en la actualidad" en la bitácora sobre BioCiencia y Tecnología que, con mano firme gobierna JAL desde los weblog de Madrimasd.

Según la autora, la Teoría Sintética o Neodarwinismo explicaría no sólo la evolución, sino en un planteamiento más dificil todavía y ya casí decididamente acrobático, el mismo origen de las especies.

Por mi parte, en una actitud mucho más propia del espectador que del acróbata y teniendo en cuenta que el neodarwinismo no es sino darwinismo actual y que, por tanto, se basa ni más ni menos que en ese concepto tan peliagudo y controvertido de la Selección Natural, no puedo estar ni mucho menos de acuerdo con tales opiniones tan frecuentes en las pistas del actual circo de la ciencia.

En la discusión surgida a continuación se sorprendía mucho un contertulio cuando le indiqué que la biodiversidad se podría explicar de muchas maneras, queriendo expresar con ello que tan científica es la Selección Natural como cualquier otro Mito. No pretendía yo decir que fuese capaz de explicar la biodiversidad de manera convincente, ni menos aún científica, sino que dudo que pueda haber una explicación científica para tamaña cuestión. Y es que, además de los inconvenientes habituales que la mayoría de los mitos tienen para ser considerados pruebas científicas, la Selección Natural, presenta otra seríe adicional de dificultades que curiosamente parecen ser invisibles a los ojos de muchos científicos especializados.

Así, algunos de los participantes en el debate eran de la opinión con la autora que la biodiversidad se explica bien mediante la Selección Natural.

Tal opinión es para mí, como decía arriba, pirueta acrobática y como tal arriesgada. Analicémosla como tal y veamos luego alguno de sus riesgos.


Además de no ser científico (una tautología), el concepto de Selección Natural se ha mantenido a presión desde el poder de grupos mediáticos, editoriales y científicos bien interesados. Empero, a nadie se le escapa que su principal objetivo ha sido desde su fundación social: el de justificar el
gobierno del mundo por unas élites; el de la ciencia, por otras élites (especializadas).

Una serie de videos tomados en una visita reciente al Parque Nacional de Manuel Antonio, en Costa Rica servirá para introducir la pregunta incómoda que por ahora surge como consecuencia de mi participación en aquel debate y que dejaré caer para reflexionar durante el verano.


La pregunta es:

¿Alguna teoría científica explica la biodiversidad?

Si los vídeos sirven para alimentar dudas, tengan entonces en cuenta que están tomados en el entorno de un Parque Nacional y piensen cuán diferente será el destino de plantas y animales si la teoría en cuestión triunfa y llega a convencernos a todos de que la explicación de la biodiversidad la proporciona la selección natural o si algunos albergamos y alimentamos serias dudas al respecto.



Nota: Una versión posterior de esta entrada se ha publicado aquí

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viernes, 29 de febrero de 2008

El creacionismo, el darwinismo y Wikipedia: Otro ejemplo a favor del manifiesto




El Manifiesto a favor de la Biología del siglo XXI que publicaba hace dos entradas decía, entre otras cosas lo siguiente:

Finalmente, queremos llamar la atención sobre un fenómeno que está contribuyendo a aumentar, especialmente en la sociedad, la confusión sobre el problema que estamos denunciando: El debate darwinismo-creacionismo, que los darwinistas parecen especialmente interesados en difundir. Creemos que es un debate inútil, porque los científicos no debaten sobre creencias, sino sobre datos empíricos, pero que contribuye al reforzamiento social de las viejas (e interesadas) concepciones para evitar el verdadero debate: el de una concepción científica del Siglo XIX frente a una Ciencia del Siglo XXI.


Pues bien, hoy aporto otra prueba más que demuestra que esto es cierto.


Buscando información sobre el naturalista español Juan Vilanova y Piera (1821-1893), me encuentro en Wikipedia (esa enciclopedia pseudodemocrática que sabemos que es darwinista por esto y por esto otro) con esta lindeza:


En cuanto a las teorías del origen de la vida en la tierra, Vilanova era creacionista pero no rechazaba las nuevas teorías que iban surgiendo de mantuvo en contra de las ideas evolucionistas de Darwin y Huxley. (sic.)


Una maravilla de párrafo escrito sin duda por algún darwinista iluminado que viene a demostrar que, efectivamente, en su clan quieren potenciar el debate darwinismo-creacionismo como se indicaba muy acertadamente en el manifiesto. Pero además de eso y de estar mal escrito, el párrafo en cuestión demuestra la ignorancia de quien lo escribió. No sabemos si Juan Vilanova se habría preguntado alguna vez o no acerca del origen de la vida en la Tierra, posiblemente no. Una evidencia en favor de dicha afirmación: eso sería lo primero que un articulista decente habría tenido que presentar documentadamente. Que Vilanova no era creacionista es seguro puesto que esa palabreja no se había inventado todavía. Por similares consideraciones elementales, Platón tampoco pudo ser católico ni Carlos Marx militante de la UGT. Acerca de lo que signifique ser creacionista, todavía no he tenido tiempo de investigar. Sólo un vistazo a la entrada "creacionismo" en Wikipedia ya me ha levantado un dolor de cabeza que sospecho me durará todo el fin de semana. Puede que tenga que terminar admitiendo que Vilanova era creacionista, ahora bien esto implicará la necesidad de admitir que Darwin también lo era con lo cual el debate quedaría, afortunadamente, concluido.

El creacionismo, invento darwinista.




miércoles, 27 de febrero de 2008

Un sencillo experimento acerca de la biología del siglo XXI y su malvada interpretación


La entrada anterior contenía un manifiesto que he recibido de la Universidad Autónoma de Madrid. En su presentación describía como al buscar una imagen para acompañar dicho manifiesto, tuve una experiencia que da la razón al contenido del mismo. Pues bien, esta experiencia puede repetirla cualquiera y así reflexionar con más base acerca de lo que dice el manifiesto. La experiencia es sencilla. Consiste en buscar en Google (España) imágenes con el texto: Biología siglo XXI y, a continuación, analizar lo que tarda en salir la imagen de Darwin. Háganlo. Yo acabo de hacerlo.
Vayan buscando conmigo imágenes en las que se puedan identificar personas. En la primera página de imágenes a mi me surgió un señor dando clase y otro señor de barba blanca que no pude identificar, además de otros dos señores anunciando métodos de diagnóstico. Ya en la segunda página me apareció alguien conocido: El omnipresente periodista Eduard Punset. En la tercera página también reconocí a alguien: El presidente del CSIC y en la cuarta,…¿cómo no?. Ahí ya aparece Darwin. Estoy buscando imágenes con el texto Biología siglo XXI y no he visto ni a Watson y Crack, perdón Crick; ni milagrosamente a Crack Venter (perdón quise decir Craigh). Pero es que estoy buscando en Google España y NO he visto a Santiago Ramón y Cajal ni a Severo Ochoa, nuestros flamantes nobeles, pero SÍ a Darwin. Prometo repetir la experiencia en un par de meses a ver en que página me aparece el que todavía hoy es uno de los principales representantes de la Biología del siglo XXI en español: Sir Charles Darwin.

viernes, 1 de febrero de 2008

La biología como actividad social, la extensión y definición de “fraude científico” y una pregunta


Los debates acerca de Evolución, como por ejemplo todos los incluidos en la serie Evolucionismo-creacionismo, podrían verse súbitamente iluminados si sus participantes fuesen capaces de tomar puntos de vista amplios que tuvieran en consideración la importancia real de la biología como actividad social.

En ciencias sociales se habla a menudo del concepto de representación colectiva o representación social, ambos términos quizás más utilizados en los idiomas francés, alemán o inglés que en castellano. Estos conceptos parten del de representación, llevado a su máximo apogeo por la filosofía de Arthur Schopenhauer (El mundo como voluntad y como representación; ediciones de 1819, 1844 y 1859) y desarrollado después por la sociología y la psicología social. Filósofos, historiadores y sociólogos han tratado sobre la "representación social" y su significado en el mundo actual.


Una definición precisa e interesante podría ser por ejemplo la de Jodelet (1984):


La representación social es un proceso de elaboración perceptiva y mental de la realidad que transforma los objetos sociales (personas, contextos, situaciones) en categorías simbólicas (valores, creencias, ideologías) y les confiere un estatuto cognitivo, permitiendo aprehender los aspectos de la vida ordinaria por un re-encuadre de nuestras propias conductas en el interior de las interacciones sociales.

Determinados modos de representación social pueden ser adoptados por tendencias científicas, políticas sociales o favorecidos por medios editoriales. En su libro, Anatomía del fraude científico, Horace Freeland Judson, menciona un movimiento surgido en los años 1980 y 1990 entre un grupo de sociólogos de la ciencia (camarilla es el término empleado y construccionismo social el nombre de su teoría), que pretendían demostrar que las ciencias deben su existencia más al consenso de los científicos, basado en las jerarquías y las relaciones de poder que no realmente al conocimiento de la verdad objetiva. En este sentido, dice Judson, para algunos, toda ciencia debe parecer fraudulenta. Pero páginas antes, en el Prólogo a su libro, Hudson había dado unas claves para no confundirnos y ayudarnos a identificar el fraude:

¿Qué es exactamente lo que queremos medir?. La descripción más frecuente responde a las iniciales IFP: Invención, Falsificación y Plagio.

A continuación pasa a describir cada uno de estos aspectos del fraude en el contexto de un laboratorio moderno de biología experimental. Así dice:

Por invención se entiende la adulteración de datos en su totalidad; es lo que los biólogos conocen como “trabajo de laboratorio en seco”

Pero supongamos que alguien, interesado en un punto de vista más amplio, hiciera ahora la pregunta:

Bien, y si se nos quiere proponer como una teoría, algo que no lo es, sino que es una tautología, podría tratarse entonces de un caso de invención, y por lo tanto de fraude, ¿si o no?.

martes, 18 de diciembre de 2007

Censura darwinista: es mi turno.





Acabo de publicar en el blog "La vida y la biologia" una entrada con el comentario del libro titulado "La tautología darwinista" de Fernando Vallejo. Como en Wikipedia existe una entrada titulada Fernando Vallejo y en ella había un vínculo al título mencionado en el que no había nada escrito, entonces, ni corto ni perezoso copié mi comentario y lo pegué en la entrada, enviándolo con la intención de publicar yo también alguna vez algo en Wikipedia. A los cinco minutos o diez hice la comprobación para ver si mi comentario seguía en su sitio y,..... no. No estaba. Había desaparecido.



Al parecer, Varano, lo había borrado.
Pero,.....: ¿quién es Varano?.
Pues la respuesta es bien sencilla: alguien que, amparado por ese seudónimo, hace las tareas de editor de Wikipedia.
Entonces,......: ¿por qué lo ha borrado?.
Si entiendo bien, porque considera que el artículo es de crítica literaria y no enciclopédico. ¡Pero hombre, Varano, no seas tan Varano, .......si el vínculo con el título estaba ya hecho!.


Varano, el lagarto más grande



Aunque he de reconocer que soy usuario de Wikipedia, lo soy con mucha prudencia, porque sé que no es ni tan libre ni tan democrática como presume , sobre todo en determinados aspectos-clave. Lo que no haré será, de momento, enzarzarme en un debate como el que ya he mencionado aquí en otra ocasión que resultó en la eliminación de una entrada en la que con razón se cuestionaba la torpe y dogmática visión darwinista de la evolución .








martes, 25 de septiembre de 2007

Darwinismo sideral en el auto de choque


John creía que se podía cambiar el futuro, pero sólo en parte. Creía que la parte que debemos cambiar influencia en el presente y nos da una especie de lección.

La mente aceptará como verdad una mentira repetida y al hacerlo así dará un respiro para pensar en algo mejor con que sustituir a la mentira.

……y no hay límite a la credulidad del hombre.


(Frank Belknap. Este extraño mañana)


Dedicado a quien no ha entendido la entrada anterior. En definitiva, no importa, porque la ciencia ficción no se escribió para entenderla, sino para vivirla.



La pomposamente llamada “Teoría de Evolución de las Especies por Selección Natural”, que no es tal teoría sino una tautología, no sólo ha pasado por ser una Teoría Científica en Biología, sino que ha contaminado todos los campos del saber, por ejemplo la Sociología y la Historia, llegando hasta influir en la Astronomía y en la Cosmología.
A brief history of time”, de Stephen Hawking, es uno de los best seller mundiales en el campo de la divulgación científica en Astronomía, pero mirado con la lupa, presenta también algunas características del típico atolladero, y puede poner en riesgo a la humanidad minando su inteligencia y su capacidad moral.

En el primer capítulo de tan celebrado libro, titulado “Our picture of the Universe”, Hawking revisa someramente los diferentes modelos que, a lo largo de la historia conocida han servido para dar una idea de la estructura del Universo. Aristoteles, Ptolomeo, Copernico, Kepler y Newton desfilan rápidamente en una sucinta explicación que, tras atravesar un periodo de oscuridad protagonizado, como corresponde en medio de un mundo materialista como el de hoy, por San Agustín, desemboca en 1926 en el momento en que la luz se hizo cuando Edwin Hubble demostró que el Universo se expande y que por lo tanto todo debió haber tenido un principio en algún lugar de densidad infinita hace unos diez o veinte mil millones de años. Todos firmes aquí admirando la sabiduría de la Ciencia y que a nadie se le ocurra preguntar sandeces como qué es un lugar de densidad infinita y en dónde está ni, sobre todo,.. ¿cómo se medía el tiempo hace veinte mil millones de años?.

No, esto no se nos explica. Sin sol y sin la tierra girando a su alrededor no pudo haber años, pero esto, en ese punto puede no ser importante y podemos suponer algún tipo de extrapolación o lo que sea conveniente. Llegamos así, como reclamando que la explosión de interpretación histórica a que fuimos sometidos se materialice en una explosión lingüística, al “big bang”, el gran origen de todo, con un universo infinitamente pequeño e infinitamente denso. Esto es mucho más asequible, científico y moderno que San Agustín, a la par que más simple, y debe de ser lo que explica que el libro que sigue haya vendido millones de copias. Claro, también ayudado por una enorme promoción editorial.

A continuación, el autor se zambulle libremente en lo que los británicos llaman “oversimplification”, con frases como, por ejemplo:


One may say that time had a beginning at the big bang, in the sense that earlier times simply would not be defined. It should be emphasized that this beginning in time is very different from those that had been considered previously. In an unchanging Universe a beginning in time is something that has to be imposed by some being outside the Universe, there is no physical necessity for a beginning. One can imagine that God created the Universe at literally any time in the past. On the other hand, if the Universe is expanding, there may be physical reasons why there had to be a beginning. One could still imagine that God created the Universe at the instant of the big bang....”

No tengo a mano una versión en español, pero creo que no vendría a arreglar las cosas. El traductor debió traducir esto. Era su obligación.

A continuación y razonablemente, Hawking dedica cuatro párrafos a explicar lo que es una teoría científica, que, de acuerdo con Kuhn es algo propio de un tiempo y no una verdad absoluta hasta llegar al punto en el que menciona que los científicos hoy describen (no explican) el mundo a base de dos teorías, que son afortunada o desafortunadamente, contradictorias entre sí: La teoría de la relatividad general y la mecánica cuántica. La clave, el objetivo de su libro consiste en mostrar la búsqueda de una teoría unificada que aúne a las dos que son incompatibles entre sí (inconsistent with each other). Hasta aquí todo es posible e incluso puede parecer bonito en función del particular gusto de cada lector, pero los tres últimos párrafos de este primer capítulo son demoledores y muestran que el superventas de la divulgación científica es un auto de choque sideral dirigido de frente contra la barrera. Veamos:

"There is a fundamental paradox in the search for such a complete unified theory that will describe everything in the Universe..... Yet if there is a unified theory, it would also presumably determine our actions. And so the theory itself would determine the outcome of our search for it! And why should it determine that we come to the right conclusions from the evidence? Might it not equally determine that we draw the wrong conclusion? Or no conclusion at all?."

Esto recuerda a algo,..... Y es que el autor está imitando de lejos a los escolásticos a los que si menciona, es sólo para poner a caldo. En fin, hasta aquí todo esto es comprensible. Basta con admitir que, en lo esencial, nunca hemos salido de la Edad Media, aunque lo principal sea ahora disimularlo. Pero,….. lo que viene a continuación suena peor:

"The only answer I can give to this problem is based in Darwin’s principle of Natural Selection,…."


Ajá! El coche de choque evoluciona sobre la pista para acabar su trayectoria en un sonoro golpe, una especie de "big-crash":

"The idea is that in any population of self-reproducing organisms, there will be variations in the genetic material and upbringing that different individuals have. These differences will mean that some individuals are better able than others to draw the right conclusions about the world around them and to act accordingly. These individuals will be more likely to survive and reproduce and so their pattern of behaviour and thought will come to dominate. It has certainly been true in the past that what we call intelligence and scientific discovery has conveyed a survival advantage. It is not so clear that this is still the case: our scientific discoveries may well destroy us, and even if they don’t, a complete unified theory may not make much difference to our chances of survival. However, provided the Universe has evolved in a regular way, we might expect that the reasoning abilities that natural selection has given us would be valid also in our search for a complete unified theory, and so would not lead us to the wrong conclusions."

El auto de choque de Darwin se ha estrellado. No hay por donde tomar el texto que nos conduce sin remedio a algunas ideas de los antiguos cuando expresaban su descontento porque en el mundo todo se deteriora. Puede ser cierto porque para mí, el intento de leer a Hawking y a otros divulgadores de la Ciencia supuso el mayor estímulo para volver a Platón con una necesidad renovada. Darwin, que no necesitaba ayuda para estrellarse, vuelve a estar a salvo gracias a un doble estrellamiento. Su tautología sigue dando beneficios.




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