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martes, 15 de enero de 2008

Resortes darwinistas. Tercer resorte: El recurso al laberinto escolástico


En un número todavía reciente de PNAS, la revista de la Academia de las Ciencias norteamericana se mostraba partidaria y defensora del darwinismo. Quién firmaba los dos primeros artículos de presentación de la serie era el académico Francisco Ayala, quien fue ordenado sacerdote dominico en 1960.

El tercer resorte del darwinismo, este ya más propio de las altas esferas que los dos anteriores , es, ni más ni menos que el empleo de un lenguaje pródigo en laberintos propios de la escuela tardo-escolástica. El propio Darwin, que en su juventud estudió para clérigo estaría feliz de ver cómo su teoría ha hecho ya todo el camino de ida y vuelta y ahora regresa a su origen tras un largo periplo por el mundo de la ciencia, al que ha comprendido y ha contribuido menos que su propio autor, Darwin, comprendió la vida en la Patagonia.
De las andanzas de Darwin en la Patagonia podremos hablar en otra ocasión, de momento sólo mencionar un ejemplo del lenguaje escolástico. En el mencionado número de PNAS dedicado a la evolución y titulado: “In the Light of Evolution I: Adaptation and Complex Design”, los dos primeros artículos están firmados por Ayala. El segundo se titula: “Colloquium Papers: Darwin's greatest discovery: Design without designer”. Así, como suena: Design without designer. Diseño sin diseñador. Recurso fantástico que recuerda a las preguntas de la retórica escolástica tardo-medieval (¿Cuántos ángeles caben sobre la cabeza de un alfiler?, ¿Cuál es el radio de acción de un ángel?) y que siempre nos dejará la puerta abierta a la otra posibilidad que, pareciendo querer ir a excluir, sin embargo, no excluye y que es Design with--- designer, porque en definitiva la distinción entre with y without, con y sin, es puramente subjetiva cuando se habla de estos temas, sobre todo si quien habla es la autoridad, que es en definitiva quien representa al designer ( o a su ausencia) en la Tierra.

Fantásticos ejemplos de juegos de palabras. Esto es: de hablar sin decir nada. Transportar el lenguaje fuera de la realidad para así poder disponer mejor de la realidad para nuestros fines.