El carácter como objetivación de la voluntad del mundo en Schopenhauer
La primera edición de la principal obra de Arthur Schopenhauer, titulada “Die Welt als Wille and Vorstellung” (El mundo como voluntad y como representación), apareció en Leipzig en 1819.
Schopenhauer tenía un gran interés por las cuestiones de la naturaleza y asistió a clases en la Facultad de Medicina entre 1809 y 1813 y, durante toda su vida, fue un visitante asiduo del Parque Zoológico de Frankfurt. En sus textos dedicó muchas páginas a cuestiones como la descripción de especies animales de Sudamérica o la descripción de los procesos de la herencia. Sus textos sobre Ciencias Naturales son muy variados, pero algunas de sus teorías e ideas filosóficas son hitos en la historia de la Filosofía. En particular, en sus textos hace énfasis en el significado del ser humano. Para Schopenhauer, la voluntad que mueve el Mundo se expresa también en el ser humano: la emoción es una manera de percepción. Por medio de la emoción percibimos lo que existe, no sólo en la vida interior sino también en la naturaleza. Copio fragmentos consecutivos de su texto arriba mencionado:
Para el puro sujeto conocedor….Él vería sus acciones obedecer a los motivos que sobrevienen con la regularidad de las leyes físicas… La esencia íntima de estas manifestaciones y acciones de su cuerpo le sería incomprensible; la llamaría como quisiera: fuerza, calidad o carácter, y no sabría nada más de ello. Pero no es así; lejos de serlo, el individuo es al mismo tiempo el sujeto del conocimiento y ahí encuentra la palabra del enigma; esta palabra es Voluntad. Ella le da la clave de su propia existencia como fenómeno, le descubre el significado, le muestra la fuerza interior que hace su ser, sus acciones, su movimiento.
Para el puro sujeto conocedor….Él vería sus acciones obedecer a los motivos que sobrevienen con la regularidad de las leyes físicas… La esencia íntima de estas manifestaciones y acciones de su cuerpo le sería incomprensible; la llamaría como quisiera: fuerza, calidad o carácter, y no sabría nada más de ello. Pero no es así; lejos de serlo, el individuo es al mismo tiempo el sujeto del conocimiento y ahí encuentra la palabra del enigma; esta palabra es Voluntad. Ella le da la clave de su propia existencia como fenómeno, le descubre el significado, le muestra la fuerza interior que hace su ser, sus acciones, su movimiento.
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