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viernes, 5 de octubre de 2012

Tres párrafos adicionales para comentar unas tablas imaginarias a partir del octogésimo párrafo de El Origen de las Especies





Sigue el autor comentando unas tablas que no ha presentado a  las que ahora dice haber aplicado procedimientos numéricos que no explica. Bajo estas condiciones  los resultados son los esperados, los deseados para soportar la hipótesis de partida. No podía ser de otro modo:



       
  1. Las      especies de los géneros mayores se parecen a las variedades, más que las      especies de los géneros menores. (the species of the larger genera resemble varieties, more than do the species of the smaller genera).

  2.    
  3. Muchas      de las especies que se "fabrican" todavía, en cierta medida se parecen a las      variedades, pues difieren entre sí por menos que la cantidad normal de      diferencia. (that in the larger genera, in which a number of varieties or  incipient species greater than the average are now manufacturing, many  of the species already manufactured still to a certain extent resemble  varieties, for they differ from each other by a less than the usual  amount of difference.).

Inevitable permanecer tranquilo al leer ese  "Manufacturing" referido a la formación de una especie, prueba de que  OSMNS jamás pasó por revisión crítica alguna. Más bien al contrario...........



En definitiva: las especies no son sino variedades.  Lamentablemente las pruebas aportadas son nulas:

I have endeavoured to test this numerically by averages, and, as far as my imperfect results go, they confirm the view.

Si, de acuerdo, pero ¿Dónde están esos imperfect results?


Ante la falta de datos originales, el interés de la obra viene a ser de nuevo histórico o más exactamente sociológico: ¿Por qué vino a adquirir tan gran relevancia una publicación en la que falta el soporte científico de los datos?



La respuesta es sencilla: Porque no se trata de una publicación científica sino de una exposición ideológica.

El planteamiento es confuso:

Hemos visto que no hay un criterio infalible para distinguir las especies de las variedades bien marcadas;

Pero el concepto de especie no se basa en  un criterio para distinguir  las especies de las variedades, sino  para distinguir unas especies de otras. El científico no aspira a encontrar el fiel reflejo de sus pensamientos en la naturaleza, lo cual es fundamentalismo sino que más bien al contrario,   ha de adaptar sus pensamientos a la realidad que encuentra en la Naturaleza. Darwin es un naturalista aficionado,  fundador del darwinismo, una ideología o pseudociencia fundamentalista. Los naturalistas profesionales como Owen, von Baer o Agassiz tenían puntos de vista más adecuados con la ciencia,....





MANY OF THE SPECIES INCLUDED WITHIN THE LARGER GENERA RESEMBLE VARIETIES IN BEING VERY CLOSELY, BUT UNEQUALLY, RELATED TO EACH OTHER, AND IN HAVING RESTRICTED RANGES.



80.

There are other relations between the species of large genera and their recorded varieties which deserve notice. We have seen that there is no infallible criterion by which to distinguish species and well-marked varieties; and when intermediate links have not been found between doubtful forms, naturalists are compelled to come to a determination by the amount of difference between them, judging by analogy whether or not the amount suffices to raise one or both to the rank of species. Hence the amount of difference is one very important criterion in settling whether two forms should be ranked as species or varieties. Now Fries has remarked in regard to plants, and Westwood in regard to insects, that in large genera the amount of difference between the species is often exceedingly small. I have endeavoured to test this numerically by averages, and, as far as my imperfect results go, they confirm the view. I have also consulted some sagacious and experienced observers, and, after deliberation, they concur in this view. In this respect, therefore, the species of the larger genera resemble varieties, more than do the species of the smaller genera. Or the case may be put in another way, and it may be said, that in the larger genera, in which a number of varieties or incipient species greater than the average are now manufacturing, many of the species already manufactured still to a certain extent resemble varieties, for they differ from each other by a less than the usual amount of difference.



Entre las especies de los géneros grandes y sus variedades registradas existen otras relaciones dignas de mención. Hemos visto que no hay un criterio infalible para distinguir las especies de las variedades bien marcadas; y cuando no se han encontrado eslabones de enlace entre formas dudosas, los naturalistas se ven forzados a decidirse por el conjunto de diferencias entre ellas, juzgando por analogía si este conjunto es o no suficiente para elevar una forma, o ambas, a la categoría de especies. De aquí que la cantidad de diferencia es un criterio importantísimo para decidir si dos formas han de ser clasificadas como especies o como variedades. Ahora bien: Fries ha observado, por lo que se refiere a las plantas, y Westwood, por lo que toca a los insectos, que en los géneros grandes la cantidad de diferencia entre las especies es con frecuencia sumamente pequeña. Me he esforzado en comprobar esto numéricamente mediante promedios que, hasta donde alcanzan mis imperfectos resultados, confirman dicha opinión. He consultado también con algunos sagaces y experimentados observadores, y, después de deliberar, coinciden en esta opinión. En este respecto, pues, las especies de los géneros mayores se parecen a las variedades, más que las especies de los géneros menores. O el caso puede interpretarse de otro modo: puede decirse que en los géneros mayores, en los cuales se está ahora fabricando un número de variedades o especies incipientes mayor que el promedio, muchas de las especies que se fabrican todavía, en cierta medida se parecen a las variedades, pues difieren entre sí por menos que la cantidad normal de diferencia.



jueves, 4 de octubre de 2012

Continúa el autor comentando unas tablas inexistentes y poniéndose en evidencia en el septuagésimo noveno párrafo de El Origen de las Especies





Si en un trabajo científico es habitual presentar tablas, lo que no es tan habitual es comentar una tabla inexistente o dedicar varios párrafos a discutir una tabla que no se presenta acompañando al texto. Es lo que hace aquí el autor.

Por otra parte en la tabla imaginaria nos dice haber ordenado las plantas de veinte países. ¿Qué plantas? ¿Cuáles y cuántas?



El contenido de éste párrafo induce a engaño. Da la impresión de que la producción de especies (if we may use the expression, the manufactory of species, dice el autor de manera algo peligrosa e inconveniente) es algo cotidiano y de fácil observación (manufactory):



if we may use the expression, the manufactory of species has been active, we ought generally to find the manufactory still in action, more especially as we have every reason to believe the process of manufacturing new species to be a slow one.



si se nos permite emplear la frase- la fabricación de especies ha sido muy activa, debemos, en general, encontrar todavía la fábrica en movimiento; tanto más, cuanto que tenemos todas las razones para suponer que el procedimiento de fabricación de las especies nuevas es un procedimiento lento.

La conclusión final no es muy clara y tiene un tono perogrullesco , lo mismo que en párrafos anteriores, como una falacia:

All that we want to show is, that where many species of a genus have  been formed, on an average many are still forming; and this certainly  holds good.

Todo lo que queremos demostrar es que cuando de un género se han  formado muchas especies, en promedio muchas se siguen formando, y esto  ciertamente es válido.

¿Es ciertamente esto válido como afirma el autor? Yo opino que no, pero por otra parte, comprendo que el autor esté deseando terminar con este capítulo sobre La Variación en la Naturaleza, un tema que le resulta francamente incómodo.




79.

To test the truth of this anticipation I have arranged the plants of twelve countries, and the coleopterous insects of two districts, into two nearly equal masses, the species of the larger genera on one side, and those of the smaller genera on the other side, and it has invariably proved to be the case that a larger proportion of the species on the side of the larger genera presented varieties, than on the side of the smaller genera. Moreover, the species of the large genera which present any varieties, invariably present a larger average number of varieties than do the species of the small genera. Both these results follow when another division is made, and when all the least genera, with from only one to four species, are altogether excluded from the tables. These facts are of plain signification on the view that species are only strongly marked and permanent varieties; for wherever many species of the same genus have been formed, or where, if we may use the expression, the manufactory of species has been active, we ought generally to find the manufactory still in action, more especially as we have every reason to believe the process of manufacturing new species to be a slow one. And this certainly holds true if varieties be looked at as incipient species; for my tables clearly show, as a general rule, that, wherever many species of a genus have been formed, the species of that genus present a number of varieties, that is, of incipient species, beyond the average. It is not that all large genera are now varying much, and are thus increasing in the number of their species, or that no small genera are now varying and increasing; for if this had been so, it would have been fatal to my theory; inasmuch as geology plainly tells us that small genera have in the lapse of time often increased greatly in size; and that large genera have often come to their maxima, declined, and disappeared. All that we want to show is, that where many species of a genus have been formed, on an average many are still forming; and this certainly holds good.



Para probar la verdad de esta idea que anticipo he ordenado las plantas de veinte países y los insectos coleópteros de dos regiones en dos grupos aproximadamente iguales, poniendo a un lado las especies de los géneros mayores y a otro las de los géneros menores, y esto ha demostrado siempre que en el lado de los géneros mayores era mayor el tanto por ciento de especies que presentaban variedades, que en el lado de los géneros menores. Además, las especies de los géneros grandes que presentan variedades presentan siempre un número relativo mayor de variedades, que las especies de los géneros pequeños. Ambos resultados subsisten cuando se hace otra división y cuando se excluyen por completo de los cuadros todos los géneros muy pequeños que sólo comprenden de una a cuatro especies. Estos hechos tienen clara significación en la hipótesis de que las especies son tan sólo variedades permanentes muy caracterizadas, pues dondequiera que se han formado muchas especies del mismo género, o donde -si se nos permite emplear la frase- la fabricación de especies ha sido muy activa, debemos, en general, encontrar todavía la fábrica en movimiento; tanto más, cuanto que tenemos todas las razones para suponer que el procedimiento de fabricación de las especies nuevas es un procedimiento lento. Y esto, ciertamente, resulta exacto si se consideran las variedades como especies incipientes,  pues mis cuadros muestran claramente, como regla general, que, siempre que muchas especies de un género se han formado, las especies de este género presentan un número de variedades, es decir , de especies incipientes, más allá de la media. No es que todos los géneros grandes están variando mucho, y va en aumento el número de sus especies, o que ningún genero pequeño son ahora varíe y aumente, porque si esto hubiera sido así, hubiera sido fatal para mi teoría; en la medida en que la geología nos dice claramente que los géneros pequeños, en el transcurso del tiempo a menudo han aumentado considerablemente de tamaño, y que géneros grandes a menudo han llegado a su máximo, declinan, y desaparecen. Todo lo que queremos demostrar es que cuando de un género se han formado muchas especies, en promedio muchas se siguen formando, y esto ciertamente es válido.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Disparatado razonamiento en el septuagésimo octavo párrafo de El Origen de las Especies



El autor sigue discutiendo consigo mismo, boxeando con su sombra,   y sus textos reflejan una pugna interior entre la ciencia y la fe que habitualmente el mundo académico habría rechazado, pero que en este caso excepcional, aceptó de buen grado. ¿Por qué? Por la exaltación de la competición que traía consigo y que era lo que en realidad interesaba. No la ciencia.







78.

From looking at species as only strongly marked and well-defined varieties, I was led to anticipate that the species of the larger genera in each country would oftener present varieties, than the species of the smaller genera; for wherever many closely related species (i.e., species of the same genus) have been formed, many varieties or incipient species ought, as a general rule, to be now forming. Where many large trees grow, we expect to find saplings. Where many species of a genus have been formed through variation, circumstances have been favourable for variation; and hence we might expect that the circumstances would generally still be favourable to variation. On the other hand, if we look at each species as a special act of creation, there is no apparent reason why more varieties should occur in a group having many species, than in one having few.



El considerar las especies tan sólo como variedades bien definidas y muy caracterizadas me llevó a anticipar que las especies de los géneros mayores en cada país presentarían con más frecuencia variedades que las especies de los géneros menores, pues dondequiera que se hayan formado muchas especies sumamente afines -es decir, especies del mismo género- deben, por regla general, estarse formando actualmente muchas variedades o especies incipientes. Donde crecen muchos árboles grandes esperamos encontrar retoños; donde se han formado por variación muchas especies de un género, las circunstancias han sido favorables para la variación, y, por consiguiente, podemos esperar que, en general, lo serán todavía. Por el contrario, si consideramos cada especie como un acto especial de creación, no aparece razón alguna para que se presenten más variedades en un grupo que tenga muchas especies que en otro que tenga pocas.

martes, 2 de octubre de 2012

Falacia y falta de ejemplos en el septuagésimo séptimo párrafo de El Origen de las Especies





El autor sigue aquí hablando sobre unas tablas que no ha presentado a las que aquí se refiere como my tables. La lectura se hace tediosa al no disponer de esas tablas ni conocer su contenido.  Por otra parte el contenido del párrafo tiene un cierto aire de falacia, como perogrullesco......Resulta  increíble que esto haya podido ser publicado en  libro de tan gran difusión….



SPECIES OF THE LARGER GENERA IN EACH COUNTRY VARY MORE FREQUENTLY THAN THE SPECIES OF THE SMALLER GENERA.



77.

If the plants inhabiting a country as described in any Flora, be divided into two equal masses, all those in the larger genera (i.e., those including many species) being placed on one side, and all those in the smaller genera on the other side, the former will be found to include a somewhat larger number of the very common and much diffused or dominant species. This might have been anticipated, for the mere fact of many species of the same genus inhabiting any country, shows that there is something in the organic or inorganic conditions of that country favourable to the genus; and, consequently, we might have expected to have found in the larger genera, or those including many species, a larger proportional number of dominant species. But so many causes tend to obscure this result, that I am surprised that my tables show even a small majority on the side of the larger genera. I will here allude to only two causes of obscurity. Fresh water and salt-loving plants generally have very wide ranges and are much diffused, but this seems to be connected with the nature of the stations inhabited by them, and has little or no relation to the size of the genera to which the species belong. Again, plants low in the scale of organisation are generally much more widely diffused than plants higher in the scale; and here again there is no close relation to the size of the genera. The cause of lowly-organised plants ranging widely will be discussed in our chapter on Geographical Distribution.



Si las plantas que viven en un país, según aparecen descritas en una flora, se dividen en dos grupos iguales, colocando a un lado todas las de los géneros mayores -esto es, los que contienen más especies- y a otro lado todas las de los géneros menores, se verá que el primer grupo comprende un número algo mayor de especies comunísimas y muy difundidas, o especies predominantes. Esto podía haber sido ya previsto, pues el mero hecho de que muchas especies del mismo género vivan en un país demuestra que en las condiciones orgánicas e inorgánicas de aquel país existe algo favorable para el género, y, por consiguiente, podíamos haber esperado encontrar en los géneros mayores -o que comprenden más especies- un número relativo mayor de especies predominantes. Pero son tantas las causas que tienden a obscurecer el resultado, que estoy sorprendido de que mis tablas muestren siquiera una pequeña mayoría del lado de los géneros mayores. Me referiré aquí a dos causas sólo de obscuridad. Las plantas de agua dulce y las halófilas están generalmente muy extendidas y muy difundidas; pero esto parece estar relacionado con la naturaleza de los lugares en que viven y tienen poca o ninguna relación con la magnitud de los géneros a que pertenecen las especies. Además, los vegetales inferiores en la escala de la organización están, en general, mucho más difundidos que las plantas superiores, y en este caso, además, no hay relación inmediata con el tamaño del género. La causa de las plantas inferiores de amplia distribución se discutirá ampliamente en el capítulo sobre distribución geográfica.

lunes, 1 de octubre de 2012

Vuelve Alphonse de Candolle y vamos introduciendo ya el término lucha (struggle) en el septuagésimo sexto párrafo de El Origen de las Especies





Incapaz de imaginarse que una variedad, una especie o un conjunto de individuos puedan existir por otro motivo que no sea la lucha por la existencia, el autor está impaciente por introducir ya un  tema que bien poco tiene que ver con la variación en la naturaleza y que será desarrollado ampliamente en el capítulo siguiente.

Cuando el estudio de la granja se ha revelado insuficiente para explicar la formación de una especie y la formación del autor como naturalista escasa  para abordar la variación en la naturaleza,  entonces va llegando la hora de buscar nuevos argumentos. Pronto un capítulo será dedicado a la Lucha por la Existencia, tema favorito que el autor está impaciente por introducir. Así, en este párrafo damos una temprana bienvenida a tal concepto: inútil para la comprensión de la variación en la naturaleza y más inútil todavía para entender la formación de una especie: El viejo Polemos de Heráclito. El combate. La lucha. Protagonista, si ha de serlo de algo, de toda la vida entera y de la dinámica del universo; pero no especialmente  de la formación de las especies.

Curioso modo de interpretar la naturaleza.  Posible, si.  Más no científico.  La lucha, la competicion, partiendo de la economía, en donde ocupan un lugar de privilegio, atraviesan la biología en esta obra (OSMNS) y se constituyen mediante tal asalto como base y paradigma de la ciencia moderna.  ¿Las causas?

La primera,  la propia estructura de la ciencia moderna basada en sí misma en la competición y la necesidad de financiación: Non pecuniam, non ideas.

La segunda, los intereses de  los beneficiarios de una tal visión:  Sectores organizados de la Ciencia y de la sociedad, determinados grupos editoriales o  académicos,….la obra OSMNS es un regalo de determinados sectores de la ciencia (pseudociencia) para todos aquellos interesados en fomentar la competición desde Darwin, quienes vienen diciendo: La vida es lucha, la vida es competición, nos lo enseña la biología. Cuando precisamente la biología nos enseña esto, que lo tiene bien aprendido de la economía,  porque los propios intereses de quienes la rigen, nos lo llevan imponiendo durante más de ciento cincuenta años.

Semejante visión se ha impuesto y manda. Todo el panorama de la biología consiste en ver ataques y defensas por doquier, en investigar  luchas y competiciones. Una variedad, nos dice el autor en este párrafo, tiene necesariamente que luchar con los otros habitantes de su pais.  Si no lo ven, vayan creyéndolo:



como las variedades, para hacerse en algún modo permanentes,  necesariamente tienen que luchar con los otros habitantes de su país,

(varieties, in order to become in any degree permanent, necessarily have to struggle with the other inhabitants of the country,



Pero,...¿ quién ha visto jamás luchar entre sí a dos plantas?, ¿Quién en su sano juicio puede aportar una prueba de que una sola característica sea, en la naturaleza, producto de lucha alguna?


La lucha en la naturaleza se asume así, a priori,  no sólo como algo existente por doquier, sino como su fundamento. Pero... ¿Con quién habrían luchado los tipos y variedades de roble que de Candolle nos presentaba dos párrafos atrás?, ¿A qué otros individuos, variedades o especies han derrotado en su lucha?  ¿Cómo se prepararán los retoños de roble, guerreros combatientes para una nueva lucha?

¿Dónde está la lucha? ¿Dónde la competición? Arraigadas en una costumbre de oscuros orígenes. Pero....

¿Alguna vez alguien fue capaz de discutir una costumbre establecida ya como fundamento de la razón?



76.

Alphonse de Candolle and others have shown that plants which have very wide ranges generally present varieties; and this might have been expected, as they are exposed to diverse physical conditions, and as they come into competition (which, as we shall hereafter see, is a far more important circumstance) with different sets of organic beings. But my tables further show that, in any limited country, the species which are the most common, that is abound most in individuals, and the species which are most widely diffused within their own country (and this is a different consideration from wide range, and to a certain extent from commonness), oftenest give rise to varieties sufficiently well-marked to have been recorded in botanical works. Hence it is the most flourishing, or, as they may be called, the dominant species—those which range widely, are the most diffused in their own country, and are the most numerous in individuals—which oftenest produce well-marked varieties, or, as I consider them, incipient species. And this, perhaps, might have been anticipated; for, as varieties, in order to become in any degree permanent, necessarily have to struggle with the other inhabitants of the country, the species which are already dominant will be the most likely to yield offspring, which, though in some slight degree modified, still inherit those advantages that enabled their parents to become dominant over their compatriots. In these remarks on predominence, it should be understood that reference is made only to the forms which come into competition with each other, and more especially to the members of the same genus or class having nearly similar habits of life. With respect to the number of individuals or commonness of species, the comparison of course relates only to the members of the same group. One of the higher plants may be said to be dominant if it be more numerous in individuals and more widely diffused than the other plants of the same country, which live under nearly the same conditions. A plant of this kind is not the less dominant because some conferva inhabiting the water or some parasitic fungus is infinitely more numerous in individuals, and more widely diffused. But if the conferva or parasitic fungus exceeds its allies in the above respects, it will then be dominant within its own class.



Alphonse de Candolle y otros han demostrado que las plantas que tienen una gran dispersión presentan generalmente variedades, lo que podía ya esperarse por estar expuestas a diferentes condiciones físicas y porque entran en competencia con diferentes conjuntos de seres orgánicos, lo cual, como veremos después, es una circunstancia tanto o más importante. Pero mis tablas muestran además que en todo país limitado las especies que son más comunes -esto es, más abundantes en individuos- y las especies muy difundidas dentro del mismo país -y éste es un concepto diferente de ocupar mucha extensión y, hasta cierto punto, de ser común- son las que con más frecuencia originan variedades lo suficientemente caracterizadas para ser registradas en las obras de botánica. De aquí el que las especies más florecientes o, como pueden llamarse, especies predominantes -las que ocupan mayor extensión, son las más difundidas en su propio país y las más numerosas en individuos- sean las que con más frecuencia producen variedades bien caracterizadas o, como yo las considero, especies incipientes. Y esto podría quizá haber sido previsto; pues como las variedades, para hacerse en algún modo permanentes, necesariamente tienen que luchar con los otros habitantes de su país, las especies que son ya predominantes serán las más aptas para producir descendientes, los cuales, aunque modificados sólo en muy débil grado, heredan, sin embargo, las ventajas que permitieron a sus padres convertirse en dominantes sobre sus compatriotas. En estas observaciones sobre predominancia, debe entenderse que se hace referencia únicamente a las formas que entran en competencia unas con otras, y más especialmente a los miembros de un mismo género o de clase que tienen costumbres casi semejantes de la vida. Con respecto al número de individuos o la vulgaridad de las especies, la comparación, por supuesto, se refiere únicamente a los miembros del mismo grupo. Una de las plantas superiores se puede decir que sea dominante si es más numerosa y más ampliamente difundida en los individuos que las otras plantas del mismo país, que viven casi en las mismas condiciones. Una planta de este tipo no será menos dominante porque algunos Conferva que habitan en el agua o algún hongo parásito sean infinitamente más numerosos en sus individuos, y se difundieran más ampliamente. Pero si el hongo parásito o la Conferva supera a sus semejantes en los aspectos indicados, entonces será dominante dentro de su clase.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Contenido misterioso y desconcertante revela la falta de resultados en el septuagésimo quinto párrafo de El Origen de las Especies





WIDE-RANGING, MUCH DIFFUSED, AND COMMON SPECIES VARY MOST.

Comienza ahora una sección dedicada a la variación en especies muy difundidas. En el primer párrafo de ésta sección el autor menciona una tabla que ha debido de usar en sus investigaciones pero que no la presenta en su obra.



¿Qué dice éste párrafo? Analicémoslo en orden de aparición:



       
  1. El      autor primero creyó que algún resultado interesante se podría obtener en      relación con las especies que más varían, mediante el método de tabular      las variedades de algunas floras.

  2.    
  3. Mr.      H.C. Watson le dijo que la tarea era difícil. También Hooker le indicó lo      mismo en términos más duros.

  4.    
  5. El      asunto es desconcertante y no pueden evitarse las alusiones a la lucha por      la existencia.



En resumen: nos encontramos ante  un párrafo totalmente desprovisto de contenido e impublicable de no ser en las condiciones ventajosas en que publica nuestro autor.





75.

Guided by theoretical considerations, I thought that some interesting results might be obtained in regard to the nature and relations of the species which vary most, by tabulating all the varieties in several well-worked floras. At first this seemed a simple task; but Mr. H.C. Watson, to whom I am much indebted for valuable advice and assistance on this subject, soon convinced me that there were many difficulties, as did subsequently Dr. Hooker, even in stronger terms. I shall reserve for a future work the discussion of these difficulties, and the tables of the proportional numbers of the varying species. Dr. Hooker permits me to add that after having carefully read my manuscript, and examined the tables, he thinks that the following statements are fairly well established. The whole subject, however, treated as it necessarily here is with much brevity, is rather perplexing, and allusions cannot be avoided to the "struggle for existence," "divergence of character," and other questions, hereafter to be discussed.



Guiado por consideraciones teóricas, pensé que podrían obtenerse resultados interesantes respecto a la naturaleza y relaciones de las especies que más varían, formando listas de todas las variedades de diversas floras bien estudiadas. Al pronto parecía esto un trabajo sencillo; pero míster H. C. Watson, a quien estoy muy obligado por valiosos servicios y consejos sobre este asunto, me convenció en seguida de que había muchas dificultades, como también lo hizo después el doctor Hooker, todavía en términos más enérgicos. Reservaré para una obra futura la discusión de estas dificultades y los cuadros de los números proporcionales de las especies variables. El doctor Hooker me autoriza a añadir que, después de haber leído atentamente mi manuscrito y examinado los cuadros, cree que las siguientes conclusiones están bien e imparcialmente fundadas. Todo este asunto, sin embargo, tratado con mucha brevedad, como es aquí necesario, es algo desconcertante, y no pueden evitarse las alusiones a la lucha por la existencia, divergencia de caracteres y otras cuestiones que han de ser discutidas más adelante.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Charles Darwin contra el concepto de especie en el párrafo septuagésimo cuarto de El Origen de las Especies





El estilo del autor es verdaderamente curioso. Se extiende a menudo en largos párrafos para no decir nada y, de repente, introduce un párrafo breve en el que dice un disparate tremendo.

El párrafo septuagésimo cuarto es uno de éstos breves y desconcertantes párrafos de El origen. Para todos los naturalistas el concepto de especie es fundamental en la descripción de la naturaleza. Por muchos ejemplos y casos dudosos en los que un naturalista no sepa si dos individuos pertenecen o no  a la misma especie o son especies diferentes; por muchas y variadas dificultades que el zoólogo, el entomólogo o el botánico puedan encontrar en sus clasificaciones, constantemente recurrirán al concepto de especie porque es fundamental y así lo ha sido durante cientos de años. En la naturaleza no hay, al contrario que expone el autor, una gradación continuada, sino que los individuos pertenecen a especies.

La especie no sólo es, como dice aquí el autor, un grupo de individuos muy semejantes. Existe además el criterio de reproducción. Los individuos de una especie pueden reproducirse entre sí. Es un criterio   que nos indica que entre las células de individuos de la misma especie hay determinado nivel de compatibilidad basado en homología genética y cromosómica. En esto difiere, el concepto de especie del de variedad. Sean cuales fuesen las consideraciones del autor, el concepto de especie se basa en una realidad insoslayable.







74.

From these remarks it will be seen that I look at the term species as one arbitrarily given, for the sake of convenience, to a set of individuals closely resembling each other, and that it does not essentially differ from the term variety, which is given to less distinct and more fluctuating forms. The term variety, again, in comparison with mere individual differences, is also applied arbitrarily, for convenience sake.







Por estas observaciones se verá que considero la palabra especie como dada arbitrariamente, por razón de conveniencia, a un grupo de individuos muy semejantes y que no difiere esencialmente de la palabra variedad, que se da a formas menos precisas y más fluctuantes. A su vez, la palabra variedad, en comparación con meras diferencias individuales, se aplica también arbitrariamente por razón de conveniencia.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Contradicción en el párrafo septuagésimo tercero de El Origen de las Especies





Así es como terminaba el párrafo anterior (72):

Una variedad bien caracterizada puede, por consiguiente, denominarse especie incipiente, y si esta suposición está o no justificada, debe ser juzgado por el peso de los diferentes hechos y consideraciones que se expondrán en toda esta obra.

Pero ahora éste (73) empieza así :

No es necesario suponer que todas las variedades o especies incipientes alcancen la categoría de especies.

Es decir que algunas especies incipientes no darán lugar a especies. Entonces,…¿Por qué llamarlas especies incipientes si no lo son?



El autor pretende quitar peso al concepto de especie y a tal fin va aportando aquí y allá, si no argumentos, si frases, construcciones verbales, juegos de palabras. En definitiva, confusión. Todos los ejemplos recopilados en este capítulo apuntan en esta dirección, pero si se hubiese molestado en juntar ejemplos para apoyar la idea contraria, es decir la importancia del concepto de especie, entonces no le habría bastado con un capítulo.   Por muchos ejemplos que junte  a favor o en contra hay un criterio: La reproducción. Las variedades pueden entrecruzarse, las especies, no.  Pero la variación en la naturaleza,  que es el tema del capítulo,  no debe limitarse a una discusión de la importancia o no de la especie. Además existen otras categorías taxonómicas bien definidas: El género, la familia, el orden la clase y el Philum. Louis Agassiz, contemporáneo de Darwin, se había preocupado seriamente por estas categorías en un trabajo riguroso, científico y metódico del que no se han editado ni la milésima parte de la cantidad de los ejemplares de OSMNS: Essay on Classification. En el Essay, Agassiz expresaba su opinión limpiamente, sin los ambages característicos de Darwin. Decía:



I confess that this question as to the nature and foundation of our scientific classifications appears to me to have the deepest importance





73.

It need not be supposed that all varieties or incipient species attain the rank of species. They may become extinct, or they may endure as varieties for very long periods, as has been shown to be the case by Mr. Wollaston with the varieties of certain fossil land-shells in Madeira, and with plants by Gaston de Saporta. If a variety were to flourish so as to exceed in numbers the parent species, it would then rank as the species, and the species as the variety; or it might come to supplant and exterminate the parent species; or both might co-exist, and both rank as independent species. But we shall hereafter return to this subject.



No es necesario suponer que todas las variedades o especies incipientes alcancen la categoría de especies. Pueden extinguirse o pueden continuar como variedades durante larguísimos períodos, como míster Wollaston ha demostrado que ocurre en las variedades de ciertos moluscos terrestres fósiles de la isla de la Madera, y Gaston de Saporta en los vegetales. Si una variedad llegase a florecer de tal modo que excediese en número a la especie madre, aquélla se clasificaría como especie y la especie como variedad; y podría llegar a suplantar y exterminar la especie madre, o ambas podrían coexistir y ambas se clasificarían como especies independientes. Pero más adelante insistiremos sobre este asunto.

jueves, 27 de septiembre de 2012

El error crece y se mezcla con la herencia de caracteres adquiridos y la selección natural en el párrafo septuagésimo segundo de El Origen de las Especies





Al error que el autor había introducido peligrosamente en el párrafo anterior, es decir,  que en la naturaleza existe una gradación y que las diferencias entre especies son diferencias graduales del mismo género que las diferencias entre variedades o entre individuos, vienen ahora a  sumarse nuevos problemas:



       
  1. I look at individual   differences, dice el autor. Pero de nada sirve mirar a diferencias      individuales si se quiere estudiar la transformación de las especies. En      cada especie hay miles de diferencias individuales sin importancia a tal efecto.

  2.    
  3. As being the first step towards  such slight varieties, sigue diciendo. De ninguna manera.  Las diferencias individuales no tienen  porque ser paso hacia las variedades.

  4.    
  5. I look at varieties which are   in any degree more distinct and permanent, as steps toward more strongly  marked and permanent varieties. Incorrecto. No todas las variedades      son pasos hacia variedades más marcadas ni permanentes. No todas las      variedades permanentes son intermedios hacia especies. El autor debería      aportar pruebas de lo que dice.



El carácter acumulativo de la selección natural queda pendiente para explicación posterior en frase ya familiar de sus lectores (hereafter be explained), en la que el autor vuelve a prometer lo que nunca llegará:

the passage from one stage of difference to another may be safely  attributed to the cumulative action of natural selection, hereafter to  be explained

Así va la lectura: girando sobre sí misma una y otra vez  para volver siempre al  mismo punto.  Volviendo a remitirnos a una explicación futura que nunca llega, se acumula ahora este hipotético carácter acumulativo  a otras explicaciones pendientes en relación con el disparate de la selección natural.









La idiosincrasia del autor resplandece en los finales de párafo. Ya hemos visto algunos ejemplos de ambigüedad. Este es buena muestra de confusión:



A well-marked variety may therefore be called an incipient species; but whether this belief is justifiable must be judged by the weight of the various facts and considerations to be given throughout this work.



(Una variedad bien caracterizada puede, por consiguiente, denominarse especie incipiente, y si esta suposición está o no justificada, debe ser juzgado por el peso de los diferentes hechos y consideraciones que se expondrán en toda esta obra).

Tal creencia no es justificada ni justificable en éste momento de la  lectura, ya veremos si lo es más adelante. Sospechamos que tampoco,…











72.

Hence I look at individual differences, though of small interest to the systematist, as of the highest importance for us, as being the first step towards such slight varieties as are barely thought worth recording in works on natural history. And I look at varieties which are in any degree more distinct and permanent, as steps toward more strongly marked and permanent varieties; and at the latter, as leading to sub-species, and then to species. The passage from one stage of difference to another may, in many cases, be the simple result of the nature of the organism and of the different physical conditions to which it has long been exposed; but with respect to the more important and adaptive characters, the passage from one stage of difference to another may be safely attributed to the cumulative action of natural selection, hereafter to be explained, and to the effects of the increased use or disuse of parts. A well-marked variety may therefore be called an incipient species; but whether this belief is justifiable must be judged by the weight of the various facts and considerations to be given throughout this work.



De aquí que yo considere las diferencias individuales, a pesar de su pequeño interés para el clasificador, como de la mayor importancia para nosotros, por ser los primeros pasos hacia aquellas variedades que apenas se las considera dignas de ser consignadas en las obras de Historia Natural. Y considero yo las variedades que son en algún modo más distintas y permanentes como pasos hacia variedades más intensamente caracterizadas y permanentes, y estas últimas como conduciendo a las subespecies y luego a las especies. El tránsito de un grado de diferencia a otro puede ser en muchos casos el simple resultado de la naturaleza del organismo y de las diferentes condiciones físicas a que haya estado expuesto largo tiempo; pero, por lo que se refiere a los caracteres más importantes de adaptación, el paso de un grado de diferencia a otro puede atribuirse seguramente a la acción acumulativa de la selección natural, que se explicará más adelante, y a los resultados del creciente uso o desuso de los órganos. Una variedad bien caracterizada puede, por consiguiente, denominarse especie incipiente, y si esta suposición está o no justificada, debe ser juzgado por el peso de los diferentes hechos y consideraciones que se expondrán en toda esta obra.



miércoles, 26 de septiembre de 2012

Error grave y contaminación mental en el párrafo septuagésimo primero de El Origen de las Especies



Lo mismo que constantemente el autor pasa de la granja a la naturaleza, también salta arbitrariamente de una situación teórica a una real. Para un científico es importante distinguir entre ambas y no hacerlo tiene sus riesgos. Así, tal indeterminación le lleva a errores como el que se condensa en el breve párrafo que hace el número septuagésimo primero. Si el autor quiere referirse a la compleja situación que existe en la naturaleza, cierto es que hay casos dudosos en los que no sabremos si debemos clasificar como especies distintas o variedades. A tal fin, hay criterios, aplicables después de cierto trabajo de tal manera que,  no necesariamente ha de existir siempre la confusión que el autor pretende.  Al contrario de lo que indica este autor subversivo para la taxonomía, sí que se ha trazado una línea fija de demarcación entre especies y subespecies: Si los individuos pueden reproducirse entre sí, nos encontramos con individuos de la misma especie.



Haya muchos o pocos casos difíciles, lo importante es que, al contrario de lo que indica el autor en este párrafo, si que existe un criterio de discontinuidad. No hay una serie continua y la mente no debe dejarse contaminar por falsas ideas. Las especies son una realidad muy importante en la naturaleza, al igual que en las granjas. Las diferencias, al contrario de lo que el autor indica, son notables y el tránsito no es gradual.









71.

Certainly no clear line of demarcation has as yet been drawn between species and sub-species—that is, the forms which in the opinion of some naturalists come very near to, but do not quite arrive at, the rank of species; or, again, between sub-species and well-marked varieties, or between lesser varieties and individual differences. These differences blend into each other by an insensible series; and a series impresses the mind with the idea of an actual passage.



Indudablemente, no se ha trazado todavía una línea clara de demarcación entre especies y subespecies -o sean las formas que, en opinión de algunos naturalistas, se acercan mucho, aunque no llegan completamente, a la categoría de especies-, ni tampoco entre subespecies y variedades bien caracterizadas, o entre variedades menores y diferencias individuales. Estas diferencias pasan de unas a otras, formando una serie continua, y una serie imprime en la mente la idea de un paso real.



Imagen de Percrucem and lucem

martes, 25 de septiembre de 2012

Consejos a un joven naturalista en el párrafo septuagésimo de El origen de las Especies



Nos sorprenden  ahora los consejos a un joven naturalista por parte del autor, alguien  con una experiencia tan poco ortodoxa en la materia y que nunca había estado integrado en institución universitaria ni había tenido a su cargo disciplina académica alguna. La conclusión es demasiado explícita:



and his difficulties will rise to a climax.





sus dificultades se elevarán a un clímax.



No tanto, pensamos. La ciencia de la taxonomía ha funcionado durante muchos años antes de que el autor publique sus especulaciones y puede soportar infinidad de recopilaciones de casos dudosos, realizadas por naturalistas aficionados.

A diferencia de los consejos que aquí indica el autor, me permito dar otros consejos diferentes al joven naturalista: Lea algún tratado de taxonomía. Lea la obra de Agassiz, por ejemplo, quien, mientras Darwin escribía esta charlatanería (OSMNS) se preocupaba cuidadosamente de investigar en la historia el significado de las categorías taxonómicas: ¿qué es un género?, ¿Qué es una familia?, ¿Qué es un Orden? y ¿Qué es una clase?. De tal modo que hasta un filósofo y lingüista, Charles Sanders Peirce fue influido por los escritos de Agassiz.........





70.

When a young naturalist commences the study of a group of organisms quite unknown to him he is at first much perplexed in determining what differences to consider as specific and what as varietal; for he knows nothing of the amount and kind of variation to which the group is subject; and this shows, at least, how very generally there is some variation. But if he confine his attention to one class within one country he will soon make up his mind how to rank most of the doubtful forms. His general tendency will be to make many species, for he will become impressed, just like the pigeon or poultry fancier before alluded to, with the amount of difference in the forms which he is continually studying; and he has little general knowledge of analogical variation in other groups and in other countries by which to correct his first impressions. As he extends the range of his observations he will meet with more cases of difficulty; for he will encounter a greater number of closely-allied forms. But if his observations be widely extended he will in the end generally be able to make up his own mind; but he will succeed in this at the expense of admitting much variation, and the truth of this admission will often be disputed by other naturalists. When he comes to study allied forms brought from countries not now continuous, in which case he cannot hope to find intermediate links, he will be compelled to trust almost entirely to analogy, and his difficulties will rise to a climax.

70

Cuando un joven naturalista empieza el estudio de un grupo de organismos completamente desconocido para él, al principio vacila mucho en determinar qué diferencias ha de considerar como específicas y cuáles como de variedad, porque nada sabe acerca de la cantidad y modo de variación a que está sujeto el grupo, y esto muestra, por lo menos, cuán general es el que haya algo de variación; pero si limita su atención a una clase dentro de un país, formará pronto juicio sobre cómo ha de clasificar la mayor parte de las formas dudosas. Su tendencia general será hacer muchas especies, pues -lo mismo que el criador de palomas y aves de corral, de que antes se habló- llegaría a impresionarse por la diferencia que existe en las formas que está continuamente estudiando, y tiene poco conocimiento general de variaciones análogas en otros grupos o en otros países con el que poder corregir sus primeras impresiones. A medida que extienda el campo de sus observaciones tropezará con nuevos casos dificultosos, pues encontrará mayor número de formas sumamente afines; pero si sus observaciones se extienden mucho podrá generalmente realizar por fin su idea, mas esto lo conseguirá a costa de admitir mucha variación, y la realidad de esta admisión será muchas veces discutida por otros naturalistas. Cuando llega a estudiar formas afines traídas de países no continuos, en cuyo caso no puede esperar encontrar intermediarios, se verá obligado a confiar casi en su totalidad a la analogía, y sus dificultades se elevará a un clímax.

lunes, 24 de septiembre de 2012

El caso del roble según de Candolle en el sexagésimo noveno párrafo de El Origen de las Especies





Alphonse de Candolle escribió varios libros sobre botánica. Entre ellos uno titulado “Introduction à l'étude de la botanique, ou traité élémentaire de cette science ; contenant l'organographie, la physiologie, la méthodologie, la géographie des plantes, un aperçu des fossiles végétaux, de la botanique médicale, et de l'histoire de la botanique”. En éste volumen se dedican catorce páginas a la taxonomía.  Otro libro  de Alphonse de Candolle es el resumen de las leyes de la nomenclatura botánica,  en cuya página 14 (Art 8 del capítulo 2) se lee:



Tout individu végétal appartient à une espèce (species), toute espèce à un genre (genus), toute genre a une famille (ordo, familia), toute famille à un cohhorte (cohors), toute cohorte a une classe, toute classe a une division.



Pero todo esto parece no importar a nuestro autor quien busca en la obra de Candolle la excepción que le permita rebajar la importancia indiscutible del concepto de especie. El autor como de costumbre, busca en el ingente trabajo de Candolle hasta encontrar aquellos párrafos que convienen a sus intereses:





69.

I may here allude to a remarkable memoir lately published by A. de Candolle, on the oaks of the whole world. No one ever had more ample materials for the discrimination of the species, or could have worked on them with more zeal and sagacity. He first gives in detail all the many points of structure which vary in the several species, and estimates numerically the relative frequency of the variations. He specifies above a dozen characters which may be found varying even on the same branch, sometimes according to age or development, sometimes without any assignable reason. Such characters are not of course of specific value, but they are, as Asa Gray has remarked in commenting on this memoir, such as generally enter into specific definitions. De Candolle then goes on to say that he gives the rank of species to the forms that differ by characters never varying on the same tree, and never found connected by intermediate states. After this discussion, the result of so much labour, he emphatically remarks: "They are mistaken, who repeat that the greater part of our species are clearly limited, and that the doubtful species are in a feeble minority. This seemed to be true, so long as a genus was imperfectly known, and its species were founded upon a few specimens, that is to say, were provisional. Just as we come to know them better, intermediate forms flow in, and doubts as to specific limits augment." He also adds that it is the best known species which present the greatest number of spontaneous varieties and sub-varieties. Thus Quercus robur has twenty-eight varieties, all of which, excepting six, are clustered round three sub-species, namely Q. pedunculata, sessiliflora and pubescens. The forms which connect these three sub-species are comparatively rare; and, as Asa Gray again remarks, if these connecting forms which are now rare were to become totally extinct the three sub-species would hold exactly the same relation to each other as do the four or five provisionally admitted species which closely surround the typical Quercus robur. Finally, De Candolle admits that out of the 300 species, which will be enumerated in his Prodromus as belonging to the oak family, at least two-thirds are provisional species, that is, are not known strictly to fulfil the definition above given of a true species. It should be added that De Candolle no longer believes that species are immutable creations, but concludes that the derivative theory is the most natural one, "and the most accordant with the known facts in palaeontology, geographical botany and zoology, of anatomical structure and classification."





Puedo referirme aquí a la notable memoria publicada recientemente por A. de Candolle sobre los robles del mundo entero. Nadie tuvo nunca materiales más abundantes para la distinción de las especies, ni pudo haber trabajado sobre ellos con mayor celo y perspicacia. Da primero detalladamente los numerosos pormenores de conformación, que varían en las diversas especies, y calcula numéricamente la frecuencia relativa de las variaciones. Detalla más de una docena de caracteres que pueden hallarse variando aun en la misma rama, a veces según la edad o desarrollo, a veces sin causa alguna a que puedan atribuirse. Estos caracteres no son, naturalmente, de valor específico; pero, como ha advertido Asa Gray al comentar esta Memoria, son como los que entran generalmente en las definiciones de las especies. De Candolle pasa a decir que él da la categoría de especie a las formas que difieren por caracteres, que nunca varían en el mismo árbol y que nunca se hallan unidas por grados intermedios. Después de esta discusión, resultado de tanto trabajo, hace observar expresamente: «Están equivocados los que repiten que la mayor parte de nuestras especies se hallan claramente limitadas y que las especies dudosas están en pequeña minoría. Esto parecía ser verdad mientras que un género estaba imperfectamente conocido y sus especies se fundaban en unos pocos ejemplares, es decir, mientras eran provisionales; al momento en que llegamos a conocerlas mejor surgen formas intermedias y las dudas sobre límites específicos aumentan. "También añade que las especies más conocidas presentan el mayor número de variedades espontáneas y subvariedades. Así, Quercus robur tiene veintiocho variedades, las cuales, a excepción de seis, se agrupan alrededor de tres sub-especies, es decir, Q. pedunculata, sessiliflora y pubescens.  Las formas que conectan estas tres subespecies son relativamente raras, y, como Asa Gray hace notar, que si estas formas de conexión que son raras se extinguieran totalmente,  las tres sub-especies tendrían exactamente la misma relación entre sí como las cuatro o cinco especies admitidas de forma provisional que rodean a la típica de Quercus robur. Finalmente, de Candolle admite que de las 300 especies, que se enumerarán en su Prodromus como pertenecientes a la familia del roble, por lo menos las dos terceras partes son especies provisionales, es decir, no se sabe que cumplan estrictamente la definición dada arriba de una especie de verdad. Hay que agregar que de Candolle no cree que las especies sean creaciones inmutables, pero concluye que la teoría de derivados es la más natural ", y la más concordante con los hechos conocidos en la paleontología, la botánica y la zoología geográfica, de la estructura anatómica y clasificación."



La Imagen de de Candolle tomada del Diccionario de Neolengua.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Especies dudosas y un modo de razonar también dudoso en el sexagésimo octavo párrafo de El Origen de las Especies



El autor continúa con tesón en su empeño de mostrar la abundancia de casos en los cuales resulta imposible discernir si se trata de especies o variedades diferentes. Muchos más casos y, sobre todo mejor documentados, podría haber encontrado si se hubiese molestado en lo contrario, es decir en dar ejemplos en los que la especie es una entidad bien definida. Describir casos dudosos o difíciles no requiere protocolo alguno, en particular cuando (como en este caso), no están bien documentados.



Así como en el capítulo anterior el autor parecía incómodo con la idea de que todas las variedades domésticas pertenecen a una sola especie, lo cual indica la robustez del concepto de especie; en este capítulo, busca desesperadamente ejemplos de indefinición de especies en la naturaleza. El autor se muestra aparentemente desconcertado porque en la naturaleza hay tantas especies y variedades y algunos casos en los que es imposible saber si se trata de una especie o una variedad. Pero así como en el capítulo anterior la conclusión principal era que todas las variedades de paloma doméstica pertenecen a una misma especie, en este, por muchos ejemplos que encuentre, la conclusión será que hay también muchos ejemplos que apoyan el concepto de especie como una entidad importante en taxonomía.



La discusión es larga, dice en este párrafo, y el espacio no permite presentarla en su totalidad. Error. En la obra no hay discusión alguna, sino recuento, caso por caso. Todos ellos excepcionales. Para que hubiese discusión, las categorías taxonómicas deberían haberse presentado adecuadamente. No siendo éste el caso, La discusión brilla por su ausencia y en ningún momento nos ha dicho el autor qué utilidad pueda tener este recuento.



Así, de manera totalmente arbitraria y, según costumbre, sin documentar, indica:



Una atenta investigación llevará, sin duda, a los naturalistas a ponerse de acuerdo en muchos casos sobre la clasificación de formas dudosas; no obstante, hay que confesar que en los países mejor conocidos es donde encontramos el mayor número de ellas.



Evidentemente, en los países mejor conocidos encontramos el mayor número de formas dudosas. Curiosamente, también encontramos en ellos el mayor número de formas no-dudosas. Por eso son, precisamente, los paises mejor conocidos.











68.

Many of the cases of strongly marked varieties or doubtful species well deserve consideration; for several interesting lines of argument, from geographical distribution, analogical variation, hybridism, etc., have been brought to bear in the attempt to determine their rank; but space does not here permit me to discuss them. Close investigation, in many cases, will no doubt bring naturalists to agree how to rank doubtful forms. Yet it must be confessed that it is in the best known countries that we find the greatest number of them. I have been struck with the fact that if any animal or plant in a state of nature be highly useful to man, or from any cause closely attracts his attention, varieties of it will almost universally be found recorded. These varieties, moreover, will often be ranked by some authors as species. Look at the common oak, how closely it has been studied; yet a German author makes more than a dozen species out of forms, which are almost universally considered by other botanists to be varieties; and in this country the highest botanical authorities and practical men can be quoted to show that the sessile and pedunculated oaks are either good and distinct species or mere varieties.



Muchos de estos casos de variedades muy acentuadas o especies dudosas merecen ciertamente reflexión, pues se han aducido diversas e interesantes clases de razones procedentes de la distribución geográfica, variación analógica, hibridismo, etcétera, intentando determinar su categoría; pero el espacio no me permite discutirlas aquí. Una atenta investigación llevará, sin duda, a los naturalistas a ponerse de acuerdo en muchos casos sobre la clasificación de formas dudosas; no obstante, hay que confesar que en los países mejor conocidos es donde encontramos el mayor número de ellas. Me ha sorprendido el hecho de que si un animal o planta en estado silvestre es muy útil al hombre, o si por cualquier motivo atrae mucho su atención, se encontrarán casi siempre registradas variedades de ella. Además, estas variedades serán clasificadas frecuentemente como especies por algunos autores. Fijémonos en el roble común, que tan atentamente ha sido estudiado; sin embargo, un autor alemán distingue más de una docena de especies basadas en formas que son casi universalmente consideradas como variedades por otros botánicos, y en nuestro país pueden citarse las más elevadas autoridades botánicas y los prácticos para demostrar que el roble de frutos sentados y el roble de frutos pedunculados son buenas y distintas especies o que son simples variedades.



Imagen de Libros del zorro Rojo

sábado, 22 de septiembre de 2012

Citas incompletas, disparatada definición de especie y más palos al aire en el sexagésimo séptimo párrafo de El Origen de las Especies





El autor sigue con su costumbre de dar citas de la manera más incompleta: Some few naturalists……… empieza ahora este párrafo:



Some few naturalists maintain that animals never present varieties; but then these same naturalists rank the slightest difference as of specific value



Bien, si así fuera,… ¿quiénes son esos naturalistas que mantienen que los animales nunca presentan variedades? ¿Quiénes los que clasifican como de valor específico la más leve diferencia? La respuesta es obvia: Ninguno. Ningún naturalista ha expuesto jamás tan peregrinas ideas. Nos hallamos de nuevo ante una Falacia.



Simplemente, el autor está de nuevo inventando argumentos a su favor, pero tales argumentos no existen más que en su imaginación. En definitiva: Tomando el pelo al lector y abusando de su paciencia, porque aunque lo anterior fuese cierto y el autor lo hubiese documentado perfectamente, cosa que no ha hecho, eso no le autorizaría para afirmar:



The term species thus comes to be a mere useless abstraction, implying and assuming a separate act of creation



La palabra especie viene de este modo a ser una mera abstracción inútil, que implica y supone un acto separado de creación



El autor introduce así argumentos propios de aquellos estudios de teología de su juventud tardía,  invitando por segunda vez en esta obra (OSMNS) a los  más elementales argumentos de la teología popular al debate científico. Otra de tantas pruebas de su escaso rigor que, en este caso, le permite ser fundador de una nueva manera de enfocar las cuestiones científicas, curiosamente admitida en nuestros momentos sin reparos: El creacionismo. El creacionismo no tiene nada que ver con creencia alguna sino con la manipulación de la ciencia por grupos de poder.



El creacionismo es el invento adecuado que más conviene a un sector aprovechado de la ciencia (o mejor dicho de la pseudociencia) para mirar con sonrisa indulgente a todo creyente invitado a un debate científico: Bienvenidos al debate en mi terreno. Vais a perder. Dice. Sabiendo bien que tal estrategia, basada en su cobardía, sirve para evitar el verdadero debate en términos científicos. El debate no es ciencia versus religión, sino ciencia versus pseudociencia.  La pseudociencia darwinista oculta la verdadera razón del debate y busca otros enfrentamientos que le son más propicios. Porque,..... ¿acaso el debate no debería centrarse en la Variación en la Naturaleza? Siendo así, ¿Cómo puede permitirse el autor decir que la palabra "especie" es una mera abstracción inútil ( The term species thus comes to be a mere useless abstraction)? ¿Pretende acaso el autor indicar con esta afirmación que el trabajo de Linneo era eso: una abstracción inútil?






El creacionismo, invento darwinista,  no es decir que el mundo fue creado en seis días. Por el contrario, el creacionismo es admitir que argumentos de la tradición popular religiosa pueden entrar en juego en un debate científico.  ¿Quién fue el primer creacionista? Charles Darwin. ¿En qué obra desde los tiempos de Galileo, se vienen a conjugar los argumentos de la fe con los de la razón? En el Origen de las Especies (OSMNS), párrafos primero y sexagésimo séptimo del segundo capítulo. Por si fuera poco, ¿en dónde se encuentra por primera vez escrita la palabra creacionista (creacionist)? En la correspondencia de Charles Darwin con sus amigos y mentores del X-Club. El creacionismo es necesario al darwinismo por dos motivos: Primero para dar la razón a su ideología seudocientífica. Segundo: Para desterrar de la ciencia la idea de diseño.



Si el autor hubiese tenido mejor formación científica,  seguramente sería más respetuoso y no habría tirado por tierra el concepto principal de la taxonomía y, por ende de la historia natural y de la biología: El concepto de especie. Las especies existen en la naturaleza igual que existen los individuos. El criterio de reproducción sirve en muchos casos como criterio objetivo y demuestra que los individuos de la misma especie comparten propiedades y  características fundamentales. Las especies se agrupan en géneros y los géneros en familias. Para estudiar la naturaleza es fundamental mantener el concepto de especie y la importancia de la taxonomía: Sine systemate, chaos



67.

Some few naturalists maintain that animals never present varieties; but then these same naturalists rank the slightest difference as of specific value; and when the same identical form is met with in two distant countries, or in two geological formations, they believe that two distinct species are hidden under the same dress. The term species thus comes to be a mere useless abstraction, implying and assuming a separate act of creation. It is certain that many forms, considered by highly competent judges to be varieties, resemble species so completely in character that they have been thus ranked by other highly competent judges. But to discuss whether they ought to be called species or varieties, before any definition of these terms has been generally accepted, is vainly to beat the air.



Unos pocos naturalistas sostiene que los animales nunca presentan variedades, y entonces, estos mismos naturalistas clasifican como de valor específico la más leve diferencia, y cuando la misma forma idéntica se ha encontrado en dos países distantes o en dos formaciones geológicas, creen que dos especies distintas están ocultas bajo la misma vestidura. La palabra especie viene de este modo a ser una mera abstracción inútil, que implica y supone un acto separado de creación. Lo positivo es que muchas formas consideradas como variedades por autoridades competentísimas parecen, por su índole, tan por completo especies, que han sido clasificadas así por otros competentísimos jueces; pero discutir si deben llamarse especies o variedades antes de que haya sido aceptada generalmente alguna definición de estos términos es dar inútilmente palos al aire.



viernes, 21 de septiembre de 2012

Incompleto ejemplo de Mr Walsh y aplicación del lecho de Procrusto en el sexagésimo sexto párrafo de El Origen de las Especies





El sexagésimo sexto párrafo describe la labor de Mr. B.D. Walsh, a distinguished entomologist of the United States, que, al parecer,  ha trabajado con insectos fitófagos.

Para empezar, ¿quién es Walsh?

En su artículo titulado “Darwinian Theory in Historical Context and Its Defense by B.D. Walsh: What is Past is Prologue”, y publicado en American Entomologist, Volume 52, Number 1 Agnelli indica que Darwin y Walsh eran conocidos de Cambridge y define a éste último como  a vociferous defender of Darwinian theory. Walsh es entonces un amigo de Darwin y, al parecer, ambos han decidido citarse y apoyarse mutuamente. Nada que objetar, pero...

¿A  qué especies se refiere éste párrafo de OSMNS? ¿Dónde está publicado el trabajo citado?

El  trabajo de Walsh sobre especies fitofágicas no se encontraba publicado en las primeras ediciones de El Origen y no se publicó hasta 1864 en Proc. Ent. Soc. Philad 3:403-430 (1864) con el título On phytophagic varieties and phytophagic Species, artículo en el que se cita a Darwin a propósito de “ the undiscovered and undiscoverable essence of the term species”

Pero lo que más llama la atención de este párrafo es la curiosa aplicación del lecho de Procrusto, puede que por primera, que no última vez en esta obra. Como el autor desearía encontrar formas intermediarias entre las especies y ese no parece ser el caso más frecuente, se inventa una justificación ad hoc. Es decir los eslabones intermedios no están. No importa. Basta con indicar que deberían estar para que los hechos encajen con la teoría:

Mr. Walsh ranks the forms which it may be supposed would freely intercross, as varieties; and those which appear to have lost this power, as species. As the differences depend on the insects having long fed on distinct plants, it cannot be expected that intermediate links connecting the several forms should now be found. The naturalist thus loses his best guide in determining whether to rank doubtful forms as varieties or species.

Míster Walsh clasifica como variedades las formas que puede suponerse quo se cruzarían entre sí ilimitadamente, y como especies las que parece que han perdido esta facultad. Como las diferencias dependen de que los insectos hayan comido mucho tiempo plantas distintas, no puede esperarse que se encuentren eslabones intermedios que unan las diversas formas. El naturalista pierde así su mejor guía para determinar si ha de clasificar las formas dudosas como especies o como variedades

66.

Mr. B.D. Walsh, a distinguished entomologist of the United States, has described what he calls Phytophagic varieties and Phytophagic species. Most vegetable-feeding insects live on one kind of plant or on one group of plants; some feed indiscriminately on many kinds, but do not in consequence vary. In several cases, however, insects found living on different plants, have been observed by Mr. Walsh to present in their larval or mature state, or in both states, slight, though constant differences in colour, size, or in the nature of their secretions. In some instances the males alone, in other instances, both males and females, have been observed thus to differ in a slight degree. When the differences are rather more strongly marked, and when both sexes and all ages are affected, the forms are ranked by all entomologists as good species. But no observer can determine for another, even if he can do so for himself, which of these Phytophagic forms ought to be called species and which varieties. Mr. Walsh ranks the forms which it may be supposed would freely intercross, as varieties; and those which appear to have lost this power, as species. As the differences depend on the insects having long fed on distinct plants, it cannot be expected that intermediate links connecting the several forms should now be found. The naturalist thus loses his best guide in determining whether to rank doubtful forms as varieties or species. This likewise necessarily occurs with closely allied organisms, which inhabit distinct continents or islands. When, on the other hand, an animal or plant ranges over the same continent, or inhabits many islands in the same archipelago, and presents different forms in the different areas, there is always a good chance that intermediate forms will be discovered which will link together the extreme states; and these are then degraded to the rank of varieties.

66.

Míster B. D. Walsh, distinguido entomólogo de los Estados Unidos, ha descrito lo que él llama variedades fitofágicas y especies fitofágicas. La mayor parte de los insectos que se mantienen de vegetales viven a expensas de una clase de planta o de un grupo de plantas; algunos comen indistintamente de muchas clases, pero no varían a consecuencia de ello. En algunos casos, sin embargo, míster Walsh ha observado insectos, encontrados viviendo sobre diferentes plantas, que presentan en su estado larvario, en el perfecto, o en ambos, diferencias ligeras, pero constantes, en el color, tamaño o en la naturaleza de sus secreciones. Se observó que en algunos casos sólo los machos; en otros casos, los machos y las hembras diferían así en pequeño grado; pero ningún observador puede fijar para otro, aun dado que pueda hacerlo para sí mismo, cuáles de estas formas fitofágicas deben ser llamadas especies y cuáles variedades. Míster Walsh clasifica como variedades las formas que puede suponerse que se cruzarían entre sí ilimitadamente, y como especies las que parece que han perdido esta facultad. Como las diferencias dependen de que los insectos hayan comido mucho tiempo plantas distintas, no puede esperarse que se encuentren eslabones intermedios que unan las diversas formas. El naturalista pierde así su mejor guía para determinar si ha de clasificar las formas dudosas como especies o como variedades. Esto, necesariamente, ocurre con organismos muy afines que habitan en distintos continentes o islas. Cuando, por el contrario, un animal o una planta está en el mismo continente, o habita en muchas islas en el mismo archipiélago, y presenta las diferentes formas en las diferentes áreas, siempre hay una buena probabilidad de encontrar las formas intermedias que unirán juntos los estados extremos, y estos son luego degradados al rango de variedades.