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lunes, 30 de julio de 2012

Ejemplos de confusión mental en el vigésimo primer párrafo de El Origen de las Especies





Con el párrafo vigésimo primero comienza una nueva sección titulada: Character Of Domestic Varieties; Difficulty Of Distinguishing Between Varieties And Species; Origin Of Domestic Varieties From One Or More Species. Se  pretende en ésta sección hacer creer al lector que las diferencias entre especies son del mismo tipo que las diferencias entre variedades, algo opuesto a la más elemental observación de la naturaleza y a toda la Historia Natural.




En el párrafo que la abre  encontramos  ya ejemplos de confusión mental, unos más leves y otros más graves .  Entre los primeros,   al decir el autor:



vemos generalmente en cada raza doméstica, como antes se hizo observar, menos uniformidad de caracteres que en las especies verdaderas

Suponemos que querría decir:

vemos generalmente entre las razas domésticas, como antes se hizo observar, menos uniformidad de caracteres que en las especies verdaderas

Puesto que la variabilidad aumenta si consideramos las distintas razas, pero no al considerar sólo una.



En segundo lugar, acierta el autor al decir que las razas tienen algo de mostruoso. Pero no parece darse cuenta de que son el resultado de un proceso de selección que ha estado precisamente dirigido a tal  monstruosidad.

En tercer lugar,  y ya como ejemplo de confusión grave, resulta impresionante la ingenuidad, la malicia, o ambas cuando dice:

Con estas excepciones -y con la de la perfecta fecundidad de las variedades cuando se cruzan, asunto para ser discutido más adelante-, las razas domésticas de la misma especie difieren entre sí del mismo modo que las especies muy afines del mismo género en estado natural



Lo cual es versión confusa y tendenciosa  de lo siguiente:



las razas domésticas de la misma especie pueden cruzarse entre sí y por lo tanto difieren de las especies más afines del mismo género en estado natural.

Semejante  confusión,  constante en tan ambiguo autor,  no es en vano sino que tiene un objetivo:  Quitar importancia al concepto de especie y hacer ver que las diferencias entre especies son continuas con las diferencias entre variedades. Algo contrario a toda la experiencia.

Así por ejemplo se lee:



Esto ha de admitirse como cierto, pues las razas domésticas de muchos animales y plantas han sido clasificadas por varias autoridades competentes como descendientes de especies primitivamente distintas, y por otras autoridades competentes, como simples variedades.

Párrafo que, como en otras ocasiones, no va acompañado lamentablemente de referencia alguna y por lo tanto es inadmisible.



La  confusión gobierna así  en este importante  párrafo, como comprobará quien lo lea con la debida atención:






When we look to the hereditary varieties or races of our domestic animals and plants, and compare them with closely allied species, we generally perceive in each domestic race, as already remarked, less uniformity of character than in true species. Domestic races often have a somewhat monstrous character; by which I mean, that, although differing from each other and from other species of the same genus, in several trifling respects, they often differ in an extreme degree in some one part, both when compared one with another, and more especially when compared with the species under nature to which they are nearest allied. With these exceptions (and with that of the perfect fertility of varieties when crossed--a subject hereafter to be discussed), domestic races of the same species differ from each other in the same manner as do the closely allied species of the same genus in a state of nature, but the differences in most cases are less in degree. This must be admitted as true, for the domestic races of many animals and plants have been ranked by some competent judges as the descendants of aboriginally distinct species, and by other competent judges as mere varieties. If any well marked distinction existed between a domestic race and a species, this source of doubt would not so perpetually recur. It has often been stated that domestic races do not differ from each other in characters of generic value. It can be shown that this statement is not correct; but naturalists differ much in determining what characters are of generic value; all such valuations being at present empirical. When it is explained how genera originate under nature, it will be seen that we have no right to expect often to find a generic amount of difference in our domesticated races.





Cuando consideramos las variedades hereditarias o razas de las plantas y animales domésticos, y las comparamos con especies muy afines, vemos generalmente en cada raza doméstica, como antes se hizo observar, menos uniformidad de caracteres que en las especies verdaderas. Las razas domésticas tienen con frecuencia un carácter algo monstruoso; con lo cual quiero decir que, aunque difieren entre sí y de las otras especies del mismo género en diferentes puntos poco importantes, con frecuencia difieren en sumo grado en alguna parte cuando se comparan entre sí, y más aún cuando se comparan con la especie en estado natural, de que son más afines. Con estas excepciones -y con la de la perfecta fecundidad de las variedades cuando se cruzan, asunto para ser discutido más adelante-, las razas domésticas de la misma especie difieren entre sí del mismo modo que las especies muy afines del mismo género en estado natural; pero las diferencias, en la mayor parte de los casos, son en grado menor. Esto ha de admitirse como cierto, pues las razas domésticas de muchos animales y plantas han sido clasificadas por varias autoridades competentes como descendientes de especies primitivamente distintas, y por otras autoridades competentes, como simples variedades. Si existiese alguna diferencia bien marcada entre una raza doméstica y una especie, esta causa de duda no se presentaría tan continuamente. Se ha dicho muchas veces que las razas domésticas no difieren entre sí por caracteres de valor genérico. Puede demostrarse que esta afirmación no es exacta, y los naturalistas discrepan mucho al determinar qué caracteres son de valor genérico, pues todas estas valoraciones son al presente empíricas. Cuando se exponga de qué modo los géneros se originan en la naturaleza, se verá que no tenemos derecho alguno a esperar hallar muchas veces en las razas domésticas un grado genérico de diferencia.

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