miércoles, 13 de julio de 2011
lunes, 11 de julio de 2011
La mitad de la obra de Darwin procede del cerebro de Lyell, bien,....¿Y la otra mitad?
Sabido es que Darwin dijo que la mitad del contenido de sus libros procedía del cerebro de Lyell. Seguramente esta mitad incluye la parte a la que se refiere Platypus en una entrada reciente cuando cita a Dawkins:
Para Darwin, cualquier evolución que tuviera que ser ayudada por Dios mediante saltos no era evolución en absoluto. Convertía en un disparate el punto central de la evolución. Bajo este ángulo, es fácil ver por qué Darwin reiteró constantemente el carácter gradual de la evolución.
Porque la idea del carácter gradual procedía de Lyell.
Ahora bien, ¿Qué sabemos de la otra mitad de la obra de Darwin? ¿De dónde procedía?
Caben las siguientes posibilidades:
1. Del cerebro de Huxley
2. Del cerebro de Adam Smith
3. Del cerebro de Tomas Hobbes
4. Del cerebro de Malthus
5. Un cuarto de cada uno de los cerebros anteriores.
¿Ustedes qué piensan?
La imagen procede de El dato duro.
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Etiquetas: Ciencia y sociedad, Darwin, darwinismo, darwinismo social, debate, evolucionismo, materialismo
miércoles, 18 de agosto de 2010
Índice de autores para las doscientas primeras entradas del blog Biología y Pensamiento
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miércoles, 4 de noviembre de 2009
Paul Kammerer (1880-1926): El falso fraude y descubrimiento fundacional de la epigenética
El diario ABC publica hoy en su versión digital una noticia titulada “Los cinco mayores fraudes científicos que llegamos a creernos”. En ella se refiere al hombre de Piltdown, a los vestigios arqueológicos de Tsukidate, al fósil compuesto de Archaeoraptor liaoningensis, a experimentos sobre clonación humana en la Universidad de Seúl y ..............a los experimentos de Paul Kammerer (1880-1926).
Como viene siendo corriente en el periodismo científico, marcado habitualmente con lo tintes amarillos del sensacionalismo, la noticia contiene un grave error. Afortunadamente, esta vez la ciencia está de enhorabuena y el error le favorece.
De los cinco indicados, uno no es un fraude. Se trata, pues de un falso fraude. No sólamente eso, sino que podría tratarse además de uno de los acontecimientos más notables de la biología del siglo XX que, curiosamente (y esto le otorga mayor notoriedad) habría pasado por fraude.........
representar la fundación de la epigenética, apuntando mecanismos de herencia de caracteres adquiridos,……¿les suena? Sí. Lamarckismo puro..........
Imagen de Paul Kammerer tomada de NNDB
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lunes, 6 de julio de 2009
La segunda gran catástrofe de la historia de la biología
Escribiendo en castellano rigurosamente. Con la razón de su parte y buenas dosis de sentido común poco frecuentes en estos tiempos, en su artículo titulado “La Transformación de la Evolución”, el profesor Máximo Sandín llama "la segunda gran catástrofe de la historia de la Biología" a un libro de Dawkins que, para mi desgracia, yo también leí en mi juventud puesto que se encontraba en las estanterías del departamento de Genética de la Universidad de Oviedo, como en las de tantas bibliotecas públicas y otras tantas universidades sometidas a la tiranía del estrecho mundo de la literatura científica en inglés.
Entre los jugosos comentarios que el profesor Sandín hace de este libro tan desafortunado en su contenido (que no en sus ventas que se cuentan por millones), destaca, como no podría ser de otro modo, el que atañe al carácter “intrínsecamente egoísta” del ADN que le insta a expandirse para alcanzar la supremacía sobre otras moléculas de semejante composición. Moléculas compiten así con moléculas, genes luchan con otros genes.
Pero hablemos un poco del autor de semejante joya al que ya en otra ocasión hicimos objeto de un premio “Roberto Alcázar y Pedrín” por su indiscutible tarea a favor de la deshumanización de la biología.
Sir Richard Dawkins, autor prolífico y primer portavoz mundial del materialismo darwinista, presenta múltiples aspectos en común con el fundador de su ideología, Sir Charles Darwin. Algunos de ellos son bien intrigantes.
A parte de compartir algunas de las letras que integran sus apellidos (por ejemplo y sin querer hacer un chiste, las de la palabra WIN, que, en inglés significa ganar), ambos autores
comparten otros aspectos en común. Uno de los principales consiste en presentar
a los lectores de su obra una naturaleza extremadamente competitiva. Para
ambos, Darwin primero y Dawkins después,
como la arena de un circo romano o un estadio en donde todos competimos con
todos y en dicha competición sobrevive el más poderoso que a veces puede ser el
más tramposo, puesto que las reglas de dicha competición no están muy claras.
Un tercer aspecto, también relacionado con los dos anteriores, es la fabulosa cosecha de éxitos editoriales, sobre todo si se tiene en cuenta lo menguado de sus aportaciones.
En resumen, ambos autores han defendido la idea vieja de que la competición es el principal motor de la Naturaleza. La idea procede de Heráclito (Polemos, el combate) y, a través de Hobbes, aterriza en la economía imperialista, de la mano de Malthus y de Adam Smith, de donde la tomó Darwin. A partir de ahí, aderezada con algunas observaciones, menos suyas que de otros autores, fue transformada en la Teoría de Evolución por Selección Natural, una pobre explicación que poco aporta para la comprensión de la vida, pero sin embargo es útil por poner una enorme porción de la naturaleza y de la ciencia al servicio del poder y de la banca. Por esto y, como no, también por la posición privilegiada de su autor en el Londres imperial, una visión torpe y anticuada de la naturaleza pasó a ostentar un lugar de privilegio en la base de la biología. Mantener este lugar ha sido obra de sus seguidores que a lo largo del siglo XX han constituido el llamado neo-darwinismo. Algunos de ellos han sido muy influyentes, otros muy listos. La mayoría han llegado a ser lo primero partiendo de lo segundo.
Dawkins, profesor en Oxford y miembro de la Royal Society, al que se puede ver en Youtube corriendo por medinas de algunas ciudades islámicas en busca de líderes religiosos con quienes discutir arrogantemente para intentar convencerlos sobre las bondades de la ciencia y su superioridad, mantiene que los genes son egoístas y que la evolución es el resultado de la competición de unos genes con otros, todos ellos más o menos egoístas, pero también por ver quien es más egoísta y gana, vence. Así, el Mundo, del que en definitiva sabemos poco, o la Madre Naturaleza que a todos nos sigue conteniendo con enorme paciencia, serían simplemente eso, saco lleno de genes rabiosamente enfrentados entre sí; arañándose y mordiéndose en ciego intento de ganar supremacía.
Semejante saco cerrado, podría así llegar a estar bien atado y sujeto por su boca en las manos de alguien que, con poder suficiente controlase la naturaleza, tal vez unas élites. Pero esto no se cuenta en el libro, por razones que luego se explicarán. Por el contrario se especula con que, de tal pelea de genes, al cabo de los años, van quedando los victoriosos para ejemplo de los demás, quienes desafortunadamente ya no estarán para verlo y tomar nota de ello. Habrá triunfado en la contienda el mejor gen, el más competitivo, el gen egoísta por antonomasia.
De semejante payasada de planteamiento salió aquel libro que yo leí, tu leíste, el leyó y todos leímos porque todos somos súbditos del poder campante del mundo editorial anglosajón. De tan desafortunada iniciativa muy acertadamente denominada por el profesor Sandín “segunda gran catástrofe de la historia de la biología”, en lugar de escuchar a su autor pedir públicamente perdón, todos, por el contrario celebramos ya los treinta años hace tiempo. Se trató también de una de esas celebraciones por imposición a las que este año estamos tan acostumbrados.
Pero la broma no acaba ahí. Si acabase ahí no me habría molestado en ponerme a escribir.
Resulta que ahora en estas agencias de información y de divulgación de noticias de la Ciencia, para el infra-mundo de la no-Ciencia, nos encontramos con la siguiente, que voy a copiar aquí entera:
New Discovery Proves Selfish Gene Exists
The 'selfish' gene does exist, not just in theory but in reality.
by Staff Writers
London, Canada (SPX) Jun 30, 2008
A new discovery by a scientist from The University of Western Ontario provides conclusive evidence which supports decades-old evolutionary doctrines long accepted as fact. Since renowned British biologist Richard Dawkins ("The God Delusion") introduced the concept of the 'selfish gene' in 1976, scientists the world over have hailed the theory as a natural extension to the work of Charles Darwin.
In studying genomes, the word 'selfish' does not refer to the human-describing adjective of self-centered behavior but rather to the blind tendency of genes wanting to continue their existence into the next generation. Ironically, this 'selfish' tendency can appear anything but selfish when the gene does move ahead for selfless and even self-sacrificing reasons.
For instance, in the honey bee colony, a complex social breeding system described as a 'super-organism,' the female worker bees are sterile. The adult queen bee, selected and developed by the worker bees, is left to mate with the male drones.
Because the 'selfish' gene controlling worker sterility has never been isolated by scientists, the understanding of how reproductive altruism can evolve has been entirely theoretical - until now.
Working with Peter Oxley of the University of Sydney in Australia, Western biology professor Graham Thompson has, for the first time-ever, isolated a region on the honey bee genome that houses this 'selfish' gene in female workers bees.
This means that the 'selfish' gene does exist, not just in theory but in reality. "We don't know exactly which gene it is, but we're getting close." "This basically provides a validation for a huge body of socio-biology," says Thompson, who adds the completion of Honey Bee Genome Project in 2006 was crucial to this discovery.
Noticia en la cual nos encontramos cosas muy sorprendentes, por ejemplo esta frase:
conclusive evidence which supports decades-old evolutionary doctrines long accepted as fact.
¿Puede una doctrina ser aceptada como hecho? ¿No suena todo esto al más puro dogmatismo?
¿De qué están hablando? No preocuparse porque nos explican claramente lo que significa selfish gene:
In studying genomes, the word 'selfish' does not refer to the human-describing adjective of self-centered behavior but rather to the blind tendency of genes wanting to continue their existence into the next generation
La tendencia ciega de los genes que QUIEREN continuar su existencia en la generación siguiente. ¿OK? ¿Entendido? Nada que ver con antropomorfismo y , por lo tanto estamos salvados…..podemos seguir nadando y guardando la ropa o en misa y replicando.
Pero vamos al artículo en cuestión, porque se supone que si la noticia se refiere a un artículo científico, en este encontraremos la explicación de aquella. Pero puede que no sea así,…..Curiosamente cuando uno va al artículo original es para encontrar que no tiene nada que ver con genes egoístas, sino con una región del cromosoma de la avispa que puede ser responsable de la esterilidad de las obreras. En el artículo, publicado en Genetics se menciona el Gen Egoísta, pero es en una frase en la que no se habla de genes egoístas, sino al revés, de genes para altruismo:
The genes that regulate worker ovary activation in honey bees and other social insects are key to the evolution of cooperation among workers, enabling this helper caste to subsume their individual reproduction into the reproductive output of the whole colony. Such ‘genes for altruism’ have been frequently postulated (e.g. DAWKINS 1989; HAMILTON 1972) but molecular genetic evidence for their existence has to date proved elusive.
Todo esto es muy extraño y complicado, pero no preocuparse porque la solución se encuentra ya próxima. Por una parte, el artículo parece citar a Dawkins por alguna razón oculta, quizás (casi seguro) de interés. A continuación, la noticia de prensa viene a dar publicidad al artículo. Todo ocurre como si se tratase de un mecanismo de auto-alimentación circular mediante el cual las agencias de noticias defienden las teorías del Sumo Pontífice del darwinismo que a su vez nutren a las primeras.
Es lamentable que un artículo científico sea divulgado de esta manera tan tendenciosa. Dawkins debería pedir públicas disculpas por haber escrito el Gen Egoísta y los Staff Writers de estas agencias de noticias pensar en otra manera más coherente y menos sensacionalista de presentar los resultados de la investigación. La Ciencia está en la encrucijada. Su correcta divulgación puede decidir su futuro. Pero no hay que alarmarse porque todo podría ser el resultado de una broma de mal gusto. El Pontífice darwinista puede estar de broma, engañándonos. En su libro "Destejiendo el arco iris: ciencia, ilusión y el deseo de asombro", él mismo ha escrito:
Pienso que la candidez confiada puede ser normal y saludable en un niño, pero puede
convertirse en credulidad enfermiza y censurable en un adulto. Crecer y convertirse en adulto, en el sentido más pleno de la palabra, debería incluir el cultivo de un saludable escepticismo. La predisposición a dejarse engañar puede calificarse de infantil, porque es común (y defendible) en los niños. Sospecho que su persistencia en los adultos surge del deseo (en realidad, anhelo vehemente) de las seguridades y comodidades perdidas de la niñez. Este aspecto lo describió muy bien en 1986 Isaac Asimov, el gran escritor de ciencia ficción y
divulgador científico: 'Inspecciónese cada una de las muestras de seudociencia y se encontrará una manta de seguridad, un pulgar que chupar, una falda que agarrar'(.)
En la infancia nuestra credulidad nos es muy útil. Nos ayuda a llenar nuestro cráneo, de
manera extraordinariamente rápida, con la sabiduría de nuestros padres y antepasados. Pero si no crecemos para salir de ella en la plenitud del tiempo, nuestra naturaleza de oruga nos convierte en un blanco fácil para astrólogos, médiums, gurúes, evangelistas y charlatanes.
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martes, 19 de mayo de 2009
Un blog interesante
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lunes, 4 de mayo de 2009
Conmemoración del segundo centenario del nacimiento en Tricio (Rioja) de Mariano de la Paz Graells, naturalista del siglo XIX
La Jornada Científica de
16h Bienvenida.
José Miguel Delgado. Director del IER.
Luis Miguel Medrano. Director del Área de Ciencias Naturales.
Directiva de ADEBIR.
16 h 30 Fortuna historiográfica de Graells. Santos Casado de Otaola. Universidad Autónoma de Madrid.
18h Graells, las ballenas y la heráldica. Carlos Martín Escorza. Museo Nacional de Ciencias Naturales. CSIC.
18h 45 Asamblea General Ordinaria de ADEBIR
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lunes, 3 de noviembre de 2008
El diseño inteligente (ID), producto de la ingeniería social (I, Ingsoc) del darwinismo (D)
Fuller, que no es biólogo ni está particularmente bien documentado en algunos temas de biología, sigue la moda del momento e identifica en repetidas ocasiones a Darwin con la Teoría de la Evolución. Es decir, pretende hacer pasar a la Teoria de Evolución de las Especies por Selección Natural (darwinismo), por la única y verdadera Teoría de la Evolución, y esto es un grave error. Por mucho que, además de Fuller, Gould, Dawkins y toda la plana mayor del darwinismo se empeñe, sigue siendo un grave error. Aunque si, además de empeñarse todos ellos, el empeño alcanza también a sus críticos, es entonces cuando ya, casi sin lugar para más dudas, podemos afirmar que estamos perdidos. Cuestión ésta que ya he tratado en un artículo y que procuraré abordar después de escribir dos párrafos pero que, de momento, queda pendiente aquí expresada de este modo: ¿Estaremos ya perdidos sin remedio?
Parece que sí, ya que ninguno de los críticos del libro de Fuller se ha dado cuenta de su error catastrófico. Y digo parece porque supongo que, tal vez, hayan disimulado, o no hayan querido darse cuenta con el fin de mantenerse a salvo, porque criticar hoy a Darwin puede ser nefasto tanto para una carrera científica, de crítica editorial como literaria. Así Steven Rose, en su comentario del libro, publicado en The Lancet (vol 372, 9637, 437-438), pasa por alto (o elude) este importante fallo y en el mismo error cae AC Grailing quien escribe su crítica desde un medio pomposamente denominado New Humanist: the Magazine of free thinkers.
Si los darwinistas insisten tenazmente en mantener como verdad única su falsedad fundamental consistente en identificar a la Teoría de la Evolución con el darwinismo (selección natural) y sus críticos (?) apoyan esta comedia, ¿Adónde irán entonces a parar la apertura de miras y la objetividad que fundamentan la ciencia? ¿A dónde la ciencia así des-fundamentada?
A ambas, a la señora objetividad y su todavía joven hija, la ciencia, se las llevará el viento y entonces tendremos que gritar, ….¡adiós Madrid, que se queda sin gente! O,........... ¿es que acaso puede haber alguna solución? Aparte de deprimirse y llorar ante el panorama de la biología secuestrada por el darwinismo, una solución consiste en consolarse con Galileo, a quien se atribuye la frase que dice: “en cuestiones de Ciencia la autoridad de mil no vale lo que el humilde razonamiento de un solo individuo”.
Vamos, pues, adelante, con este consuelo galileano y, desde la soledad, a comentar el libro de Fuller.
La Teoria de Evolución de las Especies por Selección Natural es tautológica e indemostrable y por lo tanto no es una teoría científica. Si yo contestase a quien me pregunta: ¿Cómo han evolucionado las especies?, que las especies han evolucionado por selección natural, entonces quien me pregunta lícitamente podría quejarse de la falta de rigor científico en mi respuesta. No me cansaré de repetirlo y explicarlo. Las mejores definiciones de selección natural hacen reír al más pintado. Si se habla de Teoría de la Evolución, se está empleando el término Teoría en su sentido más amplio, significando conjunto de conocimientos en general (en este caso, acerca de la evolución) porque es ridículo pensar que una Teoría (en sentido restringido, como algo que se puede comprobar experimentalmente y refutable) puede explicar la transformación de las especies.
Si es ridículo pensar que una teoría pueda proporcionar la explicación de todos los cambios en las formas de la vida sobre la tierra, mucho más lo es pensar que todo se explica mediante la “selección natural”. Esto debería saberlo Steve Fuller. Pero no, el docto “maverick supporter of ID” y “social constructionist” (como le llama Steven Rose en su comentario publicado en The Lancet), no lo sabe. Rose tampoco. Pero entonces,…..¡Un momento!. ¿No lo saben, o,…. No será que no quieren saberlo?, porque si tiene razón Rose, y Fuller es realmente un social constructionist, un ingeniero social, a lo mejor lo que ocurre es que Fuller está construyendo la teoría del ID, o colaborando en su construcción. Si así fuese, y Fuller estuviera obrando como “construccionista” o “ingeniero social”, esto significaría que hay un objetivo social en la obra de Fuller. ¿Cuál sería dicho objetivo? ¿Para qué podría Fuller estar jugando ese doble juego tan evidente de alabar a Darwin y defender el ID? Pues hay una respuesta bien clara que aquí propongo: para respaldo y defensa del darwinismo. Lo indiqué en otra entrada: Creando enemigos ficticios, los darwinistas descansan del acecho de preguntas indiscretas (la biología contiene cuestiones demasiado insidiosas para el darwinismo, por eso la necesidad de secuestrarla) y así se mantienen fuertes con la única preocupación de controlar el mundo editorial.
Si así fuese, iríamos, poco a poco, acumulando pruebas a favor de que el creacionismo en general, y el ID en particular son construcciones de la ingeniería social de mentes darwinistas (el Partido de Orwell). Es un hecho de sobra comprobado que, en general, la realidad imita a la ficción y ya hemos dado algún ejemplo de cómo, la actualidad, imita a la novela 1984 (en ella, Orwell utiliza el término Ingsoc como acrónimo de Socialismo Inglés pero aquí me parece más adecuado usarlo como Ingeniería Social). Que nadie venga, por favor, con que el creacionismo es tan antiguo como las religiones. NO! Una cosa es creer y otra proponer, desde un punto de vista interno a la ciencia, que la fe se opone al estudio de la evolución. Muchos científicos de todas las épocas tuvieron fe y desde sus puntos de vista contribuyeron al avance de la Ciencia. En el estudio de la transformación de las especies no tiene porque ocurrir lo contrario. El creacionismo no existe, no tiene fundamento ninguno y sólo es una palabreja fruto de la Ingsoc del Partido darwinista.
Hecha esta anotación y antes de entrar en harina, hay otra curiosidad que quisiera comentar. En el índice del libro comentado (p 263) no aparece la palabra Darwin. ¿Por qué será? Es bien sencillo, las palabras Darwin, darwinism y neodarwinism aparecen un total de 305 (trescientas cinco) veces en el texto. Si tuviese que aparecer en el índice un autor (Darwin) que ha sido citado tantas veces, ocuparía toda una página o más y el resultado sería escandaloso. Ver por ejemplo la imagen para una muestra y ya me dirán si semejante estructura literaria puede o no puede responder a un discurso coherente o si su composición no tiene toda la pinta de ser un producto de diseño editorial (esta vez poco inteligente), de Ingsoc.
Así, Fuller que puede ser un buen competidor para publicar bien y vender muchas copias de su libro, paradójicamente no se toma la molestia de explicar claramente en qué consiste la idea de diseño. Cuando lo hace, es de aquella manera, por ejemplo (p 176):
In biology, the design standpoint is captured by the idea of the “selection environment”, which is neither so rigidly nor so quantitatively defined as “frame of reference” in physics. Biologists assume that there is ultimately one selection environment –the one that has actually operated on Earth-but that its carácter is established only once certain organisms, organs or cells are observed (or inferred from the historical record) to have been selected. How then, might one characterise this selection environment?
Mención triple de selection environment, ¿Les suena? Pues sigan leyendo más adelante (p 177):
Here Darwin’s view that natural selection ultimately trumps all efforts at artificial selection rules supreme.
Mmmmmm! Vaya, vaya, con el ID y su “maverick” supporter, como le llama Steven Rose, si todo esto suena al más puro darwinismo…
El autor está más a gusto cuando habla de Filosofía que cuando se refiere a la biología. Acierta cuando explica en distintas ocasiones que la ciencia tiene un fondo filosófico. Así cuando dice (p 124):
The task of explaining natural phenomena involves much more than explaining a series of isolated evens in the World, each individually. It also involves explaining how tose events manage to hang togheter to constitute a coherent World order
Pero yerra al pensar que ID será todo aquello que no sea producto del azar y la necesidad (p 121). La realidad es más sencilla que todo eso: ID será todo aquello que sea diseñado y si no hay diseñador, no hay diseño. Para un colectivo de lectores adultos e independientes, no cabe el absurdo que Ayala mencionaba en su artículo apologético del darwinismo en PNAS el año pasado: Diseño sin diseñador.
Lo que define el ID ha de ser necesariamente la presencia de un diseñador que, como principio inspirador puede valer perfectamente, pero permanecerá imposible de probar. Las diferentes formas de la vida y sus cambios pueden perfectamente explicarse desde perspectivas religiosas, menos religiosas o ateas, cada cual será libre de elegir. Pero en ciencia, la discusión debe centrarse en aspectos de la ciencia, no de sus fundamentos filosóficos o de la inspiración metafísica de cada uno. Tales fundamentos han de permanecer abiertos y dispuestos para su libre discusión, pero en foros diferentes del puramente científico. Lo que sea el azar y la necesidad habrá que discutirlo en algún otro lugar, pero no por descubrir leyes significa que hay diseño. Para que haya diseño no basta con leyes, ha de haber un diseñador.
El libro contiene múltiples ejemplos de darwinismo (¿será cripto-darwinismo?) entre algunas otras lindezas.. Veamos algunos ejemplos:
Linnaeus was a special creationist (falso, creacionismo no podía concebirse en la época de Linneo y es una palabreja absurda y sin significado ahora, mucho menos antes). (p 62)
Impolitic though it may be to admit, to view science as an endeavour whose value surpasses that of other secular activities makes sense only if there is an overall design to nature that we are specially well equipped to fathom, even though most of it has little bearing on our day-to-day animal survival. (p 70)
Mendel shared this interest in the rationalisation of nature. It accorded well with the bold Augustinian reading of Genesis, in which the impedments posed by unruly matter force God to execute the creation in stages over six days (p 84)
Darwin elaborated for many kinds of plants and animals the specific terms under which the struggle for survival occurred in nature. Natural selection did not appear as in Spencer’s promiscuously proliferating analogies, the precursor of Daniel Dennet’s crude and bloated “panselectionism”- but as subtly emergent feature of nature that merited further empirical study. It was in this spirit that John D. Rockefeller invested millions of dollars in social and biological research; in the hope that humanity’s adaptive capacity might be at least marginally improved over the odds on offer in nature. (p 92)
Pero tiene también frases muy acertadas y así el capítulo titulado “Is there a middle ground between creation and evolution?” podría ser el más inspirado:
The ground rules of science are always being renegotiated (p110)
Ayala appears to be under the misapprehension that Darwin clarified, rather than obscured, the nature of life (116)
Darwinian evolution’s capacity for obscuring the nature of life is epitomised by Ayala’s subtitle “Design without designer” (118)
En definitiva, la lectura del libro y de sus críticas posteriores, viene a apoyar la hipótesis surgida en este blog señalando que, tanto el ID como el creacionismo son productos estratégicos del darwinismo para mantener en pie su planteamiento científico, el más erróneo de toda la historia que tiene secuestrada desde hace décadas a la biología y que consiste en la torpe idea de que la competición es base y fundamento de la vida.
Estaré encantado de discutirla
Publicado por Emilio Cervantes en 11:57 5 comentarios
Etiquetas: Ciencia y sociedad, darwinismo, darwinismo social, diseño inteligente
lunes, 12 de mayo de 2008
Veintisiete libros y un prólogo abierto para una nueva biología
Coordinador: Emilio Cervantes
En el planteamiento de este libro está la inquietud filosófica surgida en un grupo de biólogos. En el mundo de la post-modernidad, en el que hoy vivimos, la biología está atravesando una zona crítica, pero es difícil entender y hablar de biología, porque algo todavía más general, el lenguaje se está corrompiendo.
El lenguaje hoy sirve para una función que es exactamente la contraria de su función original. La función original del lenguaje es poner en conexión a los hombres con las cosas. Las palabras eran, originalmente, puentes con la realidad, vehículos para acceder directamente al conocimiento de la Naturaleza. Y sin embargo, hoy vienen muchas veces a ser lo contrario…… Vemos en la actualidad cómo aparecen palabras cuya función parece ser la de separarnos de la realidad, alejarnos de la Naturaleza. ¿Cómo se explica si no las palabras Creacionista y Creacionismo?. ¿Qué significan estos otros términos tan utilizados hasta la saciedad en tantos libros de Biología: Adaptación, Selección Natural?. ¿Son conceptos científicos? Alguien, durante ya demasiadas décadas, se ha empeñado en que tomemos en serio palabras vacías, es decir conceptos que no tienen cabida en un horizonte científico que aspire a tener una mínima capacidad crítica.
En este libro se comentan desde la perspectiva personales de diez biólogos veintitrés libros relevantes para sus quehaceres. En el prólogo, entre los objetivos, hablamos de la búsqueda de una nueva biología que nos parece hoy necesaria. Proponemos algunas de las condiciones que ha de cumplir la nueva biología: Respeto por los demás, respeto por el lenguaje, interdisciplinariedad, apertura hacia la historia y las humanidades. Esperamos, que la lectura de los comentarios pueda servir al lector para que él mismo proponga nuevas condiciones que contribuyan a hacer de la biología una ciencia al servicio de la humanidad y evitar que pueda ocurrir lo contrario.
Participantes
Juan José Aldasoro (JJA). Real Jardín Botánico CSIC. Madrid.
Jon Arteaga (JA). Departamento Antropología Física Universidad de Murcia.
Elena de la Casa (ECE). Universidad de Texas, Arlington. USA.
Emilio Cervantes (EC). IRNASA CSIC. Salamanca.
Andrés Galera (AG). Instituto de Historia CSIC. Madrid.
Juana Gutiérrez de Diego (JGdD). Departamento de Bioquímica USAL. Salamanca.
Carolina Martínez Ruíz (CMR). Departamento de ciencias Agroforestales UVA. Palencia.
Francisco David Rodríguez García (FDRG). Departamento de Bioquímica USAL. Salamanca.
Francisco Javier Sáenz de Cabezón (FJSC). Universidad de California, Davis. USA.
Máximo Sandín (MS). Departamento de biología UAM. Madrid.
Contenido
Prólogo abierto.
Primera parte: En torno a tres libros que no son de biología pero que son fundamentales.
1- Thomas Kuhn. La Estructura de las Revoluciones Científicas. (EC)
2-Michel Foucault. Les Mots et les Choses. Une Archeologie des Sciences Humaines. (EC)
3- Karl Popper. Conjeturas y Refutaciones. (EC)
Segunda parte: Obras y autores de historia natural, paleontología y precursores de la biología.
4- Buffon. 1778. Les Époques de la Nature. (AG)
5- Lamarck. 1809. Philosophie Zoologique. (MS)
6- Cuvier. 1825. Discours sur les Révolutions de la Surface du Globe et sur les Changements qu’elles ont Produits dans le Règne Animal. (AG)
7- le Guyader, H. 1998. Geoffory Saint-Hilaire. Un Naturaliste Visionnaire. (EC)
8- Claude Bernard. 1865. Introducción al Estudio de la Medicina Experimental. (EC)
9- D’Arcy Wentworth Thompson. 1917. On Growth and Form. (EC)
10- Charles Depéret. 1929. Les transformations du monde animal. (EC)
Tercera parte: Algunos textos generales sobre biología y sobre el estudio de la vida.
11- El árbol del conocimiento. Humberto Maturana y Francisco Varela. (JA)
12- Lynn Margulis y Karlene V Schwartz. Cinco Reinos. 1985. (JJA)
13- Linn Margulis. ¿Qué es la Vida?. 1996. (JA)
14- Enrico Coen. The Art of Genes (How organisms make themselves). 1999. (EC).
15- Fernando Vallejo. La Tautología Darwinista y Otros Ensayos de Biología. 1998. (EC)
16- Nick Brewin. Seed to Seed: The Secret Life of Plants. 2006. (EC)
17- Máximo Sandín. Pensando la Evolución, Pensando la Vida. 2006. (EC)
Cuarta parte: Libros sobre Zoología, Botánica, Ecología y evolución
18- Morgan, TH. A Critique of the Theory of Evolution. 1919. (EC)
19- Magurran AE. Ecological Diversity and its Measurement.
Diversidad Ecológica y su Medición. 1989. Magurran A.E. Measuring Biological Diversity. 2004. (CMR)
20- Luken JO. Directing Ecological Succession. 1990. (CMR)
21- Nijhout FJ. Insect Hormones. 1994. (FJSC)
22- Gorb S. Attachment Devices of Insect Cuticle. 2001. (FJSC)
23- Gould SJ. The Structure of the Evolutionary Theory. 2002. (EC)
Quinta parte: Cuatro comentarios de libros recientes sobre Bioquímica, desarrollo y epigenética y otras obras.
24- Lehninger. Biochemistry. 2005. (JGdD-FDRG).
25- David Micklos, Greg A. Freyer, and David A. Crotty. DNA Science: a First Course. 2003. (JGdD-FDRG)
26- Lewis Wolpert, Jim Smith, Tom Jessell, Peter Lawrence, Elizabeth Robertson, and Elliot Meyerowitz. Principles of Development. (JGdD-FDRG) . 2006.
27- CD Allis, T Jenuwein y D Reinberg. Epigenetics. 2007.(ECE).
Precio: 5 Euros más gastos de envío (para España, 2 Euros; Europa: 6, 5 Euros; América: 9,5 Euros). Disponemos de una cantidad reducida para su venta directa. Ingresar el importe en la siguiente cuenta de la Caja Rioja (2037 0070 71 0113636716) y enviar un e-mail notificando el ingreso a ecervant@usal.es o ignacio.perez@unirioja.es
En el blog "Un libro de biología" se ha publicado el comienzo del prólogo abierto.
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Etiquetas: biología, cambio, Ciencia y sociedad
sábado, 19 de abril de 2008
Nuevas firmas en apoyo del Manifiesto por una Biología del siglo XXI
Tomo prestada del blog "crimentales" esta imagen para acompañar la lista de veinticinco nuevas firmas que apoyan el Manifiesto por una Biología del Siglo XXI del que hablaba hace unas entradas. Están todos invitados a unirse al grupo de Google "Biología Humanista" y discuir las posibilidades de una Sociedad Internacional de Biología Humanista.
Mauricio Abdalla, Profesor de filosofía de las ciencias, Universidade Federal do Espírito Santo, Brasil
Enrique Moreno Díaz, Licenciado biología UAM
Gracias a todos y esperamos que el circulo se amplíe
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Etiquetas: Ciencia y sociedad, educación, Manifiesto por una biología del siglo XXI, voluntad
martes, 18 de marzo de 2008
Sociedad de Biología Humanista: su necesidad, campo de acción e interés
Cuando hace unos años se nos decía que la biología sería la ciencia del futuro, había una sensación de que aquello era cierto, de que, efectivamente así sería; pero,….. hasta hoy no hemos podido concretar en qué ha consistido aquella frase premonitoria.
“……es urgente dar a los educadores y a la opinión pública información científica fidedigna en español pues en su mayoría se trata de audiencias que no dominan (muchos ignoran) la lengua inglesa.”
Proponemos desde aquí la discusión abierta acerca del interés y objetivos de una Sociedad de Biología Humanista. Están todos invitados al debate y agradeceríamos en particular la participación de profesores de Enseñanza Secundaria y Bachillerato.
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Etiquetas: Ciencia y sociedad
jueves, 13 de marzo de 2008
XI Reunión de la Asociación para el Desarrollo y el Estudio de la Biología en la Rioja (ADEBIR)
XI Aniversario de la Asociación
La evolución de las especies. Perspectiva histórica e interés en la Rioja
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Etiquetas: Ciencia y sociedad
lunes, 10 de marzo de 2008
Doscientos cincuenta aniversario del nacimiento de Vicente Cervantes y doscientos veinte de la fundación del Jardín Botánico de la Ciudad de México
El 27 de marzo de 1788, Sessé informa a Gómez Ortega de la inauguración del Jardín Botánico de la Ciudad de México y poco después, comentará los nuevos planes para el establecimiento y los preparativos de sus viajes de exploración.
A lo largo de su carrera describió más de trescientas especies nuevas, publicó quince obras de carácter científico (algunas de las cuales se han extraviado) y fue responsable de la formación de nuevos botánicos, entre ellos de José Mariano Mociño (1757-1819), que se incorporó a la expedición en 1790.
Entre sus obras destaca el Ensayo a la Materia Médica Vegetal de México, que no se editó hasta casi finalizado el siglo XIX, así como su participación en las obras Plantae Novae Hispaniae, y Flora Mexicana, ambas editadas en México con Sesse y Mociño como autores, siendo el resultado de la obra de la expedición, cuyo principal botánico fuera Cervantes. Vicente Cervantes permaneció en Ciudad de México donde, pese a su condición de español, el gobierno independentista le respetó en su cargo; murió el 26 de julio de 1829.
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Etiquetas: Ciencia y sociedad, historia
miércoles, 27 de febrero de 2008
MANIFIESTO POR UNA BIOLOGÍA DEL SIGLO XXI
Los abajo firmantes, alumnos y ex–alumnos del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid, nos dirigimos a la comunidad científica y a la sociedad en general para llamar la atención sobre un problema que puede llegar a tener graves repercusiones en nuestra sociedad.
Existe, en la actualidad, una gran confusión en los fundamentos teóricos en que se basan las investigaciones biológicas y, como consecuencia, sus objetivos y aplicaciones, por lo que estas pueden llegar a ser peligrosas para la Naturaleza y para el ser humano.
Los descubrimientos recientes sobre la naturaleza y la complejidad de la información genética y de otros fenómenos biológicos, especialmente los relacionados con las actividades de bacterias y virus, resultan absolutamente contradictorios con las suposiciones sobre las que se sustentaba la base teórica de la Biología elaborada a principios del siglo pasado. Sin embargo, tanto la docencia como la investigación parecen seguir ancladas en las antiguas interpretaciones.
La explicación más inmediata de esta situación está en la especialización y falta de integración entre distintas disciplinas. Como consecuencia, desde el punto de vista de la docencia, se continúa la formación de nuevas promociones con criterios desfasados. Pero es aún más grave la repercusión en la investigación: se mantienen los planteamientos y los objetivos reduccionistas y, como consecuencia, las interpretaciones, que son absolutamente contradictorias con los nuevos datos. Esto supone una grave pérdida de tiempo en ciencia y un inútil despilfarro de inteligencias formadas y enfocadas con unas bases erróneas.
Queremos transmitir a la sociedad que el problema no se reduce a un debate científico. La vieja concepción competitiva y simplificadora de los fenómenos naturales ha llevado a graves problemas, como el avance de la resistencia bacteriana a los antibióticos debido a la consideración de la bacterias (que ahora sabemos que son extraordinariamente abundantes y fundamentales para el desarrollo de la vida) como agentes exclusivamente patógenos que había que eliminar. Los datos actuales nos han mostrado que los virus son todavía más abundantes, ubicuos y participativos en los procesos biológicos que las bacterias y que, al igual que éstas, su carácter patógeno responde a un desequilibrio de los fenómenos naturales. Por esto, las investigaciones orientadas sobre los viejos criterios reduccionistas y enfocadas con fines economicistas pueden constituir un grave peligro para la Naturaleza y para la Humanidad.
Queremos resaltar especialmente la distorsión que introduce la investigación con intereses en un rendimiento económico inmediato en el verdadero objetivo de la Ciencia: la profundización de los conocimientos al servicio de la Humanidad. La financiación privada de investigaciones orientadas a la obtención de patentes destinadas a la comercialización conduce a la precipitación de sus aplicaciones y a nuevos peligros potenciales, dada la desconexión de estos planteamientos reduccionistas con la realidad de los fenómenos de reciente descubrimiento. Por otra parte, esta dinámica induce al despilfarro de tiempo, dinero e inteligencia en investigaciones con fines absolutamente absurdos e inviables, como la pretensión de “crear” organismos artificiales, alargar la vida o seleccionar individuos supuestamente libres de enfermedades genéticas y otras de un cariz semejante, naturalmente, destinadas para el que pudiera pagarlo.
Finalmente, queremos llamar la atención sobre un fenómeno que está contribuyendo a aumentar, especialmente en la sociedad, la confusión sobre el problema que estamos denunciando: El debate darwinismo-creacionismo, que los darwinistas parecen especialmente interesados en difundir. Creemos que es un debate inútil, porque los científicos no debaten sobre creencias, sino sobre datos empíricos, pero que contribuye al reforzamiento social de las viejas (e interesadas) concepciones para evitar el verdadero debate: el de una concepción científica del Siglo XIX frente a una Ciencia del Siglo XXI.
Por todo ello, hacemos un llamamiento a la implicación de la sociedad en este problema y, muy especialmente, a la comunidad científica para poner fin a esta situación irracional en que se encuentra una ciencia cuyos conocimientos nos deben resultar fundamentales para hacer frente a los problemas que se avecinan, productos en gran parte de una concepción de la Naturaleza propia de épocas pasadas, y construir una Biología que nos conecte con la Naturaleza. Porque si la seguimos tratando como a una enemiga tenemos todas la de perder.
FIRMADO:
Borja Alarcón Estudiante de 5º Curso de Biología
Abel Barral Estudiante de 5º Curso de Biología
Juan Barrero Estudiante de 5º Curso de Biología
Maria Bautista Estudiante de 5º Curso de Biología
Sofia Carbajosa Estudiante de 5º Curso de Biología
Maria Domínguez Estudiante de 5º Curso de Biología
Eduardo García Estudiante de 5º Curso de Biología
Bárbara García-López Estudiante de 5º Curso de Biología
Daniel Heredia Estudiante de 5º Curso de Biología
Guillermo Herrán Estudiante de 5º Curso de Biología
Silvia Herrero Estudiante de 5º Curso de Biología
Miguel Iniesto Estudiante de 5º Curso de Biología
Sheila Jordan Estudiante de 5º Curso de Biología
Alberto Jorge Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta Lapuente Estudiante de 5º Curso de Biología
Celia Martín Estudiante de 5º Curso de Biología
Nereida Melguizo Estudiante de 5º Curso de Biología
Francisco Navas Estudiante de 5º Curso de Biología
Marta Sanmillán Estudiante de 5º Curso de Biología
Arturo Sastre Estudiante de 5º Curso de Biología
Sara Villen Estudiante de 5º Curso de Biología
Almudena Zaragoza Estudiante de 5º Curso de Biología
Zulema Udaondo Estudiante de 5º Curso de Biología
Elisa Oteros Becaria de Tercer Ciclo UAM
Tania Ortiz Licenciada en Biología UAM
Walter Cantero Becario Tercer Ciclo UAM
Jon Ortega Doctorando UM
María Losada Personal investigador en formación (PIF) UAM
Máximo Sandín Profesor Depto. Biología
La lista actualizada (16 de Abril 2008) de personas que apoyan este manifiesto puede consultarse aquí.
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Etiquetas: biología, cambio, Ciencia y sociedad, darwinismo, Manifiesto por una biología del siglo XXI, Máximo Sandín, mente, neodarwinismo, pensamiento
viernes, 1 de febrero de 2008
La biología como actividad social, la extensión y definición de “fraude científico” y una pregunta
En ciencias sociales se habla a menudo del concepto de representación colectiva o representación social, ambos términos quizás más utilizados en los idiomas francés, alemán o inglés que en castellano. Estos conceptos parten del de representación, llevado a su máximo apogeo por la filosofía de Arthur Schopenhauer (El mundo como voluntad y como representación; ediciones de 1819, 1844 y 1859) y desarrollado después por la sociología y la psicología social. Filósofos, historiadores y sociólogos han tratado sobre la "representación social" y su significado en el mundo actual.
Una definición precisa e interesante podría ser por ejemplo la de Jodelet (1984):
La representación social es un proceso de elaboración perceptiva y mental de la realidad que transforma los objetos sociales (personas, contextos, situaciones) en categorías simbólicas (valores, creencias, ideologías) y les confiere un estatuto cognitivo, permitiendo aprehender los aspectos de la vida ordinaria por un re-encuadre de nuestras propias conductas en el interior de las interacciones sociales.
¿Qué es exactamente lo que queremos medir?. La descripción más frecuente responde a las iniciales IFP: Invención, Falsificación y Plagio.
A continuación pasa a describir cada uno de estos aspectos del fraude en el contexto de un laboratorio moderno de biología experimental. Así dice:
Por invención se entiende la adulteración de datos en su totalidad; es lo que los biólogos conocen como “trabajo de laboratorio en seco”
Pero supongamos que alguien, interesado en un punto de vista más amplio, hiciera ahora la pregunta:
Bien, y si se nos quiere proponer como una teoría, algo que no lo es, sino que es una tautología, podría tratarse entonces de un caso de invención, y por lo tanto de fraude, ¿si o no?.
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Publicado por Emilio Cervantes en 13:20 3 comentarios
Etiquetas: ciencia, Ciencia y sociedad, debate, objetividad, tautología