.

jueves, 18 de junio de 2009

Dos años de blogger


Hace hoy dos años, el 18 de junio de 2007 escribía la primera entrada en este blog. Desde entonces, siguiendo la intención de aquella vez, un total de trescientas veintiuna entradas repartidas por seis blogs de esta manera:

Biología humanista: 97

La vida y la Biología: 52

Curso de Biología 19

ADEBIR 14

Un libro de Biología: 11

Biología y pensamiento: 128

Más de mil comentarios, algunas discusiones y sobre todo, nuevos y buenos amigos.

Gracias a todos


lunes, 8 de junio de 2009

El creacionismo, invento darwinista





El asunto que concierne a la filosofía es el de preservar el poder de las palabras más elementales a través de las cuales el ser humano se expresa


Martin Heidegger (en la imagen)



Si afirmo que el Creacionismo es un invento darwinista muchos van a decir que estoy loco o que la afirmación es producto de mi confusión mental. Pero antes, sigan leyendo porque precisamente se trata de no caer en confusiones mentales.


Para empezar, no estoy diciendo que la fe o la religión sean inventos darwinistas. Nada de eso. Por el contrario, identificar el tener fe (en el sentido de ser creyente o profesar alguna religión) con ser creacionista es un error grave, un disparate, si bien por otra parte muy promovido desde terrenos de debate intelectuales, académicos y enciclopédicos.

El creacionismo no se relaciona tanto con tener fe como con proponer que opiniones religiosas pueden en algún momento enfrentarse con puntos de vista científicos. Propuesta ésta que no parte de ninguna creencia religiosa sino que, yendo mucho más allá de todas ellas, ha sido tradicionalmente fomentada desde círculos académicos en particular del entorno darwinista, desde su mismo epicentro fundacional, los escritos de Charles Darwin.


Ya he presentado evidencia indicando que la difusión de algunos aspectos importantes del diseño inteligente se hace desde perspectivas darwinistas y también de que la razón de ser del darwinismo no es otra que establecerse como fe única desplazando a toda la religión. También mencioné que Darwin era fundador del creacionismo, tendencia que alimentaba en beneficio propio.

Presento aquí datos que apoyan la hipótesis de que el creacionismo es un invento darwinista con la intención de someterlos a una crítica abierta. Advierto a los participantes que sean prudentes a la hora de escribir sus comentarios, pues la experiencia indica que argumentos que, en su día, fueron utilizados para oponerse a esta hipótesis, podrían después llegar a ser, por curiosos giros de la vida, los más útiles a la hora de defenderla.


La hipótesis parte de la base de que los sistemas sociales, económicos o culturales dominantes, siempre han utilizado el lenguaje a su favor como herramienta de dominio. Esto fue ilustrado en una entrada con varios ejemplos, pero el que más nos concierne ahora es el que indicaba que conocidos darwinistas habían participado en la redacción del término Creacionismo en Wikipedia. Dicha redacción es un bodrio, su lectura levanta dolor de cabeza y de ella se deduce que el término es inventado y no se ajusta a ninguna realidad digna de ser definida. Lo mismo ocurre con la definición de la RAE. La Academia introduce un término inútil, que no se ajusta a ninguna realidad. Alguien sabrá a qué intereses puede obedecer este modo de obrar, pero en todo caso, no son ni los de la ciencia ni la utilidad del lenguaje. Esta es su definición:



Doctrina que, en contraposición a la teoría de la evolución, defiende que cada una de las especies es el resultado de un acto particular de creación.



Así de mal puede llegar a expresarse a veces la RAE, ¡Como si a una teoría científica pudiese cada cual mandarla callar mediante doctrina impuesta!

Pues no, señores redactores y correctores de la RAE. Se equivocan ustedes, porque la teoría científica y la doctrina impuesta habitan, cada una de ellas en su propio universo y nunca se encuentran.

Grave error éste de la RAE, puesto que no hay manera de contraponer una doctrina a una teoría. ¿Dónde se encontraban los asesores científicos de la Academia el día en que se redactó esta imperdonable entrada?



Siguiendo una línea de razonamiento detectivesca basada en datos estadísticos que indican que es frecuente encontrar entre los principales sospechosos de un crimen a los beneficiarios del mismo, es lícito preguntar: ¿Quién es beneficiario principal del uso y extensión de la palabreja Creacionismo? La respuesta surge inmediata: El darwinismo.

Al inventarse un enemigo numeroso, bien disciplinado y sin argumentos científicos, los verdaderos enemigos, científicos bien preparados, se esfuman. Sus únicos oponentes visibles carecen de criterio científico.

Mediante el desarrollo de un hipotético pensamiento basado en modelos “creacionistas” y, por tanto a-científicos, el darwinismo navega libre en el mar de la ciencia que ha quedado plenamente a su disposición. En la bodega de su trasatlántico viaja secuestrada la biología.

Esto, como decía al principio no es nuevo.
Que yo sepa, el propio Darwin fue el primero si no en utilizar la palabreja Creacionista, si en introducirla y darle la bienvenida en el entorno académico. En cartas a sus amigos Huxley y Lyell, decía:



::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::


CHARLES DARWIN TO T.H. HUXLEY.



Ilkley,
November 25th [1859].



My dear Huxley,


Your letter
has been forwarded to me from Down. Like a good Catholic who has received extreme unction, I can now sing "nunc dimittis." I should have been more than contented with one quarter of what you have said.

Exactly fifteen months ago, when I put pen to paper for this volume, I had awful
misgivings; and thought perhaps I had deluded myself, like so many have done,
and I then fixed in my mind three judges, on whose decision I determined
mentally to abide. The judges were
Lyell, Hooker, and yourself.

It was this which made me so excessively anxious for your verdict. I am now contented, and can sing my nunc dimittis. What a joke it would be if I pat you on the back when you attack some immovable creationist!




::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::



CHARLES DARWIN TO C. LYELL.


15 Marine
Parade, Eastbourne,


October 8th
[1860].


My dear Lyell,

I send the [English] translation of Bronn (A MS. translation of Bronn's chapter of objections at the end of his German translation of the 'Origin of Species.'), the first part of the chapter with generalities and praise is not translated. There are some good hits. He makes an apparently, and in part truly, telling case against me, says that I cannot explain why one rat has a longer tail and another longer ears, etc. But he seems to muddle in assuming that these parts did not all vary together, or one part so insensibly before the other, as to be in fact contemporaneous. I might ask the creationist whether he thinks these differences in the two rats of any use, or as standing in some relation from laws of growth; and if he admits this, selection might come into
play. He who thinks that God created animals unlike for mere sport or variety, as man fashions his clothes, will not admit any force in my argumentum ad hominem.


:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::




Como queriendo marcar una clara diferencia entre si mismo y ese “immobable creationist” del primero o “creationist” del segundo. Pero él mismo, en El Origen del hombre” había escrito:



The question is of course wholly distinct from that higher one, whether there exists a Creator and Ruler of the universe; and this has been answered in the affirmative by some of the highest intellects that have ever existed



Y al final de su obra magna:

Hay grandeza en esta concepción de que la vida, con sus diferentes facultades, fue originalmente alentada por el creador en unas cuantas formas o en una sola, y que, mientras este planeta ha ido girando según la constante ley de la gravitación, se han desarrollado y se están desarrollando, a partir de un comienzo tan sencillo, infinidad de formas cada vez más bellas y maravillosas.

Y es que puede que la disputa entre evolucionismo y creacionismo sea una construcción artificial elaborada y mantenida por los darwinistas desde los tiempos y el entorno del propio Darwin.


Si creacionismo significa presentar argumentos religiosos para rebatir tesis científicas, esto no puede tener ningún futuro a no ser que los científicos admitan tal discurso erróneo.


Finalmente si creacionismo significa aportar datos que revelan la existencia de mecanismos complejos en la naturaleza que el darwinismo no explica, entonces esto no es creacionismo sino pura ciencia, pero seguro que hay quien espera poder incorporar un día dichos datos bajo la hipótesis darwinista. Mientras tanto, conviene etiquetarlos como “creacionismo”.


Blogalaxia: ~ Technorati: ~ AgregaX:

martes, 19 de mayo de 2009

Un blog interesante







Blogalaxia: ~ Technorati: ~ AgregaX:

lunes, 4 de mayo de 2009

Conmemoración del segundo centenario del nacimiento en Tricio (Rioja) de Mariano de la Paz Graells, naturalista del siglo XIX





La Jornada Científica de la Asociación para el Desarrollo y el Estudio de la Biología en Rioja (ADEBIR), tendrá lugar en Logroño, el próximo viernes día 15 de Mayo de 2009 en la Sede del Instituto de Estudios Riojanos (Palacio de los Chapiteles; c/ Portales 1).

Programa

16h Bienvenida.

José Miguel Delgado. Director del IER.

Luis Miguel Medrano. Director del Área de Ciencias Naturales.

Directiva de ADEBIR.

16 h 30 Fortuna historiográfica de Graells. Santos Casado de Otaola. Universidad Autónoma de Madrid.

17h 15 Graells y las Instituciones Científicas. Alberto Gomis Blanco. Universidad de Alcalá de Henares.

18h Graells, las ballenas y la heráldica. Carlos Martín Escorza. Museo Nacional de Ciencias Naturales. CSIC.

18h 45 Asamblea General Ordinaria de ADEBIR







Blogalaxia: ~ Technorati: ~ AgregaX:

martes, 3 de marzo de 2009

Darwinismo metafísico: frase en caida libre



Con la celebración del centenario de Darwin, los darwinistas están que tiran la casa por la ventana. En los domingos de ABC, de anteayer, 1 de Marzo, Ayala se expresaba así:

La Teoría de Evolución por Selección Natural de Darwin proporcionó los teólogos el "eslabón perdido"en la explicación del mal en el mundo.

Una frase muy complicada y resbaladiza porque, partiendo de suposiciones complejas, emplea juegos de palabras arriesgados. Al menos dos suposiciones metafísicas: Primera, que el mal en el mundo tenga una explicación y segunda, que esta interese a los teólogos. Luego, un juego de palabras de alto riesgo, asociando el giro "el eslabón perdido" con la palabra teólogos, como si algún teólogo hubiese querido en algún momento buscar eslabones perdidos (¿puede ser una alusión oculta a Tehilard de Chardin?), o como si la explicación del mal en el mundo fuese cuestión de eslabones perdidos.

Finalmente, tanto Ayala como la periodista (Pilar Quijada), se olvidan de auscultar el aspecto central de La Teoría de Evolución por Selección Natural de Darwin. Es decir, a parte de esas grandes aportaciones contenidas a presión en una frase que nadie se toma la molestia de explicar, ....¿proporcionó dicha teoría lo que debía haber proporcionado, es decir una explicación de la especiación? Diríase que no.


Blogalaxia: ~ Technorati: ~ AgregaX:

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Cuentos ultradarwinistas



Comentario del libro:

El cuento del antepasado. Un viaje a los albores de la evolución. Dawkins, Richard. Antoni Bosch Editor. Barcelona, 2008. 880 páginas.






Richard Dawkins, zoólogo evolutivo y escritor prolífico, nos tiene acostumbrados a un estilo arrogante en libros de marcado carácter darwinista. En alguna página de éste que aquí comentaré, indica que alguien le ha llamado ultradarwinista y que el adjetivo, lejos de molestarle, le complace. La saga continúa aquí con paso firme.

"El cuento del antepasado" presenta un viaje lúdico hacia atrás en el tiempo mediante el cual, a través de capítulos sucesivos ilustrados con varios "cuentos menores" nos vamos encontrando con nuestros probables antepasados en la Escala Naturae. Desde el principio, en un capítulo titulado "La vanidad retrospectiva", el autor deja firmemente asentados sus fundamentos de partida. En primer lugar y para no variar, el darwinismo. Ya en la primera página de este capítulo dice:

La evolución rima, las pautas se repiten, y esto no ocurre por casualidad, sino por razones perfectamente comprensibles y en su mayor parte darvinianas, pues la biología, al contrario que la historia o que la física, cuenta ya con su gran teoría unificada, aceptada por todos los profesionales informados,...

Insulta así a quienes vemos claramente que la biología carece de una gran teoría unificada (¿querrá decir unificadora?). Pero no se molesta en explicar cuál es esa panacea. ¿Para qué, si todo el mundo lo sabe? Dawkins se refiere a la Teoría Darwinista de Evolución por Selección Natural (llamaré SN, ver más adelante su párrafo tomado de la p 233), pero la SN no explica ni unifica nada en biología. Si así fuese, el autor dedicaría algún párrafo cuidadoso y detallado a su descripción y a su demostración, porque las teorías hay que demostrarlas. No sólo no lo hace, sino que emplea a menudo el adjetivo darwiniano aplicado a giros, argumentos y razones, sin indicar su significado. Si por razones darwinianas hemos de entender la SN, el autor debería haberlo dicho así de claro explicando desde un principio en qué consiste en lugar de soltar letanías dirigidas a la tan omnipotente (literalmente en la p 599), oportunista (p 299), capaz de ordenar (p 107), fuerte para llevar a los genes por buen camino (195) en definitiva, omnipresente SN cuya actuación el autor no sabe explicar:

De realizar la modificación se encargó, hace miles de años, la selección natural, aunque exactamente no se de que modo logró producir la tolerancia a la lactosa en individuos adultos (p 62)

No obstante, se permite decir

Ahora que la ciencia ya no tiene que convencer a nadie de que la selección natural es verdadera y la teoría se halla plenamente consolidada... (p 233):

Para defender su dogma (SN), combate con fantasmas porque nadie discute si la SN es verdadera o no, que no nos importa. Lo que discutimos es su validez como teoría científica, porque la ciencia no se alimenta de verdades absolutas sino de teorías que puedan ser sometidas a experimentación y contrastadas, antes de ser aceptadas (si son demostradas) o rechazadas (en caso contrario). En este y otros sentidos, el libro es prueba de una gran confusión mental que se manifiesta, por ejemplo, cuando se refiere a darwinismo cósmico o en frases como estas:

Lógicamente nosotros que reflexionamos sobre estas cuestiones, hemos de encontrarnos en uno de esos universos, por raros que sean, cuyas leyes y constantes sean capaz de generarnos (p 24)

Desde el punto de vista evolutivo, lo lógico es que exista una gama continua de estadios intermedios (p 102)

Todos los estadios intermedios formarán un continuo gradual dentro del cual cada generación habrá podido procrear con su padre o su hijo del sexo opuesto (p 419)

Con el paso del tiempo evolutivo, la carrera armamentística progresa (p 789)

A lo largo de casi setecientas páginas, se describe un viaje hacia atrás en el tiempo en el que, mediante treinta y nueve encuentros consecutivos que comienzan en el que tiene lugar entre homínidos y chimpancés y terminan en las eubacterias, se recorre la historia evolutiva. Para ello, el prólogo general explica los argumentos de que se dispone para investigar el pasado. Aunque indica tres argumentos, en realidad son dos (el primero basado en los fósiles, el segundo en comparaciones de secuencias de DNA). Por los fósiles, el autor no siente demasiado respeto (Los fósiles son un extra; un extra muy de agradecer, por supuesto, pero no imprescindible, dice en la p 36). Tampoco resuelve un viejo argumento que el mismo indica como circular (p 38): La roca devoniana se reconoce porque tiene los fósiles devonianos.

En cuanto a la comparación de secuencias de DNA, reconoce (p124) que no se le dan muy bien las matemáticas y se toma muy poca molestia en explicar los fundamentos para la construcción de los árboles filogenéticos que son la clave del libro. Hasta la página 597 no dice: ha llegado el momento de explicarla detalladamente. Se refiere a la técnica del reloj molecular, pero tampoco entonces la explica, ni en general; ni en particular, para cada encuentro. Quizás porque alguien debe haberle hecho ver el fracaso del libro en este sentido, en un apéndice (pp 809-816), Yan Wong que es coautor de algunos capítulos, escribe unas breves notas a las filogenias que aún así siguen inexplicadas, porque decir que una filogenia se ha obtenido a partir de estudios, datos o diagramas moleculares e indicar la respectiva referencia original es insuficiente.

Las comparaciones de secuencias aportan datos acerca de la divergencia de las moléculas de DNA en el tiempo (reloj molecular), pero si su aplicación no está libre de controversia (p 438), el salto arbitrario de una hipotética escala temporal al número de generaciones que se hace en los sucesivos encuentros no solamente es incierto, sino que conduce a un grave error: El de pensar que el DNA solo se transmite mediante la generación (reproducción). El libro ignora completamente toda posible transferencia horizontal de DNA (entre distintas especies), algo que no solamente está más que demostrado en la actualidad, sino que se utiliza en múltiples protocolos en biotecnología. Los relojes moleculares, dice en la p 606, son eficaces si están calibrados con fósiles, pero eso trae problemas porque el calibrado adecuado requeriría la verificación con DNA extraído del fósil, lo cual es más que excepcional, ultra-excepcional.

Con las bases sentadas de manera tan vulnerable, comienza la peregrinación, guiada por un líder que sostiene, no obstante con mano firme, el báculo de su autoridad, propia del autor consagrado. La genealogía de la especie humana se expresa en una serie de árboles filogenéticos en los que no cree ni el propio autor (p 250: la historia aparentemente clara y metódica de los contepasados, los puntos de encuentro y los peregrinos se nos van sumando en realidad es objeto de encendidos debates y sufre modificaciones cada vez que se lleva a cabo una nueva investigación).

Porque: ¿cuáles y cuántos son realmente los ejemplares representativos de cada especie, de cada nombre? ¿Qué define a un Orrorin o sirve para identificar a una Lucy (p 144)?. No estoy en absoluto de acuerdo cuando dice: Podemos dejar de lado el tema de los nombres (p 119). El tema de los nombres es fundamental y no podemos dejarlo de lado porque en cada momento debemos saber qué significa cada nombre. ¿Qué sabemos, por ejemplo, de Homo rudolfensis? ¿O, es que, acaso se están poniendo nombres a objetos que se van encontrando por el campo con motivos publicitarios o simplemente por satisfacer el ego de sus descubridores?

Cualquiera que haya comenzado a realizar su árbol genealógico familiar se habrá dado cuenta de dos cosas: Primera, lo difícil que es avanzar a partir de un momento dado (normalmente la cuarta o la quinta generación) y segunda (y más importante), que las sorpresas aparecen en mayor grado cuanto más difícil es el avance. En el estudio de la evolución el avance es también muy lento y difícil como habrá notado quien haya leído algo de paleontología clásica, algo anterior a este boom darwinista que permite, por lo que se ve, un avance no rápido sino supersónico. Cuando en el tercer encuentro, en el capítulo dedicado a los orangutanes se nos indica que vamos por nuestro tatarabuelo número 650000 uno no puede disimular una sonrisa. En capítulos sucesivos, este tipo de información sobra.

Afortunadamente, de las casi novecientas páginas del libro, pocas se dedican a justificar la vieja hipótesis del gen egoísta. Estas y algunas otras se pueden pasar por alto. Recomendaría borrar el contenido de las páginas 80 y 81. Si alguien pretende entenderlas, la jaqueca está garantizada.

El libro falla por la arrogancia de su autor. Si la supuesta teoría unificadora, la SN, no aporta nada en biología, su visión dogmática de la evolución hace un flaco favor a la percepción de la ciencia. ¿Qué nos queda entonces? Lo de siempre: el rancio poso del darwinismo, lacra y rémora de la biología actual intentando imponer su vía única de pensamiento basada en la tautología de la SN. La autopista supersónica en la que la se intenta que todos viajemos con la imaginación y el rigor científico encerrados en el maletero del dogma antiguo y arrogante. Pero, como dice Andrés Rábago, "El Roto" en una de sus viñetas: si todos vamos en una dirección, entonces,.........¿cómo sabremos que no hay otra?

http://www.madrimasd.org/cienciaysociedad/resenas/ensayos/resena.asp?id=332


Blogalaxia: ~ Technorati: ~ AgregaX:

lunes, 3 de noviembre de 2008

El diseño inteligente (ID), producto de la ingeniería social (I, Ingsoc) del darwinismo (D)









Acabo de leer el libro titulado “Dissent over descent”, que podría traducir al español como “disidencia sobre la ascendencia”. Su autor, Steve Fuller, profesor de sociología en la Universidad de Warwick, autor de varios libros de Filosofía de la ciencia, fue testigo en el caso Kitzmiller vs. Dover Area School District (2005), un juicio que se ocupó de la enseñanza del Diseño Inteligente (ID) en las clases de ciencia en USA.
Fuller, que no es biólogo ni está particularmente bien documentado en algunos temas de biología, sigue la moda del momento e identifica en repetidas ocasiones a Darwin con la Teoría de la Evolución. Es decir, pretende hacer pasar a la Teoria de Evolución de las Especies por Selección Natural (darwinismo), por la única y verdadera Teoría de la Evolución, y esto es un grave error. Por mucho que, además de Fuller, Gould, Dawkins y toda la plana mayor del darwinismo se empeñe, sigue siendo un grave error. Aunque si, además de empeñarse todos ellos, el empeño alcanza también a sus críticos, es entonces cuando ya, casi sin lugar para más dudas, podemos afirmar que estamos perdidos. Cuestión ésta que ya he tratado en un artículo y que procuraré abordar después de escribir dos párrafos pero que, de momento, queda pendiente aquí expresada de este modo: ¿Estaremos ya perdidos sin remedio?
Parece que sí, ya que ninguno de los críticos del libro de Fuller se ha dado cuenta de su error catastrófico. Y digo parece porque supongo que, tal vez, hayan disimulado, o no hayan querido darse cuenta con el fin de mantenerse a salvo, porque criticar hoy a Darwin puede ser nefasto tanto para una carrera científica, de crítica editorial como literaria. Así Steven Rose, en su comentario del libro, publicado en The Lancet (vol 372, 9637, 437-438), pasa por alto (o elude) este importante fallo y en el mismo error cae AC Grailing quien escribe su crítica desde un medio pomposamente denominado New Humanist: the Magazine of free thinkers.
Si los darwinistas insisten tenazmente en mantener como verdad única su falsedad fundamental consistente en identificar a la Teoría de la Evolución con el darwinismo (selección natural) y sus críticos (?) apoyan esta comedia, ¿Adónde irán entonces a parar la apertura de miras y la objetividad que fundamentan la ciencia? ¿A dónde la ciencia así des-fundamentada?
A ambas, a la señora objetividad y su todavía joven hija, la ciencia, se las llevará el viento y entonces tendremos que gritar, ….¡adiós Madrid, que se queda sin gente! O,........... ¿es que acaso puede haber alguna solución? Aparte de deprimirse y llorar ante el panorama de la biología secuestrada por el darwinismo, una solución consiste en consolarse con Galileo, a quien se atribuye la frase que dice: “en cuestiones de Ciencia la autoridad de mil no vale lo que el humilde razonamiento de un solo individuo”.
Vamos, pues, adelante, con este consuelo galileano y, desde la soledad, a comentar el libro de Fuller.
La Teoria de Evolución de las Especies por Selección Natural es tautológica e indemostrable y por lo tanto no es una teoría científica. Si yo contestase a quien me pregunta: ¿Cómo han evolucionado las especies?, que las especies han evolucionado por selección natural, entonces quien me pregunta lícitamente podría quejarse de la falta de rigor científico en mi respuesta. No me cansaré de repetirlo y explicarlo. Las mejores definiciones de selección natural hacen reír al más pintado. Si se habla de Teoría de la Evolución, se está empleando el término Teoría en su sentido más amplio, significando conjunto de conocimientos en general (en este caso, acerca de la evolución) porque es ridículo pensar que una Teoría (en sentido restringido, como algo que se puede comprobar experimentalmente y refutable) puede explicar la transformación de las especies.
Si es ridículo pensar que una teoría pueda proporcionar la explicación de todos los cambios en las formas de la vida sobre la tierra, mucho más lo es pensar que todo se explica mediante la “selección natural”. Esto debería saberlo Steve Fuller. Pero no, el docto “maverick supporter of ID” y “social constructionist” (como le llama Steven Rose en su comentario publicado en The Lancet), no lo sabe. Rose tampoco. Pero entonces,…..¡Un momento!. ¿No lo saben, o,…. No será que no quieren saberlo?, porque si tiene razón Rose, y Fuller es realmente un social constructionist, un ingeniero social, a lo mejor lo que ocurre es que Fuller está construyendo la teoría del ID, o colaborando en su construcción. Si así fuese, y Fuller estuviera obrando como “construccionista” o “ingeniero social”, esto significaría que hay un objetivo social en la obra de Fuller. ¿Cuál sería dicho objetivo? ¿Para qué podría Fuller estar jugando ese doble juego tan evidente de alabar a Darwin y defender el ID? Pues hay una respuesta bien clara que aquí propongo: para respaldo y defensa del darwinismo. Lo indiqué en otra entrada: Creando enemigos ficticios, los darwinistas descansan del acecho de preguntas indiscretas (la biología contiene cuestiones demasiado insidiosas para el darwinismo, por eso la necesidad de secuestrarla) y así se mantienen fuertes con la única preocupación de controlar el mundo editorial.
Si así fuese, iríamos, poco a poco, acumulando pruebas a favor de que el creacionismo en general, y el ID en particular son construcciones de la ingeniería social de mentes darwinistas (el Partido de Orwell). Es un hecho de sobra comprobado que, en general, la realidad imita a la ficción y ya hemos dado algún ejemplo de cómo, la actualidad, imita a la novela 1984 (en ella, Orwell utiliza el término Ingsoc como acrónimo de Socialismo Inglés pero aquí me parece más adecuado usarlo como Ingeniería Social). Que nadie venga, por favor, con que el creacionismo es tan antiguo como las religiones. NO! Una cosa es creer y otra proponer, desde un punto de vista interno a la ciencia, que la fe se opone al estudio de la evolución. Muchos científicos de todas las épocas tuvieron fe y desde sus puntos de vista contribuyeron al avance de la Ciencia. En el estudio de la transformación de las especies no tiene porque ocurrir lo contrario. El creacionismo no existe, no tiene fundamento ninguno y sólo es una palabreja fruto de la Ingsoc del Partido darwinista.
Hecha esta anotación y antes de entrar en harina, hay otra curiosidad que quisiera comentar. En el índice del libro comentado (p 263) no aparece la palabra Darwin. ¿Por qué será? Es bien sencillo, las palabras Darwin, darwinism y neodarwinism aparecen un total de 305 (trescientas cinco) veces en el texto. Si tuviese que aparecer en el índice un autor (Darwin) que ha sido citado tantas veces, ocuparía toda una página o más y el resultado sería escandaloso. Ver por ejemplo la imagen para una muestra y ya me dirán si semejante estructura literaria puede o no puede responder a un discurso coherente o si su composición no tiene toda la pinta de ser un producto de diseño editorial (esta vez poco inteligente), de Ingsoc.









Un texto así escrito, es decir a base de citar a Darwin como prócer único de la evolución cientos de veces y luego rellenar los escasos huecos que queden en el papel con textos de contenido variado, tiene la ventaja de que en estos tiempos se publica bien, porque tanto las editoriales como sus propietarios son darwinistas. Creen firmemente en la importancia vital de la competición y de la selección natural, esas fuerzas naturales, siempre misteriosas y a-científicas que les han llevado hasta donde se encuentran, es decir, en todo lo alto y les interesa fomentarlas. Pero este tipo de texto tiene, por otro lado, el inconveniente de que se lee mal. La selección natural encierra estas paradojas y es que si uno se centra en competir no se da cuenta de que el que compite peor puede ser mejor observador.
Así, Fuller que puede ser un buen competidor para publicar bien y vender muchas copias de su libro, paradójicamente no se toma la molestia de explicar claramente en qué consiste la idea de diseño. Cuando lo hace, es de aquella manera, por ejemplo (p 176):
In biology, the design standpoint is captured by the idea of the “selection environment”, which is neither so rigidly nor so quantitatively defined as “frame of reference” in physics. Biologists assume that there is ultimately one selection environment –the one that has actually operated on Earth-but that its carácter is established only once certain organisms, organs or cells are observed (or inferred from the historical record) to have been selected. How then, might one characterise this selection environment?
Mención triple de selection environment, ¿Les suena? Pues sigan leyendo más adelante (p 177):
Here Darwin’s view that natural selection ultimately trumps all efforts at artificial selection rules supreme.
Mmmmmm! Vaya, vaya, con el ID y su “maverick” supporter, como le llama Steven Rose, si todo esto suena al más puro darwinismo…
El autor está más a gusto cuando habla de Filosofía que cuando se refiere a la biología. Acierta cuando explica en distintas ocasiones que la ciencia tiene un fondo filosófico. Así cuando dice (p 124):
The task of explaining natural phenomena involves much more than explaining a series of isolated evens in the World, each individually. It also involves explaining how tose events manage to hang togheter to constitute a coherent World order
Pero yerra al pensar que ID será todo aquello que no sea producto del azar y la necesidad (p 121). La realidad es más sencilla que todo eso: ID será todo aquello que sea diseñado y si no hay diseñador, no hay diseño. Para un colectivo de lectores adultos e independientes, no cabe el absurdo que Ayala mencionaba en su artículo apologético del darwinismo en PNAS el año pasado: Diseño sin diseñador.
Lo que define el ID ha de ser necesariamente la presencia de un diseñador que, como principio inspirador puede valer perfectamente, pero permanecerá imposible de probar. Las diferentes formas de la vida y sus cambios pueden perfectamente explicarse desde perspectivas religiosas, menos religiosas o ateas, cada cual será libre de elegir. Pero en ciencia, la discusión debe centrarse en aspectos de la ciencia, no de sus fundamentos filosóficos o de la inspiración metafísica de cada uno. Tales fundamentos han de permanecer abiertos y dispuestos para su libre discusión, pero en foros diferentes del puramente científico. Lo que sea el azar y la necesidad habrá que discutirlo en algún otro lugar, pero no por descubrir leyes significa que hay diseño. Para que haya diseño no basta con leyes, ha de haber un diseñador.
El libro contiene múltiples ejemplos de darwinismo (¿será cripto-darwinismo?) entre algunas otras lindezas.. Veamos algunos ejemplos:
Linnaeus was a special creationist (falso, creacionismo no podía concebirse en la época de Linneo y es una palabreja absurda y sin significado ahora, mucho menos antes). (p 62)
Impolitic though it may be to admit, to view science as an endeavour whose value surpasses that of other secular activities makes sense only if there is an overall design to nature that we are specially well equipped to fathom, even though most of it has little bearing on our day-to-day animal survival. (p 70)
Mendel shared this interest in the rationalisation of nature. It accorded well with the bold Augustinian reading of Genesis, in which the impedments posed by unruly matter force God to execute the creation in stages over six days (p 84)
Darwin elaborated for many kinds of plants and animals the specific terms under which the struggle for survival occurred in nature. Natural selection did not appear as in Spencer’s promiscuously proliferating analogies, the precursor of Daniel Dennet’s crude and bloated “panselectionism”- but as subtly emergent feature of nature that merited further empirical study. It was in this spirit that John D. Rockefeller invested millions of dollars in social and biological research; in the hope that humanity’s adaptive capacity might be at least marginally improved over the odds on offer in nature. (p 92)

Pero tiene también frases muy acertadas y así el capítulo titulado “Is there a middle ground between creation and evolution?” podría ser el más inspirado:
The ground rules of science are always being renegotiated (p110)

Ayala appears to be under the misapprehension that Darwin clarified, rather than obscured, the nature of life (116)
Darwinian evolution’s capacity for obscuring the nature of life is epitomised by Ayala’s subtitle “Design without designer” (118)

En definitiva, la lectura del libro y de sus críticas posteriores, viene a apoyar la hipótesis surgida en este blog señalando que, tanto el ID como el creacionismo son productos estratégicos del darwinismo para mantener en pie su planteamiento científico, el más erróneo de toda la historia que tiene secuestrada desde hace décadas a la biología y que consiste en la torpe idea de que la competición es base y fundamento de la vida.
Estaré encantado de discutirla

martes, 7 de octubre de 2008

Darwinismo robótico







Cada vez cuesta más esfuerzo a los misioneros de la religión darwinista extenderla por el mundo.


Por eso, la lucha por la supervivencia y la competición se imponen todavía como único criterio de fondo en algunos medios científicos y sobre todo de divulgación de la ciencia, que comienzan a actuar como verdaderos mártires en inútiles ejemplos de auto-sacrificio al servicio de su religión.


El mundo editorial, que está en manos de editores darwinistas, nos ofrece cada día ejemplos más escandalosos. Ya he indicado alguno y hoy aporto otro procedente de la revista salmantina Tribuna de la Ciencia. En la lista de contenidos del ejemplar correspondiente a Octubre de 2008 en la sección de "Cultura Científica", aparece este jugoso titular:



Un equipo de profesores y alumnos palentinos luchan en concursos de robótica





Se admiten apuestas. Yo apuesto a que de seguir así ganan los robots,......





martes, 9 de septiembre de 2008

Premios "Blog de Oro"




Recibo encantado dos premios "Blog de Oro". Uno viene de Guis y el otro de Alexis Marrero. Agradezco mucho el detalle a ambos y paso a conceder los premios a otros blogs que, a mi juicio,
son también de oro.
El primero es para Juanjo Ibáñez, para su blog "Un universo invisible bajo nuestros pies", una fuente inagotable de información que debería tener muchos premios y más sustanciosos que éste por su papel en esa actividad a la que se da tanta importancia en algunos discursos y que es la divulgación científica. En su última entrada, Juanjo vuelve a sorprendernos con esta frase imponderable de su propia cosecha:
Mas vale acertar aproximadamente que errar con precisión
También por su enorme labor de divulgación en un terreno tan importante como el de la salud, merece el premio la bitácora Salud Pública y Algo Más, de Consuelo Ibáñez.
Siguiendo dentro de los weblog de Madrimasd, el tercer premiado es el blog "Esos pequeños bichitos", de Miguel Vicente, por su visión abierta y actual de la microbiología.
El cuarto premio será para Pepe, por su crítica severa y necesaria del darwinismo, desde su blog "Evolución, la miseria del darwinismo", cuya última entrada se titula con razón"El darwinismo es un obstáculo para el avance de la ciencia".
El quinto premio para "La soledad del excéntrico", con mis mejores deseos de que triunfe plenamente en su dedicación a la divulgación y crítica en biología.
Finalmente, un premio para mi amigo Joaquín por su actividad docente extemporánea en "El parvulario tomista".
Un abrazo a todos

miércoles, 18 de junio de 2008

Los ingleses, por Henry James



Lo único que el Príncipe sabía con certeza acerca de los ingleses era que "les situations nettes" no les gustaban. Por nada del mundo estaban dispuestos a aceptarlas. El genio nacional inglés, el éxito nacional inglés, siempre habían consistido en evitar dichas situaciones en todo momento. Con complacencia, los ingleses estimaban que este peculiar talento era lo que ellos denominaban su maravillosa capacidad de transigir, cuya influencia impregnaba de tal manera el lugar en que ahora se encontraba nuestro héroe que parecía, de una manera más clara, que la tierra y el aire, la luz y el color, los campos, las colinas y el cielo, los pueblos de los condados azul verdoso y las frías catedrales, debieran el especial matiz de su tono a dicha capacidad.

Henry James. La Copa dorada. Alba Editorial SL. Barcelona. 1998. Trad.: Andrés Bosch Villalta. El fragmento se encuentra en la p 332.

jueves, 29 de mayo de 2008

Carta a Pepe para que entienda ya de una vez la selección natural



Amigo Pepe,

Por fin he encontrado algunas definiciones de la selección natural y así ya voy a poder estar pronto en condiciones de discutir con los darwinistas quienes, a menudo, me vienen acusando de no entender nada; o sea que,...... me temo que pronto abandonaré el grupo de cuatro malpensantes y me convertiré a la religión darwinista, la única verdadera.
Ya he comenzado hoy mismo mi medicación para curarme de pensar que la teoría de evolución por selección natural sea una tautología, porque en el libro “Evolución”, de los autores Theodosius Dobzhansky, Franciso J Ayala, George Ledyard Stebbins y James W Valentine, publicado en su versión original (en inglés) por Freeman en SanFrancisco (1977) y después por Omega en Barcelona (1980) se pueden leer las siguientes píldoras:

Selección Natural. Píldora 1: La idea consiste básicamente en que los individuos sanos y vigorosos tienen una mayor probabilidad de sobrevivir y dejar descendencia que los enfermos y endebles.
Esto, ejem....., esto nos evita la necedad de seguir leyendo este u otros libros. Lo importante es que crezcamos todos sanos y vigorosos. Por eso he visto yo por ahí propagandas de platos de jamón.
Selección Natural. Píldora 2: Darwin y Wallace consideraron a la selección natural, es decir, la supervivencia y reproducción diferencial de los organismos, como el principal agente director del cambio evolutivo.
Supervivencia y reproducción diferencial de los organismos. No hay más misterio.
Selección Natural. Píldora 3 (ya casí al final del libro, como atando cabos):
Según la teoría de la evolución explicada en este libro, la selección natural es el proceso responsable de las adaptaciones de los organismos y también el principal proceso que provoca el cambio evolutivo. El principio de la selección natural, junto con algunas hipótesis subsidiarias, generalmente bien corroboradas (tales como la teoría mendeliana de la herencia), puede explicar gran número de fenómenos del mundo animado, tal como la diversidad de los organismo, el cambio gradual de los mismos a través del tiempo y sus notables adaptaciones al ambiente. La teoría de la evolución es la teoría biológica más amplia.
La primera píldora la tomo por la mañana, en ayunas. La segunda al mediodía. Esta tercera píldora antes de tomármela la voy a leer un par de veces más no sea que se me indigeste. Les aconsejo hacer lo mismo. Todo ello lo comentaré más despacio otro día, suponiendo que no me haya curado y siga sin convertirme a la religión darwinista.

Nota final: Fíjese Pepe en la subsidiariedad de la teoría mendeliana de la herencia, o sea cómo una teoría sólida y bien fundada puede ser tomada como subsidiaria del dogma cuando conviene.
Estoy ansioso por continuar mi tratamiento y espero que las píldoras me hagan efecto. Seguro que entonces podré ponerme a escribir sin freno en las editoriales de mayor prestigio en lugar de hacerlo en blogs cochambrosos.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Lista actualizada de Firmas en apoyo del Manifiesto por una Biología del siglo XXI




Publico aquí la lista actualizada de Firmas en apoyo del Manifiesto por una Biología del siglo XXI.


El Manifiesto original se encuentra en esta entrada del blog Crimentales. Por favor, compruebe que su nombre y filiación es correcta e indique cualquier otra información que desee añadir.


A fecha de hoy (martes, veintiocho de abril de 2009) está apoyado por setenta y un firmantes:


Mauricio Abdalla, Profesor de filosofía de las ciencias, Universidade Federal do Espírito Santo, Brasil

Arcadio Agudelo Hernández Médico Cirujano UNAM (México)

Guillermo Agudelo Murguía, Director del Instituto de Investigación sobre la Evolución Humana, A.C. (México)

Borja Alarcón Estudiante de 5º Curso de Biología

Isabel Aler Gay, Dpto. Sociología de la Universidad de Sevilla

Djordje Bajic, Serbia, Estudiante 4º curso de bioquímica

Abel Barral Estudiante de 5º Curso de Biología

José María Barrasa Departamento de Biología Vegetal, Facultad de Biología, Universidad de Alcalá, Alcalá de Henares, Madrid

Juan Barrero Estudiante de 5º Curso de Biología

Maria Bautista Estudiante de 5º Curso de Biología

Maria Jesús Blázquez, Profesora de biología de Enseñanza Secundaria, Zaragoza

Pedro Burruezo, redactor jefe de The Ecologist en español

Daniel Cabeza Gras, doctor en informática, creador web y facilitador de Biodanza

Walter Cantero Becario Tercer Ciclo UAM

Sofia Carbajosa Estudiante de 5º Curso de Biología

Pedro del Castillo, Doctor en biología celular y profesor contratado depto. Biología UAM

Emilio Cervantes, Investigador IRNASA CSIC Salamanca

Colectivo Replantear el SIDA

Ana Isabel del Cueto Ginzo, Doctorando INIA

Antonio Chamorro Cristóbal, Estudiante de Maestría en Agricultura Ecológica, Wageningen University

Maria Domínguez Estudiante de 5º Curso de Biología

Eduardo García Estudiante de 5º Curso de Biología

Bárbara García-López Estudiante de 5º Curso de Biología

José María Gómez Durán Ayudante de laboratorio del INIA, Madrid

Armando González Martín, Profesor asociado, Comisión Docente de Antropología Física, Depto. Biología UAM

Claudine Gracía Liechti 3º de Biología

Mirta Grimaldi, Doctora en Biología quimica, Buenos Aires, Argentina

Juana Gutiérrez de Diego. Profesora Titular. Depto de Bioquímica y Biología Molecular. Universidad de Salamanca.

Rosa Haynes del Pino. Los Verdes.

Daniel Heredia Estudiante de 5º Curso de Biología

Guillermo Herrán Estudiante de 5º Curso de Biología

Silvia Herrero Estudiante de 5º Curso de Biología

Miguel Iniesto Estudiante de 5º Curso de Biología

Sheila Jordan Estudiante de 5º Curso de Biología

Alberto Jorge Estudiante de 5º Curso de Biología

Marta Lapuente Estudiante de 5º Curso de Biología

Estíbaliz López Hermoso, Estudiante 5º curso de biología UAH

Antonio López Jiménez. Licenciado en Ciencias Biológicas. Profesor interino de Secundaria

Antonio López Martínez, Licenciado biología UM y profesor interino de secundaria

María Losada Personal investigador en formación (PIF) UAM

Celia Martín Estudiante de 5º Curso de Biología

Nereida Melguizo Estudiante de 5º Curso de Biología

Daniel Mencía, Diplomado biología UAM

Raúl Mora, Veterinario y naturalista, Murcia

Enrique Moreno Díaz, Licenciado biología UAM

Francisco Navas Estudiante de 5º Curso de Biología

Tomás Narros Fernández, Licenciado biología UAM

Jon Ortega, Doctorando UM (Depto. de Zoología y Antropología física)

Juan Manuel Ortega Legazpi Medico Cirujano Doctorando en Ciencias UNAM (México)

Elisa Oteros Becaria de Tercer Ciclo UAM

Marcos Palomino Quintana. Estudiante de 5º de biología. Madrid.

Daniel Pardo Maroño, Estudiante 5º curso de biología

Helena Pascual Borrás. 4º de Biología

Anahí Peirotén Herrero, Licenciada biología UAM

Luis Javier Pérez Hinojosa. Estudiante de 3ºde Biología de la Universidad de Granada

Oscar Luís Prada Campaña, Fundación Félix Rodríguez de la Fuente

Casilda Rodrigáñez, escritora, Murcia

Francisco David Rodríguez. Profesor Titular. Depto de Bioquímica y Biología Molecular. Universidad de Salamanca

María Rodríguez Aburto. Lic. en Biología, Universidad Autónoma de Madrid

Javier Royo, Veterinario y naturalista, Murcia

Javier Sánchez, Estudiante de 5º Curso de Biología UM

Alfonso Sánchez Díaz. Licenciado en biología. Universidad Autónoma de Madrid

Carlos Sánchez Giménez, Licenciado en Biología, Universidad Autónoma de Madrid

Máximo Sandín Doctor en Antropología Física y Profesor Depto. Biología UAM

Marta Sanmillán Estudiante de 5º Curso de Biología

Arturo Sastre Estudiante de 5º Curso de Biología

Daniel Omar Stchigel, Doctor en Filosofía, Buenos Aires, Argentina

Rodrigo Suárez, Doctorando Universidad de Chile

Zulema Udaondo Estudiante de 5º Curso de Biología

Sara Villen Estudiante de 5º Curso de Biología

Almudena Zaragoza Estudiante de 5º Curso de Biología