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viernes, 21 de diciembre de 2012

El catecismo darwinista resumido en el nonagésimo cuarto párrafo de El Origen de las Especies: dos preguntas

Primera pregunta: ¿Qué querrá decir el autor cuando dice “puede decirse”?   A- Que algo es cierto B- Que algo es falso pero puede decirse porque es útil decirlo C- Que algo es falso e inútil pero igualmente puede decirse, puesto que todo puede decirse salvo lo inefable.   Así cuando dice:   puede decirse que están esforzándose hasta el extremo por aumentar en número   Personalmente no conozco ningún caso que pueda apoyar tal afirmación.   Segunda pregunta: ¿Explica o, tan siquiera tiene algo que ver, la proliferación de las poblaciones con el proceso de transformación de las especies?   Las falacias abundan en OSMNS. El estilo ambiguo sólo aporta confusión a la ciencia. Ejemplos semejantes de uso lamentable del lenguaje se ponen de manifiesto en una entrada reciente del blog Universo Invisible.   94. In looking at Nature, it is most necessary to keep the foregoing considerations always in mind—never to forget that every single organic being may be said to be striving to the utmost to increase in numbers; that each lives by a struggle at some period of its life; that heavy destruction inevitably falls either on the young or old during each generation or at recurrent intervals. Lighten any check, mitigate the destruction ever so little, and the number of the species will almost instantaneously increase to any amount.   Al contemplar la Naturaleza es muy necesario tener siempre presente las consideraciones precedentes; no olvidar que todos y cada uno de los seres orgánicos puede decirse que están esforzándose hasta el extremo por aumentar en número, que cada uno vive merced a una lucha en algún período de su vida; que inevitablemente los jóvenes o los adultos, durante cada generación o repitiéndose a intervalos, padecen importante destrucción. Disminúyase cualquier obstáculo, mitíguese la destrucción, aunque sea poquísimo, y el número de individuos de la especie crecerá casi instantáneamente hasta cualquier cantidad

jueves, 20 de diciembre de 2012

El número de huevos de la mosca en el párrafo nonagésimo tercero de El Origen de las Especies

 

Efectivamente, el número de indivíduos de una especie no depende sólo del número de huevos.

 

93.

The only difference between organisms which annually produce eggs or seeds by the thousand, and those which produce extremely few, is, that the slow breeders would require a few more years to people, under favourable conditions, a whole district, let it be ever so large. The condor lays a couple of eggs and the ostrich a score, and yet in the same country the condor may be the more numerous of the two. The Fulmar petrel lays but one egg, yet it is believed to be the most numerous bird in the world. One fly deposits hundreds of eggs, and another, like the hippobosca, a single one. But this difference does not determine how many individuals of the two species can be supported in a district. A large number of eggs is of some importance to those species which depend on a fluctuating amount of food, for it allows them rapidly to increase in number. But the real importance of a large number of eggs or seeds is to make up for much destruction at some period of life; and this period in the great majority of cases is an early one. If an animal can in any way protect its own eggs or young, a small number may be produced, and yet the average stock be fully kept up; but if many eggs or young are destroyed, many must be produced or the species will become extinct. It would suffice to keep up the full number of a tree, which lived on an average for a thousand years, if a single seed were produced once in a thousand years, supposing that this seed were never destroyed and could be ensured to germinate in a fitting place; so that, in all cases, the average number of any animal or plant depends only indirectly on the number of its eggs or seeds.

 

La sola diferencia entre los organismos que anualmente producen huevos y semillas por millares y los que producen muy pocos es que los que crían lentamente requerirían algunos años más para poblar en condiciones favorables un distrito entero, aunque fuese grandísimo. El cóndor pone un par de huevos, y el avestruz de América una veintena, y, sin embargo, en el mismo país, el cóndor puede ser el más numeroso de los dos; el petrel, Fulmarus glacialis, no pone más que un huevo, y, no obstante, se cree que es el ave más numerosa del mundo. Una especie de mosca deposita centenares de huevos, y otra, como la Hippobosca, uno solo; pero esta diferencia no determina cuántos individuos de la misma especie pueden mantenerse en una comarca. Un gran número de huevos tiene alguna importancia para las especies que dependen de una cantidad variable de comida, pues esto les permite aumentar rápidamente en número; pero la verdadera importancia de un gran número de huevos o semillas es compensar la mucha destrucción en algún período de la vida, y este período, en la gran mayoría de los casos, es un período temprano. Si un animal puede de algún modo proteger sus propios huevos y crías, pueden producirse un corto número, y, sin embargo, el promedio de población puede mantenerse perfectamente; pero si son destruidos muchos huevos y crías, tienen que producirse muchos, o la especie acabará por extinguirse. Para mantener el número completo de individuos de una especie de árbol que viviese un promedio de mil años sería suficiente el que se produjese una sola semilla una vez cada mil años, suponiendo que esta semilla no fuese nunca destruida y que tuviese seguridad de germinar en un lugar adecuado. Así, pues, en todos los casos el promedio de un animal o planta depende sólo indirectamente de sus huevos o semillas.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Equilibrio entre proliferación y destrucción: todo en orden en el párrafo nonagésimo segundo de El Origen de las Especies

En el párrafo nonagésimo veíamos que todo es lucha y destrucción. En el nonagésimo primero se nos presentaba la otra cara de la moneda con ejemplos de animales y vegetales que pueden proliferar enormemente cuando las condiciones son favorables. Ahora llega el momento del equilibrio: Producir semillas, aparearse anualmente. Crecer, multiplicarse y no preocuparse porque algo, un poco, tal vez lo justo de destrucción vendrá a poner las cosas en su justo término. Un poco de charlatanería para descansar del estilo autoritario.

 

 

92.

In a state of nature almost every full-grown plant annually produces seed, and among animals there are very few which do not annually pair. Hence we may confidently assert that all plants and animals are tending to increase at a geometrical ratio—that all would rapidly stock every station in which they could any how exist, and that this geometrical tendency to increase must be checked by destruction at some period of life. Our familiarity with the larger domestic animals tends, I think, to mislead us; we see no great destruction falling on them, and we do not keep in mind that thousands are annually slaughtered for food, and that in a state of nature an equal number would have somehow to be disposed of.

 

En estado natural, casi todas las plantas, una vez desarrolladas, producen semillas cada año, y entre los animales son muy pocos los que no se aparean anualmente. Por lo cual podemos afirmar confiadamente que todas las plantas y animales tienden a aumentar en progresión geométrica, que todos poblarían con rapidez cualquier sitio en el cual puedan existir de algún modo, y que esta tendencia geométrica al aumento ha de ser contrarrestada por la destrucción en algún período de la vida. El estar familiarizados con los grandes animales domésticos tiende, creo yo, a despistarnos; vemos que no hay en ellos gran destrucción, pero no tenemos presente que anualmente se matan millares de ellos para alimento, y que en estado natural un número igual tendría que invertirse de algún modo.

   

martes, 18 de diciembre de 2012

En condiciones favorables los seres vivos se reproducen con alegría en el párrafo nonagésimo primero de El Origen de las Especies



Pero no todo va a ser lucha despiadada, la tautología tiene también su lado bueno y así cuando las condiciones sean favorables, serán más los que sobrevivan:

The obvious explanation is that the conditions of life have been highly favourable, and that there has consequently been less destruction of the old and young and that nearly all the young have been enabled to breed. Their geometrical ratio of increase, the result of which never fails to be surprising, simply explains their extraordinarily rapid increase and wide diffusion in their new homes.
La explicación evidente es que las condiciones de vida han sido sumamente favorables y que, a consecuencia de ello, ha habido menos destrucción de adultos y jóvenes, y que casi todos los jóvenes han podido criar. Su progresión geométrica de aumento -cuyo resultado nunca deja de sorprender- explica sencillamente su aumento extraordinariamente rápido y la amplia difusión en la nueva patria.

En este caso la explicación es evidente, dice el autor. Evidente, sí. Empero, de ningún valor para explicar el Origen de las Especies.

91.
But we have better evidence on this subject than mere theoretical calculations, namely, the numerous recorded cases of the astonishingly rapid increase of various animals in a state of nature, when circumstances have been favourable to them during two or three following seasons. Still more striking is the evidence from our domestic animals of many kinds which have run wild in several parts of the world; if the statements of the rate of increase of slow-breeding cattle and horses in South America, and latterly in Australia, had not been well authenticated, they would have been incredible. So it is with plants; cases could be given of introduced plants which have become common throughout whole islands in a period of less than ten years. Several of the plants, such as the cardoon and a tall thistle, which are now the commonest over the wide plains of La Plata, clothing square leagues of surface almost to the exclusion of every other plant, have been introduced from Europe; and there are plants which now range in India, as I hear from Dr. Falconer, from Cape Comorin to the Himalaya, which have been imported from America since its discovery. In such cases, and endless others could be given, no one supposes that the fertility of the animals or plants has been suddenly and temporarily increased in any sensible degree. The obvious explanation is that the conditions of life have been highly favourable, and that there has consequently been less destruction of the old and young and that nearly all the young have been enabled to breed. Their geometrical ratio of increase, the result of which never fails to be surprising, simply explains their extraordinarily rapid increase and wide diffusion in their new homes.

Pero sobre esta materia tenemos pruebas mejores que los cálculos puramente teóricos, y son los numerosos casos registrados de aumento asombrosamente rápido de varios animales en estado salvaje cuando las circunstancias han sido favorables para ellos durante dos o tres años consecutivos. Todavía más sorprendente es la prueba de los animales domésticos de muchas clases que se han hecho salvajes en diversas partes del mundo; los datos sobre la rapidez del aumento en América del Sur, y últimamente en Australia, de los caballos y ganado vacuno -animales tan lentos en reproducirse- no habrían sido creíbles si no hubiesen estado muy satisfactoriamente autorizados. Lo mismo ocurre con las plantas; podrían citarse casos de plantas introducidas que han llegado a ser comunes en islas enteras en un período de menos de diez años. Algunas de estas plantas, tales como el cardo común y un cardo alto, que son actualmente comunísimas en las vastas llanuras de La Plata, cubriendo leguas cuadradas casi con exclusión de toda otra planta, han sido introducidas de Europa, y hay plantas que, según me dice el doctor Falconer, se extienden actualmente en la India desde el cabo Comorín hasta el Himalaya, las cuales han sido importadas de América después de su descubrimiento. En estos casos -y podrían citarse otros infinitos- nadie supone que la fecundidad de animales y plantas haya aumentado súbita y transitoriamente en grado sensible. La explicación evidente es que las condiciones de vida han sido sumamente favorables y que, a consecuencia de ello, ha habido menos destrucción de adultos y jóvenes, y que casi todos los jóvenes han podido criar. Su progresión geométrica de aumento -cuyo resultado nunca deja de sorprender- explica sencillamente su aumento extraordinariamente rápido y la amplia difusión en la nueva patria.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Un poco de Ciencia Ficción en el párrafo nonagésimo de El Origen de las Especies

¿En qué mundo extraño puede vivir el autor de éste párrafo? ¿Qué ideas, estructuras, parámetros magnitudes utilizará para entender y, lo que es más complicado y comprometido, explicar la aparición de una especie en la naturaleza?, ¿Será posible emplear exactamente los mismos términos y conceptos que para describir una pelea callejera entre bandas rivales? Contra todo pronóstico, sí.

90.
There is no exception to the rule that every organic being naturally increases at so high a rate, that, if not destroyed, the earth would soon be covered by the progeny of a single pair. Even slow-breeding man has doubled in twenty-five years, and at this rate, in less than a thousand years, there would literally not be standing room for his progeny. Linnaeus has calculated that if an annual plant produced only two seeds—and there is no plant so unproductive as this—and their seedlings next year produced two, and so on, then in twenty years there would be a million plants. The elephant is reckoned the slowest breeder of all known animals, and I have taken some pains to estimate its probable minimum rate of natural increase; it will be safest to assume that it begins breeding when thirty years old, and goes on breeding till ninety years old, bringing forth six young in the interval, and surviving till one hundred years old; if this be so, after a period of from 740 to 750 years there would be nearly nineteen million elephants alive descended from the first pair.

No existe excepción de la regla de que todo ser orgánico aumenta naturalmente en progresión tan alta y rápida, que, si no es destruido, estaría pronto cubierta la tierra por la descendencia de una sola pareja. Aun el hombre, que es lento en reproducirse, se ha duplicado en veinticinco años, y, según esta progresión, en menos de mil años, su descendencia no tendría literalmente sitio para estar en pie. Linneo ha calculado que si una planta anual produce tan sólo dos semillas -y no hay planta tan poco fecunda- y las plantitas salidas de ellas producen en el año siguiente dos, y así sucesivamente, a los treinta años habría un millón de plantas. El elefante es considerado como el animal que se reproduce más despacio de todos los conocidos, y me he tomado el trabajo de calcular la progresión mínima probable de su aumento natural; será lo más seguro admitir que empieza a criar a los treinta años, y que continúa criando hasta los noventa, produciendo en este intervalo seis hijos, y que sobrevive hasta los cien años; y siendo así, después de un período de 740 a 750 años habría aproximadamente diez y nueve millones de elefantes vivos descendientes de la primera pareja.
   

domingo, 16 de diciembre de 2012

Not quite scientific: Bienvenido Mr Malthus en el párrafo octogésimo nono de El Origen de las Especies

Comienza ahora la sección titulada GEOMETRICAL RATIO OF INCREASE Progresión geométrica del aumento, que durará seis párrafos. Su leit motif es la triste visión social del clérigo Malthus, pregonero mayor de la dismal science que recibe ahora una celebrada bienvenida en OSMNS:   A struggle for existence inevitably follows from the high rate at which all organic beings tend to increase.   Algo en lo que uno puede creer o no creer, que a uno puede gustarle o no como metáfora, pero algo que, en cualquier caso no ayuda en lo más mínimo a comprender la formación de las especies. Comienza este párrafo:   De la rápida progresión en que tienden a aumentar todos los seres orgánicos resulta inevitablemente una lucha por la existencia.   El panorama es ciertamente angustioso y es que esa podría ser una finalidad compartida por los escritos de Malthus y de Darwin: generar un estado angustioso.   No podemos quejarnos, empero por no tener magnitud para medir o contar. Podemos contar tanto el número de seres, como el número de huevos o de semillas. Todos tienden a crecer. Afortunadamente, la dama de la guadaña viene a poner término a tan descabellada proliferación. No todos los que podamos contar, permanecerán indefinidamente. Sólo los mejores sobrevivirán. Es decir, quienes tengan que sobrevivir, sobrevivirán; los demás no. Nos encontramos fuera del terreno científico en el puro terreno de la fantasía lingüística y la especulación dogmática. Un terreno de grandes perspectivas cuando el mundo esté dominado por intereses que incluyen generar confusión para obtener el control (binomio Con-Con). Nos encontramos frente a uno de los mejores ejemplos de la escritura autoritaria.   89. A struggle for existence inevitably follows from the high rate at which all organic beings tend to increase. Every being, which during its natural lifetime produces several eggs or seeds, must suffer destruction during some period of its life, and during some season or occasional year, otherwise, on the principle of geometrical increase, its numbers would quickly become so inordinately great that no country could support the product. Hence, as more individuals are produced than can possibly survive, there must in every case be a struggle for existence, either one individual with another of the same species, or with the individuals of distinct species, or with the physical conditions of life. It is the doctrine of Malthus applied with manifold force to the whole animal and vegetable kingdoms; for in this case there can be no artificial increase of food, and no prudential restraint from marriage. Although some species may be now increasing, more or less rapidly, in numbers, all cannot do so, for the world would not hold them.     De la rápida progresión en que tienden a aumentar todos los seres orgánicos resulta inevitablemente una lucha por la existencia. Todo ser que durante el curso natural de su vida produce varios huevos o semillas tiene que sufrir destrucción durante algún período de su vida, o durante alguna estación, o de vez en cuando en algún año, pues, de otro modo, según el principio de la progresión geométrica, su número sería pronto tan extraordinariamente grande, que ningún país podría mantener el producto. De aquí que, como se producen más individuos que los que pueden sobrevivir, tiene que haber en cada caso una lucha por la existencia, ya de un individuo con otro de su misma especie o con individuos de especies distintas, ya con las condiciones físicas de vida. Esta es la doctrina de Malthus, aplicada con doble motivo, al conjunto de los reinos animal y vegetal, pues en este caso no puede haber ningún aumento artificial de alimentos, ni ninguna limitación prudente por el matrimonio. Aunque algunas especies puedan estar aumentando numéricamente en la actualidad con más o menos rapidez, no pueden hacerlo todas, pues no cubrían en el mundo.        

sábado, 15 de diciembre de 2012

Metáforas como perros en tiempo de escasez en el párrafo octogésimo octavo de El Origen de las Especies

El párrafo pertenece al apartado titulado La expresión «lucha por la existencia» se usa en sentido amplio y es que, al autor, le gusta utilizar sus expresiones en el más amplio sentido posible. Así nunca se pilla los dedos porque sólo así, mediante esta técnica de la mayor imprecisión y de una ambigüedad anti-científica consigue el autor extensos desarrollos que sólo aportan confusión. Así el autor continúa viendo lucha por todas partes. Entre los perros, entre las plantas,… Por ejemplo,..¿Qué quiere decir el autor cuando dice lo siguiente: I should premise that I use this term in a large and metaphorical sense, including dependence of one being on another, and including (which is more important) not only the life of the individual, but success in leaving progeny.   Debo advertir ante todo que uso esta expresión en un sentido amplio y metafórico, que incluye la dependencia de un ser respecto, de otro y -lo que es más importante- incluye no sólo la vida del individuo, sino también el éxito al dejar descendencia.   ¿Acaso es lo mismo la vida que la vida de la progenie? Qué significa el éxito de un individuo en la lucha por la vida? ¿Qué vive muchos años?, ¿Qué tiene muchos hijos? ¿Qué tiene muchos hijos que viven muchos años? El éxito de su progenie. El autor ha salido sin remisión fuera del terreno de la ciencia ,…. Y es que… Está bien que se utilice una expresión metafórica. De acuerdo, Pero por muy metafórica que sea ha de tener un significado. ¿Qué significa, entonces, struggle for existence?   Porque si puede ser cierto el hecho sin importancia de que dos perros luchen en tiempo de escasez, esto otro parece algo más difícil de ver y raro:   But a plant on the edge of a desert is said to struggle for life against the drought, though more properly it should be said to be dependent on the moisture.   ¿Con quién lucharía esa solitaria planta del desierto? ¿Alguien ha visto luchar entre sí a dos plantas?   Lo siguiente es falso:   A plant which annually produces a thousand seeds, of which only one of an average comes to maturity, may be more truly said to struggle with the plants of the same and other kinds which already clothe the ground. De una planta que produce anualmente un millar de semillas, de las que, por término medio, sólo una llega a completo desarrollo, puede decirse, con más exactitud, que lucha con las plantas de la misma clase o de otras que ya cubrían el suelo Tampoco es correcto lo siguiente: As the mistletoe is disseminated by birds, its existence depends on them; and it may metaphorically be said to struggle with other fruit-bearing plants, in tempting the birds to devour and thus disseminate its seeds. Como el muérdago es diseminado por los pájaros, su existencia depende de ellos, y puede decirse metafóricamente que lucha con otras plantas frutales, tentando a los pájaros a tragar y diseminar de este modo sus semillas. El muérdago no lucha de ninguna manera. Tampoco metafóricamente. No puede decirse de una planta que luche. Ni con las de al misma clase ni con otras. Las plantas no luchan. Las semillas tampoco. La mayoría de las veces, los perros tampoco.   El autor debería saber que no es lícito utilizar términos inexactos por su propia conveniencia. En caso de necesidad, debería también definir en qué consiste dicha conveniencia:   In these several senses, which pass into each other, I use for convenience sake the general term of Struggle for Existence. En estos varios sentidos, que pasan insensiblemente de uno a otro, empleo por razón de conveniencia la expresión general lucha por la existencia.           88. I should premise that I use this term in a large and metaphorical sense, including dependence of one being on another, and including (which is more important) not only the life of the individual, but success in leaving progeny. Two canine animals, in a time of dearth, may be truly said to struggle with each other which shall get food and live. But a plant on the edge of a desert is said to struggle for life against the drought, though more properly it should be said to be dependent on the moisture. A plant which annually produces a thousand seeds, of which only one of an average comes to maturity, may be more truly said to struggle with the plants of the same and other kinds which already clothe the ground. The mistletoe is dependent on the apple and a few other trees, but can only in a far-fetched sense be said to struggle with these trees, for, if too many of these parasites grow on the same tree, it languishes and dies. But several seedling mistletoes, growing close together on the same branch, may more truly be said to struggle with each other. As the mistletoe is disseminated by birds, its existence depends on them; and it may metaphorically be said to struggle with other fruit-bearing plants, in tempting the birds to devour and thus disseminate its seeds. In these several senses, which pass into each other, I use for convenience sake the general term of Struggle for Existence.   88. Debo advertir ante todo que uso esta expresión en un sentido amplio y metafórico, que incluye la dependencia de un ser respecto, de otro y -lo que es más importante- incluye no sólo la vida del individuo, sino también el éxito al dejar descendencia. De dos cánidos, en tiempo de hambre, puede decirse verdaderamente que luchan entre sí por cuál conseguirá comer o vivir; pero de una planta en el límite de un desierto se dice que lucha por la vida contra la sequedad, aunque más propio sería decir que depende de la humedad. De una planta que produce anualmente un millar de semillas, de las que, por término medio, sólo una llega a completo desarrollo, puede decirse, con más exactitud, que lucha con las plantas de la misma clase o de otras que ya cubrían el suelo. El muérdago depende del manzano y de algunos otros árboles; mas sólo en un sentido muy amplio puede decirse que lucha con estos árboles, pues si sobre un mismo árbol crecen demasiados parásitos de éstos, se extenúa y muere; pero de varias plantitas de muérdago que crecen muy juntas sobre la misma rama puede decirse con más exactitud que luchan mutuamente. Como el muérdago es diseminado por los pájaros, su existencia depende de ellos, y puede decirse metafóricamente que lucha con otras plantas frutales, tentando a los pájaros a tragar y diseminar de este modo sus semillas. En estos varios sentidos, que pasan insensiblemente de uno a otro, empleo por razón de conveniencia la expresión general lucha por la existencia.        

viernes, 14 de diciembre de 2012

El autor presume de haberse inspirado en de Candolle y Lyell mientras pierde el hilo de la ciencia y promete trabajos futuros en un tema yermo en el párrafo octogésimo séptimo de El Origen de las Especies

Dice el autor:   The elder De Candolle and Lyell have largely and philosophically shown that all organic beings are exposed to severe competition.   Pero,…¿en dónde han mostrado De Candolle and Lyell esto?   ¿En dónde lo ha publicado W. Herbert, el Dean of Manchester en relación con las plantas?   En ninguna parte . Ni libro, ni artículo científico digno de consideración, contiene tal afirmación en relación con la formación de nuevas especies, hasta que esto convino al poder representado por determinadas autoridades.   ¿Qué misterio insondable encierra la frase siguiente?:   Nothing is easier than to admit in words the truth of the universal struggle for life, or more difficult—at least I found it so—than constantly to bear this conclusion in mind.   Nada más fácil que admitir de palabra la verdad de la lucha universal por la vida, ni más difícil -por lo menos, así lo he experimentado yo- que tener siempre presente esta conclusión   Palabras que son más propias de un gurú que de un científico. La escritura autoritaria en estado puro.   La lucha por la vida como principio en la ciencia de la vida. La dismal science (ciencia desastrosa o economía maltusiana) invadiendo los terrenos de la scientia amabilis (botánica). Si a alguien tenía que haber citado el autor no era a de Candolle ni a Lyell. No. Ningún científico habría tomado en serio semejante principio metafísico. A quien tenía que haber citado el autor es a Heráclito: Polemos, el combate, padre de todas las cosas, y rey que gobierna lo que existe. Como tal, es universal. Aunque no todo el mundo fuese de la misma opinión. Porque ahora ya no estamos hablando de magnitudes y de ciencia, sino de puntos de vista y opiniones. De obediencia a una norma.   87. We will now discuss in a little more detail the struggle for existence. In my future work this subject will be treated, as it well deserves, at greater length. The elder De Candolle and Lyell have largely and philosophically shown that all organic beings are exposed to severe competition. In regard to plants, no one has treated this subject with more spirit and ability than W. Herbert, Dean of Manchester, evidently the result of his great horticultural knowledge. Nothing is easier than to admit in words the truth of the universal struggle for life, or more difficult—at least I found it so—than constantly to bear this conclusion in mind. Yet unless it be thoroughly engrained in the mind, the whole economy of nature, with every fact on distribution, rarity, abundance, extinction, and variation, will be dimly seen or quite misunderstood. We behold the face of nature bright with gladness, we often see superabundance of food; we do not see or we forget that the birds which are idly singing round us mostly live on insects or seeds, and are thus constantly destroying life; or we forget how largely these songsters, or their eggs, or their nestlings, are destroyed by birds and beasts of prey; we do not always bear in mind, that, though food may be now superabundant, it is not so at all seasons of each recurring year. Discutiremos ahora, con algo más de detalle, la lucha por la existencia; en mi obra futura este asunto será tratado, como bien lo merece, con mayor extensión. Aug. P. de Candolle y Lyell han expuesto amplia y filosóficamente que todos los seres orgánicos están sujetos a rigurosa competencia. Por lo que se refiere a las plantas, nadie ha tratado este asunto con mayor energía y capacidad que W. Herbert, deán de Manchester; lo que, evidentemente, es resultado de su gran conocimiento en horticultura. Nada más fácil que admitir de palabra la verdad de la lucha universal por la vida, ni más difícil -por lo menos, así lo he experimentado yo- que tener siempre presente esta conclusión; y, sin embargo, si no se fija por completo en la mente la economía entera de la naturaleza, con todos los hechos de distribución, rareza, abundancia, extinción y variación, serán vistos confusamente o serán por completo mal comprendidos. Contemplamos la faz de la naturaleza resplandeciente de alegría, vemos a menudo superabundancia de alimentos; pero no vemos, u olvidamos, que los pájaros que cantan ociosos a nuestro alrededor viven en su mayor parte de insectos o semillas y están así constantemente destruyendo vida; olvidamos con qué abundancia son destruidos estos cantores, sus huevos y sus polluelos por las aves y mamíferos rapaces; no siempre tenemos presente que, aun cuando el alimento puede ser en este momento muy sobrado, no ocurre esto así en todas las estaciones de cada uno de los años sucesivos.            

jueves, 13 de diciembre de 2012

Abunda el autor en sus argumentos desarrollando conclusiones a partir de premisas sin demostrar en el párrafo octogésimo sexto de El Origen de las Especies


El autor se ha creído que, efectivamente, las adaptaciones son el resultado de la lucha y entra en una espiral de verbosidad creciente sin reflexión. A partir de tal creencia ya no hay retorno posible. Esta será la base de toda argumentación posterior. Puestos en ruta, una fe firme nos obliga a seguir adelante por tan ruinoso camino. Cualquier variación ventajosa, mantendrá vivo al portador y le hará que tenga más descendencia. Así la variación crecerá y, poco a poco, paso a paso dará lugar a la adaptación. Pero,…. ¿Dispone el autor de alguna prueba? algún ejemplo que muestre que esto ha dado lugar en la naturaleza a una especie nueva? Lamentablemente No. O mejor dicho, sí. Todo prueba que la tautología es verdadera. Como tal tautología, gira, sí, más no avanza, y la ciencia debe ser avance y no vueltas.
Atrevidamente afirma el autor:

I have called this principle, by which each slight variation, if useful, is preserved, by the term natural selection, in order to mark its relation to man's power of selection.
Y parece olvidarse ahí que él mismo, que confunde constantemente selección con mejora había comparado la importancia de la selección frente a la naturaleza del organismo con la que tiene la chispa en relación al combustible al producirse un fuego.

Efectivamente, escaso es el poder de Mejora Genética en manos del hombre si en la especie no hay una disposición a la mejora (Variación, heredabilidad,…..).


we clearly see that the nature of the conditions is of subordinate importance in comparison with the nature of the organism in determining each particular form of variation; perhaps of not more importance than the nature of the spark, by which a mass of combustible matter is ignited, has in determining the nature of the flames.
Vemos con claridad que el tipo de condiciones es de importancia secundaria en comparación a la naturaleza del organismo en la determinación de cada forma particular de variación, quizás de no más importancia que la naturaleza de la chispa, por la que se encendió una masa de materia combustible , al determinar la naturaleza de las llamas.

El poder de selección humano es limitado por la naturaleza, pero es que en la naturaleza no hay selección alguna, como tampoco hay mejora detectable ni cuantificable.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Resumen de una tautología en el párrafo octogésimo quinto de El Origen de las Especies

  El capítulo tercero de OSMNS comprende los párrafos octogésimo quinto a ciento undécimo y lleva el curioso título de Struggle for existence, lucha por la existencia,…Pero ¿Acaso alguien o algo debe su existencia a algún tipo de lucha? Puede, ......pero en todo caso parece visión más poética (o política), que científica. ¿Es el de lucha un concepto nuevo? No. Ya Heráclito hablaba del Polemos, como principio de la vida, una idea que por un lado pronto encuentra oposición pero eso es lo de menos. La cuestión estriba en que el planteamiento no es científico. Antes de leer el párrafo conviene volver a leer lo que decía el autor en la introducción a su obra:   This abstract, which I now publish, must necessarily be imperfect. I cannot here give references and authorities for my several statements; and I must trust to the reader reposing some confidence in my accuracy. No doubt errors may have crept in, though I hope I have always been cautious in trusting to good authorities alone. I can here give only the general conclusions at which I have arrived, with a few facts in illustration, but which, I hope, in most cases will suffice. No one can feel more sensible than I do of the necessity of hereafter publishing in detail all the facts, with references, on which my conclusions have been grounded; and I hope in a future work to do this. For I am well aware that scarcely a single point is discussed in this volume on which facts cannot be adduced, often apparently leading to conclusions directly opposite to those at which I have arrived. A fair result can be obtained only by fully stating and balancing the facts and arguments on both sides of each question; and this is here impossible. (Este resumen, que ahora (Yo) publico, debe ser necesariamente imperfecto. Yo no puedo dar aquí las referencias y las autoridades de mis varias declaraciones, y Yo tengo que confiar en que el lector depositará un poco de confianza en mi exactitud. No cabe duda de que puede haber errores, aunque Yo espero haber sido (Yo) prudente al confiar sólo en las buenas autoridades. Yo aquí sólo puedo dar las conclusiones generales a las que (Yo) he llegado, con unos pocos hechos para su ilustración, pero que, Yo espero, en la mayoría de los casos será suficiente. Nadie puede sentirse más sensato que Yo de la necesidad de publicar a continuación en detalle todos los hechos, con referencias, en que mis conclusiones se han basado, y Yo espero hacerlo en un futuro trabajo. Porque Yo soy muy consciente de que apenas un solo punto se trata en este volumen en el que no se puedan aducir hechos, a menudo que lleven aparentemente a conclusiones directamente opuestas a aquellas a las que Yo he llegado. Un resultado justo sólo puede obtenerse mediante el pleno establecimiento y equilibrio de los hechos y argumentos en ambos lados de cada cuestión, y esto es aquí imposible.)

Y en particular fijémonos en la afirmación:   No one can feel more sensible than I do of the necessity of hereafter publishing in detail all the facts, with references, on which my conclusions have been grounded; and I hope in a future work to do this. Nadie puede sentirse más sensato que yo de la necesidad de publicar a continuación en detalle todos los hechos, con referencias, en que mis conclusiones se han basado, y yo espero hacerlo en un futuro trabajo.   Porque: ¿Qué hechos con referencias apoyan la idea de la lucha en la naturaleza? Pocos. ¿Cuáles relacionados con la formación de una especie? ninguno. El autor basa su escrito en la teoría del clérigo Malthus y no en observación de hecho alguno de la naturaleza.   Presenciamos a partir de ahora un cambio de tono porque si los dos primeros capítulos estaban escritos en un tono pacífico propio del discurso de un aficionado a las granjas o un naturalista aficionado, en este tercer capítulo cambia súbitamente y del tono sosegado pasamos al autoritario, más propio del discurso tonitronante de un clérigo desde el púlpito o de una harenga militar que de un científico: Before entering on the subject of this chapter I must make a few preliminary remarks to show how the struggle for existence bears on natural selection. It has been seen in the last chapter that among organic beings in a state of nature there is some individual variability: indeed I am not aware that this has ever been disputed. It is immaterial for us whether a multitude of doubtful forms be called species or sub-species or varieties; what rank, for instance, the two or three hundred doubtful forms of British plants are entitled to hold, if the existence of any well-marked varieties be admitted. But the mere existence of individual variability and of some few well-marked varieties, though necessary as the foundation for the work, helps us but little in understanding how species arise in nature. Antes de entrar en el asunto de este capítulo debo hacer algunas observaciones preliminares para mostrar cómo la lucha por la existencia se relaciona con la selección natural. Se vio en el capítulo pasado que entre los seres orgánicos en estado natural existe alguna variabilidad individual, y, en verdad, no tengo noticia de que esto haya sido nunca discutido. Y si se admite la existencia de variedades bien marcadas, no tiene importancia para nosotros el que una multitud de formas dudosas sean llamadas especies, subespecies o variedades, ni qué categoría, por ejemplo, tengan derecho a ocupar las doscientas o trescientas formas dudosas de plantas británicas. Pero la simple existencia de variabilidad individual y de unas pocas variedades bien marcadas, aunque necesaria como fundamento para esta obra, nos ayuda poco a comprender cómo aparecen las especies en la naturaleza.   El discurso se vuelve así más sonoro y decidido. Sólo desde la autoridad emanará la respuesta a una pregunta tan importante: How have all those exquisite adaptations of one part of the organisation to another part, and to the conditions of life and of one organic being to another being, been perfected? ¿Cómo se han perfeccionado todas esas exquisitas adaptaciones de una parte de la organización a otra o a las condiciones de vida, o de un ser orgánico a otro ser orgánico? Ya veremos pronto cuál es la respuesta, de dónde proceden todas las maravillosas adaptaciones que pasmaron al propio Aristóteles……      
85. Before entering on the subject of this chapter I must make a few preliminary remarks to show how the struggle for existence bears on natural selection. It has been seen in the last chapter that among organic beings in a state of nature there is some individual variability: indeed I am not aware that this has ever been disputed. It is immaterial for us whether a multitude of doubtful forms be called species or sub-species or varieties; what rank, for instance, the two or three hundred doubtful forms of British plants are entitled to hold, if the existence of any well-marked varieties be admitted. But the mere existence of individual variability and of some few well-marked varieties, though necessary as the foundation for the work, helps us but little in understanding how species arise in nature. How have all those exquisite adaptations of one part of the organisation to another part, and to the conditions of life and of one organic being to another being, been perfected? We see these beautiful co-adaptations most plainly in the woodpecker and the mistletoe; and only a little less plainly in the humblest parasite which clings to the hairs of a quadruped or feathers of a bird; in the structure of the beetle which dives through the water; in the plumed seed which is wafted by the gentlest breeze; in short, we see beautiful adaptations everywhere and in every part of the organic world.

85. Antes de entrar en el asunto de este capítulo debo hacer algunas observaciones preliminares para mostrar cómo la lucha por la existencia se relaciona con la selección natural. Se vio en el capítulo pasado que entre los seres orgánicos en estado natural existe alguna variabilidad individual, y, en verdad, no tengo noticia de que esto haya sido nunca discutido. Y si se admite la existencia de variedades bien marcadas, no tiene importancia para nosotros el que una multitud de formas dudosas sean llamadas especies, subespecies o variedades, ni qué categoría, por ejemplo, tengan derecho a ocupar las doscientas o trescientas formas dudosas de plantas británicas. Pero la simple existencia de variabilidad individual y de unas pocas variedades bien marcadas, aunque necesaria como fundamento para esta obra, nos ayuda poco a comprender cómo aparecen las especies en la naturaleza. ¿Cómo se han perfeccionado todas esas exquisitas adaptaciones de una parte de la organización a otra o a las condiciones de vida, o de un ser orgánico a otro ser orgánico? Vemos estas hermosas adaptaciones mutuas del modo más evidente en el pájaro carpintero y en el muérdago, y sólo un poco menos claramente en el más humilde parásito que se adhiere a los pelos de un cuadrúpedo o a las plumas de un ave; en la estructura del coleóptero que bucea en el agua, en la simiente plumosa, a la que transporta la más suave brisa; en una palabra, vemos hermosas adaptaciones dondequiera y en cada una de las partes del mundo orgánico.

  Imagen: The Struggle for Survival, 2011, brush pen & ink on paper, 16.5" x 14", de William T Ayton Blog.

martes, 11 de diciembre de 2012

Antes de entrar en el asunto: Resumen del capítulo segundo de El Origen de las Especies e introducción al tercero


Para cumplir uno de sus objetivos que es restar importancia al concepto de especie,  el autor ha utilizado hasta el momento dos estrategias, una en cada uno de los dos primeros capítulos. La primera, en el capítulo primero (La variación en estado doméstico), consiste en el intento de hacer ver que las diferencias entre variedades son del mismo tipo que las diferencias entre especies. Tras algunos párrafos, el autor debe reconocer el fracaso de su argumento indicando lo que todo el mundo sabe: que todas las variedades de paloma pertenecen a la misma especie.  En el capítulo segundo el autor cambia de estrategia y muestra su empeño por demostrar que en la naturaleza hay una variación continua, precisamente lo contrario que cualquier lector atento habría deducido del primer capítulo. Para tan difícil ejercicio se extiende ampliamente el autor en la descripción de casos dudosos que pueden ser considerados como especies o variedades, antes de proceder a un meticuloso recuento que el autor promete no hacer y comentar unas tablas que dice poseer pero cuyo contenido no vemos por ningún lado. Por muchos casos dudosos que presente y datos que no presente, el concepto de especie permanece inalterable y diferente del de variedad. Queda en manos de los taxónomos definir los límites de cada especie. El autor, que no es taxónomo, se limita a agotar la paciencia del lector mediante ejemplos sin fin, falacias abundantes y de todo tipo y la mención de aquellas tablas a las que se refiere una y otra vez como “mis tablas”, cuyo contenido permanece oculto.

En un capítulo titulado “Sobre la Variación en la Naturaleza” el autor se ha olvidado por completo de describir las categorías taxonómicas, verdaderos continentes de la variación. El trabajo de describir las categorías taxonómicas se puede apreciar en la obra de algunos de sus naturalistas contemporáneos (por ejemplo Agassiz), así como en naturalistas posteriores cuya obra no ha adquirido en ningún caso la difusión de OSMNS ¿Por qué? La Ciencia realizada a conciencia es tarea ardua y difícilmente utilizable como recurso ideológico o herramienta para la manipulación de masas. Los laberintos mentales de OSMNS, por el contrario, fijan la atención en aspectos muy particulares de las cuestiones a estudiar dando como resultado una obra de ideología. Tal empeño tuvo su fruto.

En alguna medida, el autor consigue “recortar” concepto tan importante como el de Especie, de manera que la Naturaleza aparezca como algo menos misterioso y más comprensible a la razón, lo cual es el objetivo principal del Naturalismo. En definitiva, el capítulo segundo es más la exposición de una ideología (el naturalismo) que un trabajo científico. La afirmación está apoyada de momento por párrafos del libro de semiótica titulado La Estructura Ausente (Umberto Eco) que nos permite detectar en el estilo de OSMNS rasgos compartidos con otros textos ideológicos: básicamente su parcialidad, es decir cargar las tintas en aquellos contenidos que interesan olvidando los demás. El capítulo segundo de OSMNS, titulado Sobre la Variación en la Naturaleza, es pródigo en ejemplos de parcialidad. Así, no se trata de la taxonomía en general ni en particular. No se describen ni se definen las categorías taxonómicas.  No se mencionan las de Filum (Rama), Clase, Orden o Familia y apenas la de Género limitándose a describir múltiples casos de especies dudosas. Ni aún así consigue demostrar el autor que las diferencias en la naturaleza sean graduales. El concepto de especie que sobrevivió a la vaga discusión de las actividades de los granjeros en el capítulo primero, sobrevive ahora a semejante maltrato ideológico.

Tras estos dos intentos fracasados de atentar contra el concepto de especie, fundamento de la Historia Natural y base para la más elemental comprensión de la naturaleza desde hace siglos, el autor va a cambiar de tono. Fijará ahora su atención en uno de los conceptos que para él serán fundamentales: ¡Adivinen cuál!........No. No se trata de la especie, evidentemente; ni de las variedades, ni de los individuos o poblaciones. No. Tampoco se trata de género, familia, orden, clase o phyllum. Las categorías taxonómicas importan poco ahora y la variación en la naturaleza se da por vista. Tampoco se trata de estructuras, órganos, sistemas, tejidos o aparatos, mucho menos las propias células u otras posibles unidades. No, no, para nada. Tampoco el autor se fijará particularmente en función fisiológica alguna.  Nada de todo eso. ¿En qué concepto fijará ahora el autor la atención de sus pobres lectores? ¿A dónde nos llevará?

En este tercer capítulo de tan celebrada obra el autor va a describir un aspecto que él considera fundamental para comprender la transformación y el origen de las especies: La lucha. Struggle es uno de los sustantivos que más aparecen en el capítulo.

Sí, si. Han leído ustedes bien.  Habiendo fallado aquellos argumentos basados en la granja y éstos basados en su conocimiento parcial y apreciación sesgada de la variación en la naturaleza, el autor cambia de tono y se decide por describir la lucha, el combate, nada nuevo bajo el sol puesto que no se trata de otra cosa que el viejo Polemos, motor del mundo en Heráclito.

Es así el título del tercer capítulo el que viene a poner fin a la indecisión que protagoniza los dos primeros. Cansado de insistir en aquellas historias sin importancia de las granjas, y de aparentar un interés inexistente por la variación en la naturaleza, tema que desconoce y le importa bien poco, el autor va a afrontar su tarea principal: divulgar la sombría doctrina del clérigo Malthus. Entorpecer el estudio de la naturaleza con los principios de la ciencia tenebrosa, la llamada dismal Science.

Extender todo lo tétrico, lo pavoroso y lo sombrío de la dismal science por los dominios de la Historia Natural hasta donde sea posible. Este es su objetivo y a tal fin, el autor, que no es académico pero cuenta con las mejores ayudas del entorno de la prestigiosa Royal Society, va a tomar el tono autoritario y tronante que corresponde al clérigo que se expresa desde un púlpito. No podría haber sido de otra manera. El autor ha dejado de hablar en este capítulo para mentes abiertas y ahora se dirige a sus fieles, a todo aquel que quiera dejarse seducir por el tono autoritario de un lider espiritual, de un gurú. Exclusivamente. Muy difícil sería creer que el estudio de la transformación de las especies puede abordarse con estas premisas; empero la tarea está garantizada, pues en primer lugar no se dirige a un reducido auditorio académico formado por especialistas y en segundo lugar,  el autor no se encuentra solo sino muy bien apoyado.

Empero, lo escrito, escrito está y, en este caso bien publicado y divulgado. Disponible para su crítica. Afortunadamente, no uno sino varios autores nos dan una sólida base para efectuar tal labor crítica.  Así como veíamos que Umberto Eco describe las características del discurso ideológico, otros autores lo han hecho con el discurso autoritario. Veremos también en este caso si el Capítulo tercero puede representar un buen ejemplo o no de este tipo de escritura tan peculiar………….

Imagen: Struggle, de Lindsey Carr

martes, 9 de octubre de 2012

Falacias para concluir el capítulo segundo en el párrafo octogésimo cuarto de El Origen de las Especies





Indica tautológicamente el autor en este párrafo final del segundo capítulo lo siguiente:

las especies más florecientes, o especies predominantes, de los géneros mayores, dentro de cada clase, son las que, proporcionalmente, dan mayor número de variedades,





No podía ser de otra manera. Efectivamente, las especies predominantes de los géneros mayores han de dar un mayor número de variedades.  Si alguien tiene alguna duda, se quedará sin comprobarlo puesto que el autor no aporta ni un solo dato en defensa de su afirmación. 


Los géneros mayores tienden a fragmentarse en géneros menores. También puede ser aunque de esto tampoco aporta el autor prueba alguna pero según su costumbre nos promete una explicación posterior:



hereafter to be explained



84.

We have also seen that it is the most flourishing or dominant species of the larger genera within each class which on an average yield the greatest number of varieties, and varieties, as we shall hereafter see, tend to become converted into new and distinct species. Thus the larger genera tend to become larger; and throughout nature the forms of life which are now dominant tend to become still more dominant by leaving many modified and dominant descendants. But, by steps hereafter to be explained, the larger genera also tend to break up into smaller genera. And thus, the forms of life throughout the universe become divided into groups subordinate to groups.



Hemos visto también que las especies más florecientes, o especies predominantes, de los géneros mayores, dentro de cada clase, son las que, proporcionalmente, dan mayor número de variedades, y las variedades, como veremos después, tienden a convertirse en especies nuevas y distintas. De este modo, los géneros grandes tienden a hacerse mayores, y en toda la naturaleza las formas orgánicas que son ahora predominantes tienden a hacerse más predominantes aún, dejando muchos descendientes modificados y predominantes. Pero, por grados que se explicarán más adelante, los géneros mayores tienden también a fragmentarse en géneros menores, y así, en todo el universo, las formas orgánicas quedan divididas en grupos subordinados a otros grupos.

Imagen de Catalogue of Organisms: An inordinate fondness for systematics

lunes, 8 de octubre de 2012

Una conclusión disparatada en el párrafo octogésimo tercero de El Origen de las Especies




Concluye el autor en este párrafo:

Finally, varieties cannot be distinguished from species



Sentencia con la cual muestra de nuevo dos cosas: 1, confusión y 2, afán por mantener y aumentar tal confusión.

No corresponde al naturalista aficionado decir si las variedades pueden o no distinguirse de las especies.  Porque,.....¿Cuántas especies nuevas describió Charles Darwin?

En una somera búsqueda, una página web  nos da una lista de seis (6). Son las siguientes:


Balanus improvisus,


Balanus nubilus,


Megabalanus coccopoma


Balanus glandula


Balanus amphitrite


Elminius modestus


Todas ellas especies de percebes.  Surgen así la dudas:  ¿Cómo puede describir una especie quien opina que las variedades no se pueden distinguir de las especies? ¿Qué criterio habrá empleado en sus descripciones?

¿Podemos considerar en serio tal opinión?



Tel vez sea de más peso la opinión de Manuel Martínez de la Escalera que describió ochocientos sesenta y dos (862 taxones) de coleópteros. Ésto decía, entre otras cosas,  al tratar del concepto de especie:

“Viniendo á la especie, he considerado á ésta como el estado presente de una forma animal que ya concreta y fija de momento ó ya con una gran variabilidad y siempre en área geográfica bien limitada presenta en sus individuos una tal suma de caracteres idénticos que impiden su división en otros grupos secundarios.”

Cita tomada de Martínez de la Escalera, M. Sistema de las especies ibéricas del gen.
Asida Latr. Bol. Soc Esp Hist Nat 5: 377-402. 1905.



Mientras no se demuestre lo contrario, la especie es una entidad      importante en biología. Los individuos de la misma especie comparten      muchas características físicas, morfológicas, bioquímicas y genéticas. También  pueden reproducirse entre sí. Los individuos de especies distintas, no. Las diferencias      entre especies pueden distinguirse de las correspondientes a variedades. El propio Darwin se tomó la molestia de describir especies nuevas cuando le pareció oportuno aplicar estos criterios. ¿A qué viene ahora este empeño en sembrar la confusión?

La confusión en sí no es algo tan grave. El reconocimiento de la confusión      está en la base de la ciencia, el problema verdadero de nuestro autor es el       afán indisimulado  por mantener y aumentar tal confusión. La siguiente      afirmación es falsa:

no es posible determinar la cantidad de diferencia necesaria para conceder a dos formas la categoría de especies



Dos formas pertenecerán a especies distintas si no comparten sus características (morfológicas, bioquímicas, genéticas,...). Un naturalista con la suficiente experiencia de campo debería reconocerlo.  De otro modo no se explica cómo alguien puede describir una especie nueva.





SUMMARY.



83.

Finally, varieties cannot be distinguished from species—except, first, by the discovery of intermediate linking forms; and, secondly, by a certain indefinite amount of difference between them; for two forms, if differing very little, are generally ranked as varieties, notwithstanding that they cannot be closely connected; but the amount of difference considered necessary to give to any two forms the rank of species cannot be defined. In genera having more than the average number of species in any country, the species of these genera have more than the average number of varieties. In large genera the species are apt to be closely but unequally allied together, forming little clusters round other species. Species very closely allied to other species apparently have restricted ranges. In all these respects the species of large genera present a strong analogy with varieties. And we can clearly understand these analogies, if species once existed as varieties, and thus originated; whereas, these analogies are utterly inexplicable if species are independent creations.



En conclusión, las variedades no pueden ser distinguidas de las especies, excepto: primero, por el descubrimiento de formas intermedias de enlace, y segundo, por cierta cantidad indefinida de diferencia entre ellas, pues si dos formas difieren muy poco son generalmente clasificadas como variedades, a pesar de que no pueden ser reunidas sin solución de continuidad; pero no es posible determinar la cantidad de diferencia necesaria para conceder a dos formas la categoría de especies. En los géneros que en un país tienen un número de especies mayor que el promedio, las especies tienen más variedades que el promedio. En los géneros grandes, las especies son susceptibles de ser reunidas, estrecha pero desigualmente, formando grupos alrededor de otras especies. Las especies sumamente afines a otras ocupan, al parecer, extensiones restringidas. Por todos estos conceptos, las especies de los géneros grandes presentan suma analogía con las variedades. Y podemos comprender claramente estas analogías si las especies existieron en otro tiempo como variedades y se originaron de este modo; mientras que estas analogías son completamente inexplicables si las especies son creaciones independientes.



Imagen: Megabalanus coccopoma (Darwin, 1854) de EOL (Encyclopedia of Life)

domingo, 7 de octubre de 2012

Perogrullada de campeonato en el párrafo octogésimo segundo de El Origen de las Especies




Dice el autor:


Varieties generally have much restricted ranges. This statement is indeed scarcely more than a truism, for if a variety were found to have a wider range than that of its supposed parent-species, their denominations would be reversed.



Las variedades ocupan por lo general una extensión muy restringida: esta afirmación, realmente, es escasamente más que una falacia, pues si se viese que una variedad tiene una extensión mayor que la de su supuesta especie madre se invertirían sus denominaciones.



¿Podría alguien indicar un solo caso en el que una variedad tuviese una extensión mayor que la de su supuesta especie madre?



Efectivamente, la afirmación es una perogrullada, una falacia (truism). Otra más en la larga serie a que nos tiene acostumbrados el autor.







82.

There is one other point which is worth notice. Varieties generally have much restricted ranges. This statement is indeed scarcely more than a truism, for if a variety were found to have a wider range than that of its supposed parent-species, their denominations would be reversed. But there is reason to believe that the species which are very closely allied to other species, and in so far resemble varieties, often have much restricted ranges. For instance, Mr. H.C. Watson has marked for me in the well-sifted London catalogue of Plants (4th edition) sixty-three plants which are therein ranked as species, but which he considers as so closely allied to other species as to be of doubtful value: these sixty-three reputed species range on an average over 6.9 of the provinces into which Mr. Watson has divided Great Britain. Now, in this same catalogue, fifty-three acknowledged varieties are recorded, and these range over 7.7 provinces; whereas, the species to which these varieties belong range over 14.3 provinces. So that the acknowledged varieties have very nearly the same restricted average range, as have the closely allied forms, marked for me by Mr. Watson as doubtful species, but which are almost universally ranked by British botanists as good and true species.



Existe otro punto que merece indicarse. Las variedades ocupan por lo general una extensión muy restringida: esta afirmación, realmente, es casi una evidencia, pues si se viese que una variedad tiene una extensión mayor que la de su supuesta especie madre se invertirían sus denominaciones. Pero hay fundamento para suponer que las especies que son muy afines a otras -en lo cual se parecen mucho a variedades- ocupan con frecuencia extensiones muy limitadas. Míster H. C. Watson me ha señalado en el bien fundamentado London Catalogue of plants (4.ª edición) 63 plantas que aparecen allí clasificadas como especies, pero que él considera tan sumamente afines a otras especies, que llegan a ser de valor dudoso; estas 63 supuestas especies se extienden, por término medio, por 6,9 de las provincias en que míster Watson ha dividido la Gran Bretaña. Ahora bien: en el mismo Catálogo están anotadas 53 variedades admitidas, y éstas se extienden por 7,7 de las provincias, mientras que las especies a que estas variedades pertenecen se extienden por 14,3 de las provincias. De modo que las variedades admitidas como tales tienen próximamente el mismo promedio de extensión restringido que las formas muy afines marcadas para mí por Mr. Watson como especies dudosas, pero que los botánicos ingleses clasifican casi unánimemente como buenas y verdaderas especies.

sábado, 6 de octubre de 2012

Pregunta mal planteada en el párrafo octogésimo primero de El Origen de las Especies







Pregunta el autor:



And what are varieties but groups of forms, unequally related to each other, and clustered round certain forms—that is, round their parent-species?



Es decir:



¿qué son las variedades sino grupos de formas desigualmente relacionadas entre sí y agrupadas alrededor de ciertas formas, o sea alrededor de sus especies madres?



Pues bien, la pregunta está mal planteada:  las variedades no se agrupan alrededor de sus especies madre, sino dentro de sus especies-madre.









81.

Moreover, the species of the larger genera are related to each other, in the same manner as the varieties of any one species are related to each other. No naturalist pretends that all the species of a genus are equally distinct from each other; they may generally be divided into sub-genera, or sections, or lesser groups. As Fries has well remarked, little groups of species are generally clustered like satellites around other species. And what are varieties but groups of forms, unequally related to each other, and clustered round certain forms—that is, round their parent-species. Undoubtedly there is one most important point of difference between varieties and species, namely, that the amount of difference between varieties, when compared with each other or with their parent-species, is much less than that between the species of the same genus. But when we come to discuss the principle, as I call it, of divergence of character, we shall see how this may be explained, and how the lesser differences between varieties tend to increase into the greater differences between species.



Además, las especies de los géneros mayores están relacionadas unas con otras, de la misma manera que están relacionadas entre sí las variedades de cualquier especie. Ningún naturalista pretende que todas las especies de un género estén igualmente distantes unas de otras; generalmente, pueden ser divididas en subgéneros, o secciones, o grupos menores. Como Fries ha señalado muy bien, grupos pequeños de especies están generalmente reunidos como satélites alrededor de otras especies; y ¿qué son las variedades sino grupos de formas desigualmente relacionadas entre sí y agrupadas alrededor de ciertas formas, o sea alrededor de sus especies madres? Indudablemente, existe un punto de diferencia importantísimo entre las variedades y las especies; y es que la diferencia entre las variedades cuando se comparan entre sí o con especie madre es mucho menor que la que existe entre las especies del mismo género. Pero cuando lleguemos a discutir el principio de la divergencia de caracteres, como yo lo llamo, veremos cómo puede explicarse esto y cómo las diferencias menores que existen entre las variedades tienden a acrecentarse y llegan a ser las diferencias mayores existentes entre las especies.



Imagen de Toronto Zoo